5 de diciembre de 2019

LA HUIDA


Una mañana salió huyendo sin rumbo fijo.
Sin despedirse.
Con paso ligero.
Atravesó la plaza veloz y se subió al autobús.
A través de la ventanilla podía ver la ciudad que despertaba a sus rutinas diarias.
Pero ella había decidido volar libre, no sabía muy bien donde.
Caminó por un parque lejano a su casa, mientras se dejó besar por el cálido sol del Otoño.
Su corazón latía con fuerza.
Vagó todo el día sin tomar bocado alguno.
Se sentó en un banco agotada por el cansancio.
Por su mente fueron pasando retazos de su historia.
En realidad no sabía muy bien de qué huía. 
     
       ¿De su situación?

      ¿De sus miedos?

        ¿De ella misma?

        ¿O simplemente había sido un deseo anhelado 
           hacía tiempo?

        ¿Una necesidad de reencontrarse?

Poco a poco sus ojos se fueron cerrando hasta quedarse dormida.
Al cabo de un largo rato se despertó sobresaltada.

Era una mujer nueva.

En su huida había ido dejando el lastre acumulado a lo largo de los últimos años.

Libre al fin, corrió al encuentro de su nueva vida.

P.D. De vez en cuando uno necesita tomar distancia de aquellas rutinas que nos asfixian. Huir sin rumbo, hasta encontrarse.