Lola, hace tiempo que convive con su familia humana. Tiene unos bellos ojos que parecen hablarte cuando te miran. Es tranquila, cariñosa, coqueta, y se sabe amada.
Atrás quedaron los tristes días en que se vio abandonada en un canil de la Protectora a causa de las desavenencias familiares y la separación de aquella pareja que la tenía en su casa.
Su tristeza y desamparo la habían dañado en extremo, sin saber muy bien qué había ocurrido y por qué la habían dejado allí.
Pero un día, apareció un alma buena y ella se acercó suplicante pidiendo irse con ella.
Fue un flechazo entre ellas.
Y desde entonces vive feliz en una nueva familia que la adora.
Lucas, acaba de llegar a vivir a casa de Puri.
Es un gato tímido, cauteloso, pacífico.
A veces le sacan al jardín y no se atreve a salir del transportin
Ha sufrido en la calle y tiene secuelas que le hacen sentir vulnerable.
Pero deja que le acaricies lentamente, como si quisiera borrar con ello los malos ratos pasados.
Lola, es mimada desde ese encuentro que le cambió la vida, y aunque no vive con él, de vez en cuando se ven en la casa de, Lucas.
Lola, intenta acercarse a, Lucas, pero, él, temeroso la rechaza con su pata, impidiéndole se acerque demasiado.
No se fía.
Ha sufrido demasiado.
Y, Lola, lo sabe, pues lo ha vivido en sus propias carnes.
En la aventura de la amistad y el amor hay que darse tiempo.
Conquistar poco a poco los corazones y, con mayor motivo, si han sido heridos por la vida.
El cariño es frágil. Como un rayito de luz, una gota de esperanza, una flor de Primavera.
Pero estoy segura que muy pronto, Lola y Lucas serán grandes amigos. Cuando , Lucas descubra de una vez por todas que va a ser amado para siempre, al igual que, Lola y se sienta seguro.