Estaciones de tren, testigos mudos de despedidas dolorosas, y alegres e ilusionados reencuentros.
Lugares donde los sentimientos se asoman a nuestros ojos, y resulta imposible esconder en los plieges de nuestros respetos humanos.
Miradas ansiosas, en espera.
El viejo reloj, que marca las horas lentamente, mientras nuestra paciencia se va agotando.
Súspiros al viento, de felicidad.
Encuentros que cambian la vida.
Abrazos de amor eterno
Esperanzas nuevas
Railes por donde pasa el tren de la vida.
Ilusiones compartidas.
Miedo al olvído.
El tren que se aleja perezoso, cabizbajo.
Todo un revoltijo de sentimientos muy variados.
Nuevos horizontes en la lejania.
Viejas estaciones, llenas de sabiduria.
4 comentarios:
Siempre pensé que el tren y sus estaciones tienen el don de formar parte en casi todas las metáforas de la vida.
Un beso Maripaz.
Cuantas historias se encierran en esas estaciones........besos Maripaz
Siempre las estaciones de tren han sido para mí sinónimo de viaje de vacaciones gracias a Dios, pero reconozco que también pueden ser triste, en el cine cada vez que sale una estación, es una despedida triste, ruptura, desamor, pérdida... un saludo que parte ya mi tren.
Así tenían que seguir siendo las estaciones, en las ciudades son demasiado modernas, gigantes, pocos rincones misteriosos... pero siguen quedando los andenes...
Un abrazo.
Publicar un comentario