26 de febrero de 2012

LA CAFETERA DE COLOR AZUL


Erase una vez una cafetera de color azul que guardaba en su interior miserias y vanidades. Era consciente de que su color estaba asociado con la inteligencia y el conocimiento en ciertos aspectos. Así mismo, la filosofía era presentada con ese color. Le costaba reconocer que el color azul se asociaba con el frío, y en secreto envidiaba el color rojo por su calidez.
También había descubierto un hongo comestible que que se llamaba" Lactarius indígo" cuyas láminas y carne eran de color azul.
Se solía pavonear de que su color era como el de la sangre de las familias aristocráticas e incluso de los reyes. Ella también creía tener en sus venas "sangre azul" y miraba con desdén al resto de lo mortales.
Su color tampoco estaba exento de lucir en banderas y demás ideologías políticas con las que los humanos suelen expresar sus ideas.
De lo que más orgullosa se sentía era de que tenia el  mismo color del cielo y soñaba despierta con maravillosas aventuras por el espacio.
Tenia una particularidad que no tenían las demás cafeteras. Cada vez que su dueña servia un café a sus invitados, de su interior salía una hermosa melodía. Era entonces cuando su engreimiento llegaba a límites insospechados; se ponía todo lo azul de que era capaz y lucía todos sus encantos ante la mirada atónita de los comensales.
Un día, un ladrón se coló en la casa de su dueña mientras dormía. Sin hacer ruido fue lentamente rebuscando los armarios, y de repente, allí estaba ella...iluminado la estancia con su color azul.
Al principio la ignoro pensando que no tenia valor alguno. Ella se puso todo lo azul de que era capaz como cuando se lucia en la mesa, para captar la atención del delincuente. El "caco" la cogió por el asa sin ningún miramiento y ella intentó defenderse con su preciosa melodía, depertando así  a la dueña y a su esposo que ahuyentaron al ladrón que corría desesperado.
Desde entonces los humos se le subieron todavía más a la cabeza, pues sus dueños no paraban de contar su hazaña. Pero en su interior se decía "siempre es tiempo de aprender a dejar la vanidad de lado y experimentar nuevas sensaciones" Quizá su monótona vida entre café y café se le había quedado pequeña.