13 de marzo de 2022

LA NOCHE Y LA LLUVIA

 


Escucho caer las gotas de lluvia en mi ventana mecidas por el viento.

Es noche cerrada y aspiro la magia de la oscuridad donde encuentro un halo de misterio.

Muchos ya duermen al amparo de su casa.

Yo vigilo por encima de los tejados y me invento mil historias de amores nacidos en la intimidad de los hogares que diviso.

Camino con la imaginación a flor de piel por las calles vacías bajo un paraguas de colores.

Incluso me atrevo a dar unos pasos de baile sin temor al ridículo.

¡Qué miedo tenemos a hacer el ridículo!

Y miedo a dejar entrever por algún resquicio nuestra cuota de maldad.

¡Menuda manera hipócrita de guardar las formas y mostrar solo aquello que nos hace buenos a los ojos de los demás!

Pero cada cual conserva dentro pequeñas zonas oscuras como la noche.

El asfalto se ha llenado de vida. El agua le ha dado un brillo singular.

Suenan mis pasos bordeando el misterio.

Tan solo los colores de mi paraguas apenas se distinguen en la oscuridad.

Como en la vida misma.

Pequeños fogonazos de colores para iluminar nuestros días compuestos de rutinas banales.

El amor me ha salido al encuentro.

Mi alma inquieta se despereza ilusionada.

Cierro el paraguas y dejo que el agua cale mis huesos al igual que el amor.

Las notas de un piano imaginario ponen alas a mi corazón.

El agua se funde con mi cuerpo marchito y lo llena de savia nueva.

En la noche se esconden también viejos fantasmas de nuestro pasado que amenazan con salir a nuestro encuentro.

Es cuestión de ir evadiéndoles por las calles y plazas hasta que llegue la luz de un nuevo día.

Y volverá a salir el sol y la belleza de la luz.

¡Claro que la luz es bella!

¡Como la verdad!

Pero asustan.

A veces nos escondemos en la oscuridad de la noche, porque no queremos enfrentarnos a nosotros mismos y nuestros miedos.

Brilla el asfalto, cubierto de gotas saltarinas y coquetas a la luz mortecina de las farolas.

Mis ojos se cierran al arrullo de las letras.

Mis viejas amigas han salido a mi encuentro.

Fuera, ha dejado de llover.

P.D. Soy noctámbula por naturaleza. Me fascina la noche. Suelo acostarme tarde. Alguna noche, a punto de meterme en la cama, me acosan las letras y no puedo dejarlas de lado. Siento una necesidad imperiosa de darles vida.