23 de diciembre de 2021

¡FELIZ NAVIDAD!

 


Con mi afecto, para cada uno de vosotros que me acompañáis en la distancia, os deseos unas felices fiestas en familia.

Que el Año Nuevo venga repleto de cosas buenas.

17 de diciembre de 2021

JUVENTUD

 


Regreso a casa después de compartir la tarde con unos amigos. 

La niebla lo envuelve todo.

Y también un frío húmedo que me cala los huesos.

Hay un halo de misterio en las calles y plazas cercanas.

Como si la noche guardara secretos terroríficos inconfesables, donde el miedo se atreve a cruzarse con los transeúntes y darles un buen susto al volver la esquina.

Suenan unos pasos ligeros tras de mi. Voy hacía el autobús. 

Miro a mi alrededor, temerosa, creyendo ver figuras fantasmagóricas que me acechan y me siguen de cerca. 

Mi respiración se acelera y mis pies parecen volar.

Comienzo a sentir un sudor frío.  Puedo ver el vaho que sale de mi boca intentando aliviar mi miedo.

Me tropiezo al subir a la acera y casi doy de bruces en el suelo.

A punto estoy de gritar y pedir auxilio.

Agarro mi bolso con fuerza temiendo que alguien me lo arrebate.



Luego, me cobijo al amparo de mi bufanda de colores para sentir seguridad.

Todo ha sido fruto de mi imaginación calenturienta. 

En la parada del autobús, tan solo hay dos enamorados que se besan en medio de la niebla.

Para ellos no importa el frío, la lluvia, la humedad...

Simplemente se aman. Y el amor envuelve sus cuerpos en una coraza que les aísla de cualquier elemento de la naturaleza.

Llega el autobús.

Una vez dentro, noto un calor de humanidad, aunque nuestros rostros con las mascarillas sean incapaces de mostrar sensación alguna.

Hasta llegar a casa, se me va el recuerdo a la conversación que he tenido con mis amigos acerca del miedo.

Esos miedos e inseguridades que a todos nos acechan. Miedo al dolor físico o moral, a la enfermedad, a la muerte, a que no nos quieran, a que se olviden de nosotros, a que nos juzguen con demasiada dureza, a que nos hagan daño...

Además, un miedo añadido cuando ya se tiene una edad.

Al observar el paso del tiempo, se despierta en cada uno, con enorme fuerza, ese peso del bagaje de lo que hemos vivido.

Todo.

Lo bueno y lo malo.

Y quizás nos invade una nostalgia que nos paraliza largo tiempo.

Se arremolinan pensamientos y deseos que vagan a nuestro alrededor con la fuerza de un volcán en erupción y que no podemos controlar.

Nos sobreviene entonces la idea de que ya es demasiado tarde para casi todo. Apenas nos queda tiempo.



¡Vaya, ya estoy otra vez con pensamientos trascendentales!

¡Cosas de señora mayor con mucha imaginación!

Bueno, respecto a esto; lo de ser ancianos, hay muchas teorías al respecto.

Hay ancianos tremendamente jóvenes, que vuelan en libertad, sin tener que demostrar nada a nadie, porque se han reconocido y aceptado y, eso es muy liberador.

Cuando escucho en la tele o la radio una noticia acerca de un "anciano" de 73 años, no me siento identificada para nada.

Yo, y solamente yo, tengo el poder de ser y sentirme joven, porque soy dueña y señora de mi juventud interior.

Y entonces, no me importa la apariencia que demuestra mi verdadera edad.

En honor a la verdad, jamás he sentido el rechazo por parte de la gente joven hacía mi. Siempre he visto en sus ojos admiración.

Y eso me rejuvenece un poquito más si cabe.

Conecto con ellos, porque no he perdido la curiosidad y estoy dispuesta a escucharles y aprender de cada uno.

¡Me niego a estar de vuelta de la vida!

La vida es hermosa y en ella me refugio.

¡¿Quien me podrá arrebatar mi juventud?!

¡Que se atreva alguien...!

Ese es mi poder.

Mío, y solo mío.

Si...ya se...que vendrán a visitarme de nuevo los miedos, y los dolores físicos y morales.

Pero entonces me acordaré de los jóvenes enamorados que se besaban en la noche de niebla y mi alma rejuvenecerá porque yo también amé y fui amada.

P.D. Perdón por si no están correctos los signos de puntuación. No los domino con fluidez.



9 de diciembre de 2021

RETAZOS DE LA VIDA DE CELIA. (Octavo capítulo)

 


La madre de Celia era una mujer muy alegre y divertida.

Amaba la vida con pasión.

 Le gustaba mucho el cine, y le solía cantar las canciones de las películas que había visto, que hablaban de amores prohibidos, no correspondidos, o el amor mismo en todas sus expresiones y, es que de si algo sabía su madre, era de saber amar.

Era una mujer buena, vital, fuerte, generosa.

Era muy limpia y tenía la casa como los chorros del oro. 

De vez en cuando le daba por hacer limpieza general. Comenzaba por la mañana temprano, y al volver del colegio a la hora de comer, seguía metida en su mundo de polvo y telarañas.

Al verla llegar y darse cuenta de que no tenía la comida hecha, improvisaba en pocos minutos un plato combinado que consistía en patatas fritas, huevos y salsa de tomate. 

En sus ojos infantiles, las manos de su madre, entonces, eran como las de una maga. Aquel plato era su favorito y un auténtico majar para ella. 

