3 de noviembre de 2021

COLOR ROSA.

 


Últimamente tengo las ideas dormidas en los mundos de yupi.

Me refugio en el color rosa de mi pelo intentado olvidarme de la realidad.

Porque la realidad a veces es de un color poco atractivo.

Las letras, junto a las musas, me han abandonado a mi suerte.

Después de un mes, que más parecía Primavera o casi Verano, que Otoño a mi regreso de Guardo, no he parado en casa ni un minuto.

El sol, la luz, la alegría de la vida me llamaban con insistencia.

He recorrido plazas, calles, avenidas, parques de la bella Pamplona para sentirla muy mía.

Y es que me gusta ser una más allá donde quiera que voy, única manera de enriquecerme.

A mi edad, me bebo la vida a sorbos hasta emborracharme de ella.

Mis pasos caminan decididos hacía donde hay algo bello o bueno que me haga sentirme viva.

Dicen que el color rosa simboliza la amabilidad, lo positivo, sentimental, sensibilidad, cortesía, buena educación, infancia e inocencia.

Según la psicología del color, el rosa es señal de esperanza, y que inspira calidez y sentimientos de comodidad.

Pero también hay quien lo identifica con lo cursi, lo sensible, lo ridículo.

Condicionado por los estereotipos de género.

Pero yo, me atrevo a sonreír a la vida, con mi melena rosa al viento sin hacer demasiado caso de todo ello.

La fotografía me la hizo un buen amigo, una tarde en la tienda de los chinos de Guardo.

Siempre quise tener una larga melena lisa y apenas en alguna etapa de mi vida lo pude conseguir.

Mi pelo era fuerte, abundante, ondulado, rebelde.

Lo más cómodo era tenerlo corto.

Herencia de mi padre.

La foto describe muy bien mi talante gamberro que se ha ido magnificando con el paso de los años.

No tengo remedio.

Me sale mi puntito de locura, y sin miedo al ridículo me dejo llevar por él.

Hay demasiados colores oscuros y feos que me acechan por las esquinas.

Por eso, mi melena color rosa, le pone una tonalidad dulce e inocente a los días que me queden por vivir.

Por supuesto que con ello no trato de esconderme en una coraza pueril donde no llegue la dureza de la vida.

Con eso ya cuento.

Está ahí.

Seguiré atrapando nubes y sueños como cuando era adolescente.

La curiosidad de la "buena" será mi compañera.

Mis manos estarán atentas a esas otras manos que me necesiten.
Mi corazón será refugio de otros corazones rotos y necesitados.