Paseaba el otro dia saboreando los primeros rayos de sol primaverales sin apenas ver ninguna rama florecida, cuando de pronto descubrí al lado de casa, un rincón donde la belleza recien estrenada de unas sencillas flores, llamó poderosamente mi atención.
Quise plasmar en una fotografia ese momento mágico tal y como lo sentí y compartirlo con vosotros. Una vecina al verme, abrió su balcón y me observaba divertida viendo las piruetas que hacia para captar lo que yo queria. El jardin tiene una altura no muy propia para que una señora de mi edad, trepe por el.
Aún asi, no pude evitar subir arriba como pude y hacer un monton de fotos .
Quizá en nuestro ir y venir apresurado, no solemos fijarnos en lo nuevo que rodea nuestro paisaje habitual. Sobre todo en las grandes ciudades donde la prisa se ha adueñado del ser humano de una manera brutal . La lucha por sobrevivir es muy dura, hacen falta dos sueldos para llegar a fin de mes, nos pasamos el dia fuera de casa, cumpliendo un horario que roba casi todas las horas del dia. Comiendo a veces en el mismo trabajo, sin ver a nuestros hijos hasta tarde, cuando agotados , apenas podemos disfrutar de sus besos y sus risas.
Nuestra sociedad en su afán de poseer cosas, ha perdido lo mas importante de la vida, que es disfrutar del tiempo en compañia de los que amamos y nos aman .
A veces, agobiados por nuestra manera de vivír, no sabemos descubrír el valor que encierra una mirada, una sonrisa, un acto de amor. No acertamos a detenernos y mirar a los ojos escuchando atentamente, para aliviar el dolor o la pena de nuestro interlocutor . Bastante tenemos con lo nuestro...
La vida, ese don precioso, es algo efímero. Se pasa volando como vulgarmente se suele decir, y a lo mejor la verdadera sabiduria, está en saberla vivir, aprendiendo a saborear cada instante, y ser capaces de pararse a contemplar, la belleza de unas sencillas flores llenas de belleza, que se cruzaron en nuestro camino habitual.
Ojú, me ha quedado como la homilia del domingo...jejejeje