El sabor de aquel plato elemental, hecho con el cariño de su madre hacía ella, estaría ligado a sus recuerdos de infancia respecto a los sabores y olores gastronómicos.

Y recuerda, como estaba deseando, que su madre se enfrascara de nuevo otro día en el arte de la limpieza, para degustar una vez más exquisito plato.



Celia era la mayor de las chicas. Tenía un fuerte carácter que comenzaba a afianzarse con sus quince años.

Por eso, fueron muchas las veces que chocaban sus caracteres, ya que su madre se apoyaba en ella para las tareas de la casa y el cuidado de sus hermanas más pequeñas.

Su rebeldía juvenil se veía reflejada en pequeños gestos ante la autoridad materna.

Pero no conserva de aquellos encontronazos trauma alguno, ya que eran pequeñas anécdotas a la hora de ir adquiriendo su propia personalidad como ser humano único.

Su madre le enseñó a amar el cine, la música, el arte, la naturaleza, la vida...

Se quedó para siempre en su corazón, esa humanidad que desprendía su madre por los cuatro costados, y que le sirvió de ejemplo en su vida de adulta a lo largo de su vida.

Las grandes gestas y heroísmos se aprenden al calor del hogar en los primeros años de vida.

Y de ella aprendió a amar los libros y las letras. Cuando estaba interna en un colegio, las cartas de su madre le llegaban repletas de prosa poética contándole de manera muy bella los acontecimientos familiares.

Y ríe al recordar, cuando muy niña, que no quería asistir a la escuela. Quizá por el miedo a lo desconocido.

Una prima de su madre que vivió una temporada en su casa, era la encargada de cogerla en brazos y llevarla por todo el pueblo, a pesar de sus gritos y pataleos hasta la escuela.

Hasta que un día, un barrendero le preguntó con mucha ternura que era lo que le ocurría para llorar de esa manera. 

Ella, con la voz entrecortada, le contó como pudo el porqué de su llanto.

Entonces, él le fue explicando muy despacio todo lo que iba a aprender allí y que seguro lo pasaría muy bien.

Desde aquel día, nunca más la tuvieron que llevar a rastras. 

Iba caminando y saludando a su amigo el barrendero cuando se lo encontraba en su camino hacía la escuela.

Los primeros encuentros con la letras, a pesar de no querer nada con ellas, dieron su fruto años más tarde.

Los recuerdos vienen y van, pero de alguna manera siempre están presentes.

P.D. El resto  de los capítulos los podéis leer en la barra lateral del blog donde pone: "Etiquetas"

 

6 de diciembre de 2021

DUNA

 


Me llegaba la noticia por medio de una amiga, del terrible suceso del que ha sido víctima, Duna, una perrita galga.

Os cuento: Duna, estaba con sus dueños, Laura y Juanma en la sierra de Tajonar realizando unos ejercicios de adiestramiento.

Tenía cuatro años y había sido adoptada por la pareja hace dos.

En un momento determinado, perdieron el contacto visual con ella, dado que era parte del adiestramiento.


Al ver que no regresaba, llamaron insistentemente a la perra, sin ella dar señales de vida.
Pero gracias al dispositivo GPS que llevaba en el collar, pudieron rastrear sus movimientos desde el teléfono móvil.
Siguieron el geolocalizador durante un kilómetro hasta el pueblo de Tajonar.

Una vez allí se desplazaron a una finca donde llamaron a Duna con insistencia, sin que ella respondiera con ladridos.
Extrañados y muy preocupados accedieron a a un cobertizo donde se encontraron a la perra ahorcada y sin vida.


Un ser malvado y ruin, la había raptado en una furgoneta y la había matado.
¡Pobre Duna!
Perrita dulce, confiada, amada...
Se fue a topar con la muerte de la manera más cruel.

Puedo imaginar, sus bellos ojitos pidiendo clemencia a una escoria humana que se atrevió a quitarle la vida, así, sin más...
Sus ladrillos de angustia no pudieron llegar a oídos de aquellos que la amaban.
Sin entender que ocurría, fue arrastrada sin piedad alguna hasta el potro de castigo. 




No puedo comprender a este tipejo desalmado que no tuvo compasión alguna de un ser tan bello e inocente.
Quien es capaz de hacer algo tan tremendo y vil, es capaz de cualquier cosa. Incluso con los seres humanos.
No me cabe la menor duda.
Es un peligro para la sociedad.

Allí se quedó la pequeña, Duna con sus ojitos sin vida, esperando que, Laura y Juanma vinieran a socorrerla. Pero no llegaron a tiempo. Tan solo pudieron cubrir su cuerpecillo de besos y acunarlo acompasado con su dolor.

¡Pobre Duna!

La preciosa galga que amaba la vida y era amada.


La maldad humana me desconcierta y me asusta.
¿Cómo somos capaces de tanto horror?

Descansa, pequeña. 
Nosotros nos encargaremos de hacer justicia. O de que se haga justicia, ya que en este país sale muy barato maltratar, causar daño, golpear y matar a los animalillos.

Mientras no se endurezcan las leyes, esto será lo más habitual.
Por supuesto que fui a la manifestación que había programada  delante del negocio familiar en protesta.
La rabia popular se había acumulado allí, de gentes de bien, mientras las fuerzas del orden cumplían su cometido. 
Los ánimos estaban caldeados y aquello se podía ir de las manos.

