19 de febrero de 2021

RAICES

 


Hay personas que dicen no tener raíces. Incluso presumen de no sentirse de ninguna parte y ser ciudadanos del mundo.

Otros reniegan de sus raíces y de su origen, y cualquier  otro país les parece un paraíso.

Existe también gente que le importa muy poco ser de aquí o allí.

Otros defienden a capa y espada, como se suele decir, su procedencia, y no dudan que se les reconozca allá donde quiera que van.

Es lógico dada nuestra condición humana y sus peculiares características. 

Personalmente me conmueven esas personas que aman su pueblo con toda su alma.

Ayer, sin ir más lejos, me encontré a un amigo que al enterarse de que había nevado, no se lo pensó dos veces y se vino a Guardo a pasar unos días.

Como un chiquillo me contaba emocionado que había pasado la mañana recorriendo rincones que le eran familiares: la casa paterna, el barrio, la estación del tren, y hasta se atrevió a cruzar el puente de hierro como cuando era niño y competía con sus amigos a ver quien era el más valiente.

Llevaba en su mano una cámara fotográfica y me decía que había fotografiado todo lo que sus ojos habían visto.

Había querido rescatar retazos de su historia en aquellas instantáneas y guardarlas para siempre. 

Pasó la mañana pisando nieve, recorriendo calles y plazas, despacio, como regresando a su origen.

Pasado y presente se fusionan entre si volviendo al punto de partida como una necesidad imperiosa de encontrarnos a nosotros mismos. 

Y es que en el fondo yo soy igual que mi amigo. Aparecí aquí después de muchos años viviendo en el sur y he encontrado mi lugar. 

Estoy de nuevo anclada a mis raíces. 

No sabría vivir sintiendo el desarraigo en mi alma. 

Cada cual que haga lo que crea conveniente. 

P.D. De vez en cuando me abandonan las musas y entonces suelo rescatar antiguos relatos míos que Facebook me recuerda.  


10 de febrero de 2021

ISABEL

 



Nos acaba de dejar Isabel, escritora y poeta brillante.

El mundo de las letras está de luto.

Y también el mundo de la blogosfera, que es donde yo la conocí.

Desde que comencé a escribir en el blog, ella fue una de las primeras personas que comenzó a seguirme y que yo comencé a seguir.

Al cabo de un tiempo, habíamos formado sin proponérnoslo, una comunidad de amigos blogueros amantes de la literatura.

Compartíamos nuestros relatos, nuestras vivencias, viajes, fotografías, acontecimientos...

Es impresionante, como sin conocernos personalmente, se puede forjar una amistad virtual tan fuerte.

No hace mucho, también nos dejó Maria Jesús y fue un duro golpe. 

La Red nos unió y fue punto de encuentro durante largos años.

Después, los blogs dejaron paso a las redes sociales y comenzamos a comunicarnos por ese medio también. 

En la actualidad, somos menos los de aquella época, que mantenemos el blog abierto, pero queda intacta la amistad.




Isabel, nos comunicó un día, que había publicado su primer libro retomando así una pasión que siempre le había acompañado. 

Me puse en contacto con ella para comprarle alguna de obras. 



Mujer afectuosa y detallista, siempre me conmovía con sus dedicatorias.


Uno de los últimos libros que me dedicó fue el "Nervio de la Piedra", un libro de poemas.



Pero también tuvo el detalle de regalarme su libro titulado: "Mujeres de Otoño". Ocho relatos donde las mujeres son los personajes principales. 

Nos comunicábamos por el messenger, o por email.

No hace mucho mantuvimos una conversación animada sobre las circunstancias actuales de la sociedad.

He leído en "La Verdad" de Murcia, donde le han dedicado un artículo, que una de sus últimas novelas lleva por título:"La Epidemia del siglo" novela premonitoria, publicada en 2019.

Llevaba varías semanas hospitalizada. En uno de sus últimos versos compartidos advertía de la fragilidad humana: "Hoy somos torpes criaturas conscientes de su barro frágil"

Se despidió de nosotros en Facebook, por motivos de salud. A pesar del cuidado que había puesto, el "bicho" la había enganchado, decía. 

No le daba más importancia, mientras procuraba cuidarse y poder volver a comunicarse con nosotros.

Nada hacía prever que era su despedida.

A los amigos blogueros nos ha dejado el corazón roto, pero siempre permanecerá en nuestro recuerdo a través del legado de sus letras y por su enorme corazón y humanidad.

Arropamos a sus huérfanos libros en algún lugar del corazón.

Envío un fuerte abrazo a sus familiares.

¡Hasta siempre, querida amiga!