7 de abril de 2019

BAILANDO A LA VIDA.


Quiero que el fin del mundo, o de mis días, me pille bailando. Porque mientas bailo, no hay lugar en mi alma para las malas intenciones, las bajezas ocultas, los juicios temerarios, el mal humor, el sectarismo. el aburrimiento, la envidia...
Cuando mis pies bailan al son de la música, es como si volaran por encima de lo peor de mi condición humana. Atreviéndome así a surcar el universo y poder ver más allá de mis propias narices.
Emprendo una y otra vez un nuevo baile, aunque mis cansados huesos se resistan a seguirme. Todo antes de dejarme morir acurrucada en mis miserias.
Caminamos a veces con enormes fardos de prejuicios a la espalda que nos  impiden bailar al son de la vida. Porque la vida nos va marcado un ritmo cada día, siempre. Y se nos va la vida en ese arte de saber bailarlos.
Quiero que el fin del mundo, o de mis días, me pille bailando, cantado y amando...

P.D. Una mañana en León, buscando un lugar donde comer, me encontré escrita esta frase de una canción de Sabina y le hice esta foto. Me sugiere este pequeño texto que os dejo.