Tu muerte no será en vano. Poco a poco la sociedad se va concienciando de que una sociedad avanzada, es aquella que respeta a los animales y, al contario, el maltrato animal es la antesala de la violencia. 
Me viene a la memoria la letra de una canción, de la cual no conozco su autor.
Dice así: "No maten a ese animal, porque matan la escritura, la canción, la pintura, los poemas y el amor. Tienen derecho a la brisa, noche luna y sol".

Pequeña Duna, de ojos bellos, te imagino allá en las verdes praderas del cielo saltando y amando la vida.














Como colofón y en memoria de Duna, os dejo alguna fotografía de los que acudieron con sus perros a la protesta.

También hice muchos vídeos que he subido a las redes sociales. La noticia se hizo viral en pocas horas.

P.D. Las primeras fotografías de Duna, son de los dueños que me he permitido el atrevimiento de compartirlas.

¡Está tan guapa!

2 de diciembre de 2021

LAS LETRAS


 

Últimamente las letras me han abandonado. Me suele ocurrir con frecuencia. Entonces me siento cual huérfana perdida en la marea del cosmos.

Pero resulta que hoy han aparecido de nuevo cuando menos lo esperaba.

En la madrugada se dejan ver las muy tunantas.

Pero no puedo dejarlas de lado, pues se acurrucan junto a mi, deseosas de tomar vida.

Y aunque mis ojos sienten la tentación de cerrarse y dar las buenas noches a la vida, hago esfuerzos por abrirlos y componer algo bello.

¡Ah, las letras y yo...!

Viejas amigas, cómplices de mil aventuras que mi imaginación calenturienta se atreve a inventar.

La vida misma que aletea en una mirada al cruzar una calle, en la sensación de un roce al pasar, en esos pasos que se cruzan con los míos y me recuerdan mi propia fragilidad y grandeza.

En el "otro" me encuentro, en sus afanes y sueños me identifico. 

Porque al final, no somos más que pobres seres necesitados, paupérrimos, vulnerables, frágiles, que caminamos al unísono.

Hay un punto en el queramos, o no, todos nos encontraremos, y ahí poco importan las ideas, el linaje, el abolengo, la alcurnia, la riqueza o pobreza de cada cual.

Cuando menos lo esperamos, la vida nos pone en la realidad de lo efímera que es.

Entonces. ¿ A qué vienen esos aíres de grandeza, esa mirada por encima del hombro, esa ridícula sonrisa de diosecillo del universo?

¡Pero qué caramba!

A estas horas, en que la lluvia golpea insolente en mi ventana, me vienen estos pensamientos trascendentales de los que yo misma me sorprendo.

Moralinas de vieja, o alucinaciones nocturnas, podéis pensar...jejeje.

Todo porque las revoltosas letras se han despertado de su letargo.

¡Ya podían haberlo hecho antes!

Mira que he tenido tiempo libre para dedicarlas a lo largo del día..., pero son así: caprichosas, mimosas, impredecibles, antojadizas, inconstantes, cautivadoras...y no puedo resistirme a sus encantos.

Os confieso, en secreto, que no tengo otro afán de mayor responsabilidad, que el de atenderlas.

Hace tiempo las elegí como compañeras de vida, y en cuestión de elección, cada uno es muy libre.

Las necesito como algo importante en mis rutinas, como se necesita al amigo, al amor.

Mañana, quizá vuelvan a esconderse de nuevo y tendré que buscarlas por los armarios y rincones de mi casa.

Al final, no sé si he compuesto algo bello, o simplemente he jugado un rato con ellas juntándolas entre si. 

En fin...que mi cuerpo no aguanta más.

A las buenas noches queridos amigos.



22 de noviembre de 2021

LA TORMENTA


 Ruge el viento en mi ventana y las gotas de agua bailan al son de su furia.

Parece se hayan desatado por la calle todos los demonios vivos con sus voces broncas, malhumoradas, irrespetuosas, insultantes...

Se me antoja que es un poco el reflejo de nuestra sociedad en los últimos tiempos.

Me refugio en las letras al compás de la tarde y de un té con un rosco de vino. También una roja manzana, insinuante, tentadora, apetecible...

Todos procuramos buscar un refugio donde apoyar nuestra vulnerabilidad y sentirnos seguros.

Fuera, el viento sopla cada vez con más fuerza y la lluvia empapa los cuerpos, e incluso las almas, de los que se atreven a plantar cara a la tormenta.

Las letras, compañeras amadas en estas largas tardes, revolotean a mi alrededor mientras intento darles vida uniéndolas entre si.

Y muerdo la manzana de la tentación, porque amo el riesgo, mientras el té caliente penetra en mis huesos y me salva del frío, de la indigencia y la soledad.

Escucho al viento gruñir como a un matón de barrio que se cree el mismo Dios del universo. 

Hasta mi llegan las voces, los insultos, la furia, la intolerancia y el miedo de algún transeúnte que pasa debajo de mi ventana. 

La tarde se va alejando en el horizonte, dejando entrever la noche. Me cobijo al amor del fuego de la chimenea, degustando el rosco de vino, recobrando fuerzas para la lucha que me espera mañana cuando acabe la tormenta.


12 de noviembre de 2021

FIÓDOR MIJÁILOVICH DOSTOYEVSKI


Los hombres quieren volar, pero le temen al vacío. No pueden vivir sin certezas. Por eso cambian el vuelo por certezas. Las jaulas son el lugar donde viven las certezas.

