Allí estaban las dos, contemplando la mañana recién estrenada. Absortas en sus propios pensamientos. La mirada perdida en el infinito. El cuerpo relajado, como en espera...
Su silueta se reflejaba a través del ventanal. Las gentes pasaban ignorando su presencia.
Pero ellas, eran reales, estaban allí a pesar de ser invisibles a las miradas de los otros. Con su propia individualidad.
Estáticas, en estado de reflexión, observando sin ser observadas .
Como la vida misma, como esos instantes en que contemplamos sin más a través de la ventana, la vida, las gentes, los problemas...
Su silueta se reflejaba a través del ventanal. Las gentes pasaban ignorando su presencia.
Pero ellas, eran reales, estaban allí a pesar de ser invisibles a las miradas de los otros. Con su propia individualidad.
Estáticas, en estado de reflexión, observando sin ser observadas .
Como la vida misma, como esos instantes en que contemplamos sin más a través de la ventana, la vida, las gentes, los problemas...