Y llegara el silencio en la mañana
y llamaré a tu puerta
y no estarás
y sufriré tu ausencia
en un susurro
que calmara
mi alma y mi ansiedad
Cultivaré las rosas
como siempre
te esperaré a la tarde
en el jardín
me sentaré bajo el manzano
pues tu presencia sigue allí
Cuando ya cansada de esperarte
recoja mi cansado corazón
en nuestra casa, como entonces
escucharé de nuevo tu voz.
Las paredes aún guardan tu presencia
y tus besos se quedaron para mí
en cada rincón hay algo tuyo
que llena cada día, mi vivir.