24 de abril de 2023

LAS LÁGRIMAS.

 


Con estas temperaturas veraniegas, apetecen ya platos fríos. Por eso, he comprado unas cebolletas para picarlas en crudo, con una ensalada de patatas cocidas con atún, aceitunas, huevo duro...

El problema, viene, cuando tienes que hacerlo y empiezas a llorar con desconsuelo...jejeje.

Hace tiempo, me compré unas gafas que alivian bastante este menester. Son bastante eficaces, aunque depende mucho de la calidad de la cebolla. Estas cebollas, tiernas, tienen una fuerza tremenda, y a pesar de las gafas, he terminado llorando a mares...

Me sugería, este afán mío, por evitar las lágrimas, que es un calco de la vida misma. Y mira, que según los expertos, llorar cumple una función de transpiración emocional, y que con ello eliminamos toxinas perjudiciales para el organismo. Pero ni por esas...

Las lágrimas, nos acompañan en nuestra venida al mundo. El llanto, forma parte de la comunicación del niño con la madre en los primeros años de vida.

El sollozo, como respuesta al dolor, forma parte de nuestra vida de adultos, como algo misterioso ligado al mundo de las emociones. 

Aunque, también se puede llorar de risa. 

¡Me encanta llorar de risa!

Soy propensa a dejarme llevar de la risa contagiosa y reír hasta desternillarme, mientras las lágrimas me impiden ver al que tengo delante.

Por cierto, que me he ido a la Red, para buscar el significado de :"desternillarse" y dice, que hace alusión  a las "ternillas" unos cartílagos que se encuentran  en diferentes partes del cuerpo humano: orejas, mandíbula...y que debido al movimiento espasmódico y exagerado del que se desternilla, parece que se va a romper. 

Las lágrimas, siempre liberan, ya sea de una manera u otra.

Quizá sea, uno de los recursos más baratos para hacerlo. 

Es muy normal, que hasta los niños en edades tempranas son llevados al psicólogo, e incluso al psiquiatra. 

En fin, que mis cebolletas, han dado para traer aquí los dos extremos de las lágrimas: las del dolor y las de la risa.

Y es que , sobre las lágrimas se puede escribir mucho, pero de momento, os dejo con esta ridícula fotografía mía, para que podáis sonreír a la vida.

¡Felices sonrisas!

12 de abril de 2023

POMPAS DE JABÓN.


 Aquella mañana, las pompas de jabón y su fantasía le salieron al encuentro en la avenida.

Últimamente, tan solo escuchaba noticias catastróficas en el telediario y necesitaba evadirse como fuera.

Es más, ya ni escuchaba el telediario, pues le producía una desazón considerable que a veces le impedía casi respirar.


Para ello, se había vestido de Primavera y se había ido a la calle, a saborear la mañana.

Lucía un sol juguetón y cautivador.

Quizá un poco exagerado para la época, pero que no molestaba en exceso.

La belleza y la fantasía de las cosas sencillas, suelen aparecer de repente. Pero para saber disfrutar de ellas, hay que saber mirar.

Hay personas, que arrastran su mirada a ras del suelo. 

Van inmersas en sus propios pensamientos, en sus problemas, en su pequeño mundo.

No ven más allá de sus propias narices.

No alcanzan a ver las nubes con sus formas variopintas, ni los pájaros revoloteando a su alrededor, o la sonrisa de un pequeño niño inocente, ni los pasos vacilantes de un anciano al cruzar un semáforo.

La dureza de la vida misma, ha hecho que se olvidaran de mirar.

Mirar y ver a su alrededor.


Por eso, ella, no dejaba de mirar y ver.

La risa cantarina de unas pequeñas niñas le habían devuelto la alegría de vivir.

Trataban de coger en el aíre las pompas de jabón que volaban libres.


Las pompas de colores, por efecto de la interferencia entre las ondas de luz, aunque apenas duran solo unos segundos, alimentan la ilusión de los más pequeños.

Y de los mayores...

Porque la felicidad, son momentos.

Y todos, en mayor o menor medida, tratamos de atrapar esos momentos.

Efímeros, como las pompas de jabón.




Ella, se paró largo rato a contemplar aquel juego entre las niñas y las pompas de jabón, y hasta se lanzó a coger una, que se desvaneció con rapidez al contacto con sus dedos.

La felicidad, es así, se escurre y no se deja atrapar fácilmente.



Pero hay que atreverse a correr tras ella, como las pequeñas niñas.

Gritos, carreras, risas...llenaron la mañana de sueños por cumplir.



Era un espectáculo encantador, que no pasaba desapercibido a los transeúntes deseosos de sonrisas.

También, ella, había acabado sonriendo.



Al fondo, los toros buenos y nobles en el Monumento al Encierro, también parecían sonreír.

Y los mozos, con su pañuelico al cuello.

Se alejó, dejándose besar por los rayos del sol y con una carga de energía positiva.

Y todo ello muy barato.

Tan solo mirar, y mirar...