27 de mayo de 2011

LA CITA

Caminaba despacio, como intentando calmar su alocado corazón que atropelladamente le susurraba al oido una y mil incongruencias temerarias.
Se habian citado la noche anterior intuyendo que podian vivir un romántico dia juntos.
Sus pisadas eran como un sonido de cascabeles, que acompasados dejaban escuchar una alegre melodia.
Eran ya las cinco de la tarde y un sol de justicia se asomaba al asfalto como queriendo borrar huellas del pasado, cuando divisó a lo lejos el lugar de la cita y se sobresaltó, no había nadie y era la hora acordada..
Se sentó en la terraza y pidió una cerveza, pasaron lentamente los segundos, los minutos, las horas...
Cuando ya su desencanto se iba haciendo mayor y se disponía a marcharse, le distrajo se sus pensamientos el sonido de su teléfono móvil que le apremiaba con su insistencia a descolgarle.
Al otro lado se escuchó una voz temerosa,y vacilante que le decía entre lágrimas, no puedo, no puedo...
Un viejo amor que la acompañó siempre en la distancia pero con miedo al compromiso, la dejaba de nuevo.
En ese instante comprendió para siempre, que nunca más podia esperar una nueva oportunidad, y se alejó acariciando sus heridas.