Te marchaste un día porque te ahogaba el horizonte sin futuro. Tus sueños hacía tiempo que se habían marchitado. Ya nada te ataba a la tierra y emprendiste un secreto viaje al paraíso de las oportunidades.
Se acercó lentamente apoyando su cabeza en mi hombro, y al sentir el roce de su aliento en mi piel marchita, pude renacer de nuevo.
Cruce la puerta de tu vida para adentrarme en tu mundo. Me atreví a seguir tus pasos a hurtadillas, para que al sorprenderme fueras capaz de amarme por mi mismo, no por lo que otros te pudieran contar de mi.
4 comentarios:
En ese último pensamiento andamos.
está muy bien el título de este poema porque son pensamientos amalgamados... sentimientos nostálgicos y decisivos...
también muchas ganas de vivir.
¡que bonitos son los paisajes nevados!
biquiños,
Saborearla, que es una delicia. Abrazo.
Fue muy lindo verte por allá, Maripaz, como si me hubieras agarrado la mano para traerme hasta aquí... a veces andamos perdidos.
Hermosas imágenes con palabras que llegan al corazón.
Un beso enorme.
HD
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