Fiódor Dostoievski. Los hermanos Karamazov.



 La tolerancia, llegará a tal nivel, que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles. 


Se sufre de dos clases de celos: los del amor y los del amor propio.



Es mejor equivocarse siguiendo tu propio camino que tener razón siguiendo el camino de otro.


Es al separase cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.


En el mundo no hay nada tan difícil como la franqueza y nada tan fácil como la adulación.

P.D. Os dejo estas frases célebres de Dostoyevski.

3 de noviembre de 2021

COLOR ROSA.

 


Últimamente tengo las ideas dormidas en los mundos de yupi.

Me refugio en el color rosa de mi pelo intentado olvidarme de la realidad.

Porque la realidad a veces es de un color poco atractivo.

Las letras, junto a las musas, me han abandonado a mi suerte.

Después de un mes, que más parecía Primavera o casi Verano, que Otoño a mi regreso de Guardo, no he parado en casa ni un minuto.

El sol, la luz, la alegría de la vida me llamaban con insistencia.

He recorrido plazas, calles, avenidas, parques de la bella Pamplona para sentirla muy mía.

Y es que me gusta ser una más allá donde quiera que voy, única manera de enriquecerme.

A mi edad, me bebo la vida a sorbos hasta emborracharme de ella.

Mis pasos caminan decididos hacía donde hay algo bello o bueno que me haga sentirme viva.

Dicen que el color rosa simboliza la amabilidad, lo positivo, sentimental, sensibilidad, cortesía, buena educación, infancia e inocencia.

Según la psicología del color, el rosa es señal de esperanza, y que inspira calidez y sentimientos de comodidad.

Pero también hay quien lo identifica con lo cursi, lo sensible, lo ridículo.

Condicionado por los estereotipos de género.

Pero yo, me atrevo a sonreír a la vida, con mi melena rosa al viento sin hacer demasiado caso de todo ello.

La fotografía me la hizo un buen amigo, una tarde en la tienda de los chinos de Guardo.

Siempre quise tener una larga melena lisa y apenas en alguna etapa de mi vida lo pude conseguir.

Mi pelo era fuerte, abundante, ondulado, rebelde.

Lo más cómodo era tenerlo corto.

Herencia de mi padre.

La foto describe muy bien mi talante gamberro que se ha ido magnificando con el paso de los años.

No tengo remedio.

Me sale mi puntito de locura, y sin miedo al ridículo me dejo llevar por él.

Hay demasiados colores oscuros y feos que me acechan por las esquinas.

Por eso, mi melena color rosa, le pone una tonalidad dulce e inocente a los días que me queden por vivir.

Por supuesto que con ello no trato de esconderme en una coraza pueril donde no llegue la dureza de la vida.

Con eso ya cuento.

Está ahí.

Seguiré atrapando nubes y sueños como cuando era adolescente.

La curiosidad de la "buena" será mi compañera.

Mis manos estarán atentas a esas otras manos que me necesiten.
Mi corazón será refugio de otros corazones rotos y necesitados.


23 de octubre de 2021

FIESTA

 


Era un día de fiesta y se puso su vestido de colores y una flor en el pelo.

Se calzó los zapatos de tacón para ver el mundo desde un poquito más arriba que su altura le permitía y salió de casa.

Contoneándose camina dispuesta a saborear la mañana recién estrenada.

A lo lejos, las notas de un pasacalle pone alas a su corazón mientras aligera el paso.

Va en busca de esas notas musicales, mientras saluda a un lado y otro con la mano.

Por las ventanas algunos curiosos la van siguiendo.

Después, al llegar a la plaza, Manuel, la toma por la cintura y ambos emprenden un baile loco, con frenesí.

Los viejos del lugar sonríen con sus desdentadas bocas, haciéndose un guiño de complicidad.

Los niños, acompañan con palmas y se atreven a a marcar algún paso de baile con sus pequeños y torpes pies.

Un perro callejero aparece por una calle y observa la escena curioso. 

Una mujer asomada al balcón llama a su hijo a voces.

Una niña pasa debajo estrenando vestido. Lleva unos lazos de colores en sus trenzas.

Suena y suena la música cada vez más fuerte.

Los pasos de los bailarines se enlazan entre si llevando el son de la música. 

Dos enamorados se besan en un portal, al amparo de miradas curiosas.

Una joven niña suspira de amor.

Un grupo de adolescentes canta hasta desgañitarse.

El bullicio inunda la plaza y la alegría es contagiosa. 

Es mediodía y la fiesta acaba de comenzar.


13 de octubre de 2021

PUEBLO

 


Atardecía, y una vez más me perdí por los viejos barrios.

Parecía como si mis pies me fueran llevando muy despacio a los rincones donde estaba escrita mi historia.

Una fresca brisa me salió al encuentro, mientras una fuerza interior me llevaba a adentrarme por las callejas donde aprendí a amar el arte de vivir.

Iba sola, tarareando una canción. 

A mi paso, me iba encontrando con las gentes que regresaban a sus casas, mientras escuchaba el eco de su saludo al pasar.

De vez en cuando, siento la necesidad imperiosa de perderme con mi cámara rescatando rincones llenos de mi propia historia.

