Aquella pequeña ventana era la que más sabia de despedidas .Por ella se había asomado su madre por ultima vez ...
La vida, pensaba, era como asomarse a una ventana y observar desde allí las gentes
Las ventanas tenían una magia especial para ella. Solía decir que cuando te asomas a la ventana, lo puedes hacer por varios motivos: por curiosidad, por experimentar cuanto antes la alegría del encuentro, por mirar al horizonte, por contemplar las estrellas , por sentir el aire y el sol besándote la cara ...
Cuando uno se asoma a la ventana de su casa, lo hace desde la seguridad que le da el estar adentro, observando al mismo tiempo todas las inseguridades con las que se tiene que enfrentar afuera.
Las ventanas son a veces testigos de encuentros donde el corazón late con fuerza al asomarse y pone alas , a su ilusión.
También las ventanas nos hablan de despedidas, donde por ultima vez y apurando los últimos minutos decimos un adiós doloroso.
En las tardes lluviosas, o cuando observamos nevar, son las que escuchan nuestras exclamaciones de asombro o las que perciben nuestra melancolía.
Si pudieran hablar, nos contarían pequeñas historias de las que se componen la vida de los seres humanos
Guardan secretos de amores, piropos encendidos
Quizá, escucharon silenciosas promesas de amor eterno
Los rayos del sol penetraron por sus rendijas llevando miles de ilusiones de enamorados
En sus cristales se reflejaron a veces los rostros de seres amados que quizá se han ido para siempre
Permanecen atentas, con la serenidad del tiempo, con la belleza de los recuerdos, estáticas, pero no con la frialdad de un material inerte
Su alma, conserva vivencias eternas , porque eternos son los amores y las personas amadas
La vida, pensaba, era como asomarse a una ventana y observar desde allí las gentes
Las ventanas tenían una magia especial para ella. Solía decir que cuando te asomas a la ventana, lo puedes hacer por varios motivos: por curiosidad, por experimentar cuanto antes la alegría del encuentro, por mirar al horizonte, por contemplar las estrellas , por sentir el aire y el sol besándote la cara ...
Cuando uno se asoma a la ventana de su casa, lo hace desde la seguridad que le da el estar adentro, observando al mismo tiempo todas las inseguridades con las que se tiene que enfrentar afuera.
Las ventanas son a veces testigos de encuentros donde el corazón late con fuerza al asomarse y pone alas , a su ilusión.
También las ventanas nos hablan de despedidas, donde por ultima vez y apurando los últimos minutos decimos un adiós doloroso.
En las tardes lluviosas, o cuando observamos nevar, son las que escuchan nuestras exclamaciones de asombro o las que perciben nuestra melancolía.
Si pudieran hablar, nos contarían pequeñas historias de las que se componen la vida de los seres humanos
Guardan secretos de amores, piropos encendidos
Quizá, escucharon silenciosas promesas de amor eterno
Los rayos del sol penetraron por sus rendijas llevando miles de ilusiones de enamorados
En sus cristales se reflejaron a veces los rostros de seres amados que quizá se han ido para siempre
Permanecen atentas, con la serenidad del tiempo, con la belleza de los recuerdos, estáticas, pero no con la frialdad de un material inerte
Su alma, conserva vivencias eternas , porque eternos son los amores y las personas amadas
5 comentarios:
Precioso post. Me encantan las ventanas con flores, asómate a mi ventana, te invito a oler las flores del alfeizar. besitos
Preciosa entrada, Mari Paz.
Me encantan las ventanas y mas todavia los balcones, si pudieran hablar la de cosas que nos contarian, penas, alegrias, despedidas (mi madre siempre salia
para decirnos adios a toda la familia), !que recuerdos!. Un beso.
Olalla.
:)
¡y si las ventanas hablaran....!.Saludos y buena semana
Publicar un comentario