23 de enero de 2022

¡CUMPLEAÑOS FELIZ!

 


Como ya es habitual desde hace años, me gusta celebrar con vosotros mi cumpleaños.

Este año cumplo setenta y cuatro.

Recuerdo bien cuando incorporé el número siete.

Me daba un poco de vértigo.

Pero el tiempo pasa inexorable.

Como prueba, esta foto de mi infancia con rizos en el pelo y los ojos expectantes ante la cámara.

Y un poquito seria.

Era una ampliación que estuvo largo tiempo en el salón de mi casa. Estábamos en la foto, mi hermano y yo, que fuimos los primeros hijos de mis padres. Eran fotos ampliadas de estudio, retocadas y enmarcadas.


En esta otra foto estoy más alegre y esbozo una sonrisa.

Vestida como una pequeña novia con mi vestido de Primera Comunión. 

Recuerdo bien, como mi madre me llevó a León a comprarlo.

Con enorme ilusión me vistió aquella mañana, y hasta llegar a la iglesia de San Juan, que estaba un poco lejos de casa, fui la atracción de los viandantes y de las demás niñas que también hacían su Primera Comunión, y de sus madres.

Era un vestido precioso. En mi imaginación me sentía una princesa de cuento de la colección "Azucena" de los que yo solía leer en las largas noches de invierno.

No recuerdo nada espiritual de aquel momento. 

Si recuerdo que llevaba una bolsita preciosa llamada "Limosnera" donde a la salida de la ceremonia iba echando las propinas que iba recibiendo de parte de mis familiares.


Apenas conservo fotografías de mi infancia y juventud.

¡Con lo que a mi me gustan!

Esta foto es de mala calidad, porque está recortada de otra donde  estamos casi todos los primos, con mi tío Toño, hermano pequeño de mi padre.

Debía tener trece años más o menos.


Conservo esta fotografía de mis catorce años, gracias a una amiga que me la envió. 

Eran los años sesenta. El pelo cardado, la sonrisa tímida, la cartera en la mano, como una niña modosita y buena. 

Siempre he aparentado ser una niña buena, pero de eso nada, monada...

¡Menuda genio tengo...!

Y si no, preguntarles a mis hermanas, que me llamaban "madrastrona" pues ejercía de hermana mayor con demasiada responsabilidad...jejeje.

El traje era de tela de vichy y me la había hecho mi querida madre.


El tiempo corre inexorable como os iba diciendo.

Como prueba, de nuevo otra fotografía.

Aquí tengo quince años.

Siempre quise tener el pelo liso, pero lo tenía ondulado.

Durante años lo tuve largo, pero intentaba mis trucos para tenerlo liso, ya que entonces las planchas del pelo no estaban al alcance de mi economía.


Llega un momento, en que el tiempo no corre... ¡Vuela!

Y aunque una vida parece muy larga y ocurren muchas cosas, se pasa en un vuelo.

Esta foto me la hice para renovar el carnet de identidad.

Tenía sesenta y dos años, creo.


Con esta última foto que os muestro, podéis ver el paso de los años en mi vida. 

Me la hice estas fiestas navideñas en Cádiz en la terraza de un restaurante frente al mar.

Amo la vida con toda mi alma.

En ese ir y venir, por la misma, ha habido de todo.

Momentos felices y momentos dolorosos.

Tiempo de amar y ser amada.

Ciudades, personas, circunstancias...

Todo ello como bagaje, lo llevo en mi corazón.