Me conmueven esas casas vacías que guardan en su interior el alma de sus moradores. Esas familias que las habitaron en una época, y que hoy permanecen huérfanas de sus amores.

Testigos mudos de tantas vivencias, que se quedaron prendidas detrás de esos viejos muros.

El silencio lo llena todo.

Quizá en otros tiempos, pequeños niños correteaban llenando de bullicio el lugar, como bandadas de pájaros surcando el cielo, esperando la llamada de su madre dando por terminado el día.



El horizonte se tiñe de rojo pasión, mientras un gato callejero, sentado en lo alto de una escalera, me observa curioso.

Una mujer asomada a la ventana, me saluda moviendo su mano.

Cerca, pasan dos enamorados bebiéndose la vida. Se miran a los ojos, se abrazan, se besan...

En una esquina, se ha parado el tiempo. Puedo escuchar las risas y gritos de los niños en el patio del colegio.

Recuerdo una a una las caras amigas.

También la complicidad de la amistad recién estrenada.

En algún camino cercano, se perdieron los pequeños desencantos.

En una calle próxima, puedo escuchar las notas de una orquesta de baile. Caras adolescentes sonríen y bailan al amparo de las ilusiones más bellas.

El viejo cine, ha muerto de nostalgia.

Los amores de antaño caminan por la avenida, como si no hubiera pasado el tiempo.

Mis pasos recorren como en un ritual, las calles donde amé y fui amada.

De alguna manera siempre volvemos allí. Algunas veces con la imaginación, otras volviendo sobre nuestros pasos, recorriendo las huellas de nuestro pasado.

Anochece, y me sumerjo en la magia de la luna que me sonríe burlona. Parece decirme que soy demasiado sensible para poder subsistir en este viejo y cansado mundo, huérfano de afectos.

Cierro mis ojos con fuerza, para sentir ese instante de vida que me sale al encuentro, porque ya nadie me lo podrá arrebatar.


28 de septiembre de 2021

OTOÑO

 


Ha llegado el Otoño.

Una alfombra de hojas se asoma por los caminos.

Aún puedo sentir el cálido sol de los últimos días del verano.

No se oyen las risas de los niños ni los trinos de los pájaros en el parque.


Están frescas las huellas de los veraneantes en la plaza.

Puedo escuchar el sonido de un violín, o la voz de una joven soprano que me acaricia el alma.

Las musas acuden a mi presurosas, insinuantes, atrevidas...

Es la hora de dejarme llevar por ellas.

Sin las musas, me ocurre como a esas viejas casas deshabitadas, que están huérfanas de amores.

Mis pasos bailan al compas de la tarde. 




 Mi corazón sueña y ama, intentando atrapar la luna como los locos y los niños.

Llevo enlazados en mis dedos, tantos deseos como soy capaz de acariciar mientras camino.

Me abro paso como mejor puedo, salvando obstáculos.



He perdido la cordura por algún rincón, al igual que un día perdí mi cinturita.

Cada día estoy más convencida de que la vida es hermosa, y merece la pena embarcarse en la aventura de vivir el día a día.

Bien es verdad, que no todo es bello y bueno.

¿Quién no se ha encontrado perdido, o desamparado alguna vez?

Podemos sentir el peso del viaje, el polvo de los sinsabores que nos acechan por las esquinas. El mal en toda su crudeza, y tanto desatino que nos lleva a querer claudicar y tirar la toalla.

Aún así, la vida es hermosa y a ella me aferro.

Cada amanecer, renazco un poco.

Me atrevo a llevar en mi alforja, la ilusión como bandera, la curiosidad a flor de piel, el amor como insignia de mi escudo.

En fin...que soy una guerrera a pie de calle, pisando el asfalto en mi quehacer cotidiano.

Si alguien se quiere apuntar conmigo, será bienvenido.

19 de septiembre de 2021

LAS MIRADAS

 


De repente, les vi pasar delante de mi.

Un hombre rudo increpaba de malas maneras a su mujer .

Ella, intentaba hacerle entrar en un bar cercano, donde estaba alguien conocido, pues parecía querer decirle algo.

Imposible que el hombre cediera a a su amable requerimiento.

Tan solo recibió de nuevo un exabrupto como respuesta.

Con la cara descompuesta de rabia, volvió sobre sus pasos, y le faltó poco para empujarla.

Los ojos de aquella sumisa mujer, se posaron en los míos por un instante.

Después, bajó la mirada avergonzada y siguió su camino.

Se me encogió el corazón y estuve al borde de las lágrimas.

Su mirada penetró en mi alma, causándome una herida interior.

Por un momento, pude imaginar su calvario y me llené de tristeza.

Era una mañana soleada, y me encontraba saludando a unas amigas. Nos habíamos reunido allí saboreando la belleza del encuentro, cuando fui testigo de tamaña injusticia.

Tuve la tentación de coger de la mano a la mujer y salvarla de aquel energúmeno. Invitarla con nosotras, y que sonriera, dando un salto a la libertad. 

Pero se perdió a lo lejos con su amargura, sin darme tiempo de rescatarla.

Cerca, en unos matorrales, vi una mariposa libando el néctar de unas flores que acababan de nacer. Volaba libre, sin ataduras, mientras yo la observaba extasiada.

Y volví a recordar a a aquella mujer de mirada triste que soportaba el peso de su prisión.

¡Como me hubiera gustado hablar con ella!

Aliviar su pena, intentar cambiar su situación.

Pero tan solo fue un instante en el que nuestras miradas se cruzaron.

2 de septiembre de 2021

LA MIRADA


Bienvenido Septiembre.

 Aprovecho los últimos días del verano para saborear la vida a orillas del Carrión, donde unos ojos misteriosos me observan.

Su mirada estática me acecha cada atardecer. Por mucho que intento pasar de largo sin ser vista, ella me escudriña las entretelas del alma.

Es el único retazo de arte que queda en aquel paredón desde que un viento huracanado lo tirase al suelo un día de Otoño gris.

Todas las demás figuras y paisajes que allí habitaban  desaparecieron bajo los escombros, llevándose el corazón del artista que les dio vida.


Pero ella, con sus enigmáticos ojos, observa la vida y a las gentes del lugar, por si alguien le devuelve la mirada y quizá esboce una sonrisa comprensiva tratando de aliviar su soledad.

Se quedó rumiando sola los días pasados en buena compañía. 

Su mirada se torna triste y melancólica, cuando el agua del río cercano le canta una canción de amor al pasar. Y en las noches de luna llena, cuentan que se les ha oído reír a los dos  compartiendo confidencias mientras los humanos duermen y la paz inunda aquel rincón.

Un viejo poste le sirve de refugio cuando la lluvia azota la pared hiriendo su cara sin piedad.

Entre los dos hay un pacto de amistad que el paso del tiempo ha hecho firme y seguro.

Las gentes con la llegada de la Primavera y el verano, van y vienen por el camino charlando de sus cosas, disfrutando del buen tiempo, mientras unos ojos oscuros les contemplan en silencio.

Cuando descubrí esa mirada, desde el primer instante me fascinó, y hubo una complicidad enorme con esos ojos.

Quizá se deba a mi imaginación calenturienta y mi curiosidad innata por dar vida a los objetos que me rodean.

Cada verano cuando regreso a Guardo, en mis paseos solitarios a orilla del Carrión, la busco, por si aún vive.

Y si, ahí esta con su misteriosa mirada y sus recónditos secretos.

P.D. Queridos amigos regreso a la blogosfera de nuevo después de un intenso verano. Aunque todavía permanezco de momento en Guardo, en unas semanas volveré a Navarra de nuevo. Os iré visitando poco a poco. 

30 de junio de 2021

¡FELICES VACACIONES!

 


Con la llegada del verano, me dispongo a tomarme unas vacaciones cerrando el blog hasta Septiembre.

Las musas me han abandonado y apenas estoy inspirada para escribir algo.

En breve, me iré a Guardo, mi pueblito muy querido en la preciosa Montaña Palentina.

Allí pasaré estos meses, al arrullo de las montañas y mi rio Carrión.

Y de mis amigos, vecinos y conocidos.

Volveré a recorrer las calles y plazas que guardan retazos de mi historia entonando una canción.

Como dice Mercedes Sosa: "Uno vuelve siempre, a los viejos sitios donde amó la vida, y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas"

La ausencia de las personas queridas, se percibe en las paredes de mi vieja casa, pero su esencia sigue agazapada allí. Puedo sentir los besos y caricias de mis padres, como legado de amor incondicional, bello y bueno.

Os deseo a cada uno unas felices vacaciones.

Cuidaros mucho. 

Todavía tenemos que tener mucho cuidado.

Nos volvemos a comunicar por aquí en Septiembre.

Besos para cada uno de los que habéis formado parte de mi vida a través del Baúl de Laika.

Os agradezco vuestra maravillosa compañía, la calidez de vuestros comentarios, la grandeza de lo que me habéis enseñado cada uno de vosotros.

Os voy a extrañar.



16 de junio de 2021

EL BILLETERO

 


Últimamente me obsesiono con la pérdida del billetero.

Cuando voy al centro, me ocurre con frecuencia, que a veces lo busco y no lo encuentro dentro del bolso.

Bien es verdad, que procuro ponerlo siempre en el mismo lugar para que sea más fácil dar con él cuando lo necesito.

Pero a veces, aún así, es difícil localizarlo a la primera con el consiguiente sobresalto.

El otro día, me ocurrió, al ir a coger el bonobús para regresar a casa después de una tarde de tiendas, empecé a rebuscar en el bolsillo donde lo suelo poner y no aparecía. 

Comencé entonces a revolver una y otra vez cada uno de los recovecos del bolso para dar con él, pero imposible. No aparecía por ningún rincón.

Alterada, nerviosa, con el alma en vilo, intenté pensar donde lo había perdido. 

¿Me lo habría robado aquel chico joven que se acercó a mi pidiendo una ayuda?

No quería pensar mal. Me estaba dejando llevar del ambiente de desconfianza que anida en la calle.

¿Lo habría caído al pagar una camiseta en el Corte Inglés?

Un montón de preguntas como estas me iba haciendo, mientras pensaba como iba a regresar a casa.

De nuevo intenté localizarle hurgando con mi mano una vez más, y al fin apareció en el fondo del bolso.

¡Menos mal!

Respiré aliviada mientras cruzaba el semáforo cercano.

Esto me ha ocurrido un par de veces más.

Pero a los pocos días, volví al centro de nuevo. Como el verano se está haciendo notar ya, y el bolso de invierno era enorme y me daba calor, opté por sacar uno más ligero.

Hice el cambio lo mejor que pude, intentando no olvidarme de nada.

A la vuelta, colgué el bolso detrás de la puerta de mi habitación.

Al día siguiente, a la hora de salir a la calle, volví por inercia a coger el bolso de invierno. Cual es mi sorpresa, que no encuentro las llaves de casa.

¡Uff...ni el billetero!

Busco precipitadamente en otro bolso de verano parecido al que había llevado la tarde anterior, y nada de nada...

Densos calores me invadieron por dentro, mientras mis manos temblorosas y agitadas volcaban todo lo que había en el interior de cada bolso intentando recuperar lo perdido.

¿Pero, como había entrado en casa si me faltaba la llave?

Profundo misterio.

¿Y la tarjera?

Tendría que llamar al banco inmediatamente para anularla.

¿Y el carnet de identidad? 

Tendría que acudir a la policía y contar que lo había perdido.

Menuda rollo, ahora que tengo pensado pasar el verano en Guardo, no tener carnet.

¿Y la llave de casa? 

Bueno, tenía una copia en el cajón.

Menos mal que tenía el móvil.

Mi angustia se iba haciendo mayor cada vez, sin saber que hacer.

De repente, entré en mi habitación tratando de buscar en algún otro bolso, y al cerrar la puerta, allí estaba un bolso muy parecido al que creía haber utilizado.

¡Madre mía que alegría!

La llaves, la tarjeta, el carnet... todo estaba intacto.

¡Qué mal rato!

Poco a poco me fui serenando y tomando aire de nuevo.

Por unos minutos me sentí morir y me faltaba el aliento.

Y es que tengo una colección de bolsos muy parecidos.

Aún me faltan de traer de Guardo cuatro o cinco de variados colores de verano.

Creo que comienzo a perder fuelle...jejeje.

Y es que los años no pasan en balde.

 


30 de mayo de 2021

EL MUCHACHO FORMAL

 


Tenía fama de ser un chico formal. 

Era alto, bien parecido, de maneras educadas, elegante porte y buena figura.

Tenía una sonrisa burlona y atractiva. Dentadura perfecta, labios gruesos y bien dibujados.

Un mechón de pelo rebelde se asomaba a su frente con enorme descaro y jugaba con taparle los ojos.

Unas manos bien cuidadas y finas, daban fe de su procedencia. Uno podía imaginarse que era de "casa bien" como se suele decir, pues no parecía que hubiera trabajado en oficios de poca monta.

Vestía con enorme pulcritud. Ropa de calidad, moderna, un poco atrevida para la época.

Era el alma de las reuniones familiares por su simpatía.

Siempre dispuesto a hacer un favor, sin esperar beneficio alguno.

Alegre, dicharachero, con un puntito de bonhomía de la que todos se beneficiaban.

Las madres de familiares y amigos, le confiaban a sus hijas cuando se iban de fiesta.

Se les podía ver por el Barrio Santa Cruz en grupo, o la calle Sierpes.

Él se hacía cargo de que las chicas pudieran volver a casa sanas y salvas.

Desde muy joven se diferenciaba de los muchachos de su edad por su sentido de la responsabilidad.

Era maduro, serio, comprometido.

Lo que nadie percibía al tratarle, era su inseguridad.

Una inseguridad casi enfermiza que él trataba de ocultar.

Siempre se había exigido a si mismo demasiado, de ahí que se reprochara el no estar a la altura infinidad de veces.

Pero no podía evitar ser más condescendiente con su manera de actuar.

No era que buscase la perfección personal como meta. 

Era simplemente, que la vida le había obsequiado con aquel carácter imposible de controlar.

Y muchas veces deseó ser como los otros. 

No ser tan disciplinado, moderado, comprometido, tenaz, amable, franco...

Pero al instante, volvía a estar seguro de la obligación de ser él mismo y mantener su reputación.

"Genio y figura, hasta la sepultura" reza un viejo refrán.

Tan solo una vez se atrevió a ir más allá.

Fue en un viaje de fin de curso a Italia. 

Habían pasado la mañana visitando los Museos Capitolinos y su colección de retratos de filósofos y emperadores romanos, la estatua ecuestre de Marco Aurelio, y la Luperca o Loba Capitolina, y salieron enardecidos.

Por la tarde, después de comer, pasearon por la Plaza Navona y Villa Borghese, para terminar en el Freni e Frizioni en el Trastevere.

Allí, al calor de la magia de las calles romanas, se dejó llevar.

Bebió, hasta perder un poco la cordura.

Solo un poco.

Lo suficiente, para atreverse a confesarle su amor a una prima suya de la que hacía tiempo se había enamorado.

Nada volvió a ser lo mismo desde entonces.

Una vez que se atrevió a cruzar el parapeto de sus miedos, no tenía que seguir ocultando su inseguridad.

Ya la vida misma se encargaría de ir llevándoles de la mano.

No importaba ser un poco imprudente, o inconsciente, si con ello lograba liberarse de lo que todos esperaban de él.

Roma, había sido su salvación.

A veces es bueno tomar distancia.

Y en Roma vive, junto con su prima.



19 de mayo de 2021

DESEANDO VOLVER


 

Estoy deseando volver a Guardo.

Los que me seguís hace tiempo, conocéis de sobra que es un pueblo de la Montaña Palentina, del que os he hablado largamente.

El año pasado con todo este lio de la pandemia, no me atreví a ir, pero el verano se me hizo eterno.

La fotografía que os muestro en este collage, las hice una noche que quise robar alguna instantánea al azar. Como todo el mundo me conoce, y saben de mi afición, sonríen a la cámara. Claro, que yo sé muy bien a quien le hago las fotos...jejeje.


En Guardo soy muy feliz.  Aprovecho cuando voy para asistir a los eventos que suele haber, y acudo a las fiestas y tradiciones de los pueblos cercanos.

En esta fotografía os muestro el Pendón de Guardo. 


Lo que si añoro mucho es la nieve.
Esta foto está tomada en Primavera, cuando los árboles se visten de flores. De vez en cuando aparece la nieve y la belleza es espectacular.

Por esta zona también nieva, pero en los pueblos de montaña, y muchas veces no tengo a nadie que me lleve en coche para poder disfrutarla. Desde que vivo en Navarra, he podido ver la nieve todos los años, aunque haya sido en poca cantidad.


Cada mañana suelo tomar un mosto y un picho de tortilla y leer la prensa, en el Bar Montañés, con la Fuente de los Cuatro Caños como testigo.

Como es un lugar que está a la vista de todos, no me falta compañía de amigos y conocidos.
Es un ritual veraniego.


Y siempre me espera el Rio Carrión. 
Entre él y yo, existe una conexión especial, una amistad muy particular, un idilio de amor...
Me conecta a mis raíces, sabe mis secretos.
Me queda la esperanza de que este verano podré volver a ese viejo sitio donde amé la vida, como dice Violeta Parra.

11 de mayo de 2021

Entrevista


El año pasado se puso en contacto conmigo mi amigo Alfonso Saborido para comentarme que estaba interesado en hacerme una entrevista para la radio.

No soy muy amiga de las entrevistas, pero por un amigo se hace lo que haga falta.

Al ser la primera por este medio, me ha faltado la experiencia de contestar ordenadamente a las preguntas. Soy bastante atolondrada e impulsiva. Pero me veo reflejada a mi misma.

Él, hace un programa en la Radio Comunitaria de Jerez y los sábados tiene un apartado dedicado a hacer entrevistas.

Conocí a Alfonso por la Red, cuando comencé mi andadura en el mundo de la blogosfera.

Desde siempre, mi curiosidad y mi afán de aprender, me ha llevado a explorar mundos nuevos que me aporten algo positivo.

Así he podido tratar a Alfonso en la distancia y ha nacido una bonita amistad.

Desconocía el mundo de las nuevas tecnologías y creía que había llegado ya tarde.

Pero aún así, me atreví, y comencé a moverme en este mundo virtual dando mis primeros pasos, inseguros al principio.

 Con el paso del tiempo fui adquiriendo experiencia y me atreví a compartir mis escritos en un blog. 

Soy autodidacta. 

Bien es verdad, que he tenido la ayuda de familiares, amigos y conocidos en momentos puntuales. Entre ellos, a Alfonso.

También a Carlos.

Desde siempre me ha gustado comunicar lo que mis ojos ven. 

Incluso, hacía de cualquier objeto, un micrófono improvisado. Un vaso, el palo de la escoba, el enchufe de la aspiradora...

Pronto, al descubrir este mundo de internet, que me llevaba a otros lugares, vi la ocasión de hacer realidad mi sueño de convertirme en reportera aunque fuera de mentirijillas.

Y comencé a contar lo que hacíamos en el pueblo donde vivía.

Me lo tomaba con tanta pasión como si fuera una periodista de verdad. No faltaba a ningún evento: fiestas, tradiciones, actividades lúdicas...

Allí estaba yo con mi cámara, corriendo de acá para allá, intentado captar la mejor instantánea, procurando molestar lo menos posible.

Incluso he llegado a trabajar codo con codo con los profesionales de verdad cuando la lucha minera. 

Aprendí, que no puedes entorpecer el trabajo del otro, pero tienes que conseguir ser mejor que él.

Más adelante quise rescatar vidas anónimas de las gentes del lugar, e hice una sección que la titulé: "Personaje del mes".

Con ella quería dar voz a aquellas personas del pueblo que a lo largo de los años habían dejado una huella perenne con el ejemplo de su vida sencilla, llena de valores, que nadie nos había contado.

Fue muy emotivo hablar con ellos, que me entregaban sus fotos, sus recuerdos, su historia personal, para que yo la plasmara con mis pobres letras.

Han sido años maravillosos en Guardo, un pueblo de la Montaña Palentina donde aprendí a amar la vida y sus gentes.

 


https://www.ivoox.com/entrevista-a-mari-paz-brugos-audios-mp3_rf_54951400_1.html 

Os dejo el enlace de la entrevista. Pinchar en él, y luego en el nombre de Alfonso Saborido para llegar a sus audios. Tarda un poquito en empezar.

Espero lo podáis escuchar bien. Nunca he compartido un enlace por este medio.

Os advierto que es muy larga.

Es para escucharla mientras se cocina, se pasea, o cuando se tiene un buen rato libre.



A lo largo de la entrevista hablo mucho del sur. Y es que he vivido más años en Sevilla y Málaga, que en mi tierra.

Conservo grandes recuerdos de Andalucía y a ella regreso siempre que puedo.

Me gusta ser una más, allá donde voy. Eso me enriquece y siempre aprendo de los demás.

Ahora, Navarra es mi nueva tierra. Aquí soy muy feliz rodeada de sus gentes.