23 de noviembre de 2019

PASEOS POR LA CAPITAL NAVARRA


Tengo la inmensa suerte de vivir cerca del campo y de la ciudad.
Unos días me muevo por los verdes prados y otros por el frío asfalto.




El otro día caminé largo rato por la Ruta del Camino de Santiago recordando a mis amigos andaluces. Su recuerdo está ligado a ese lugar para siempre.



Ayer pasé la tarde en el centro.
En el autobús, algún viajero comentaba con otro el tema del día. La sentencia de los ERE.
Prefiero no contaros lo que escuché...
En una de las paradas, sube un niño con su papá.
Es un crío de pelo negro y mirada de pillo.
Al pasar por delante del conductor, sube su pierna derecha hacia arriba enseñándole sus flamantes zapatos.

-¡Mira, tengo zapatos nuevos...!le dice sonriendo.

La tarde se llena de la magia de su inocente mirada, mientras los allí presentes sonreímos sin ningún recato.
Se ha hecho realidad ese refrán que dice: "Más feliz que un niño con zapatos nuevos"




Hacía una fría tarde otoñal. 
El puesto de las castañas asadas, hace ya unas semanas que ha hecho su aparición en la esquina de siempre.

En un ventanal de un viejo piso puedo ver la figura de un anciano, un perro y muchos libros apilados.
El anciano, acaricia al perro, y el perro mueve la cola.
Los libros parecen observar la escena con complicidad. 
Es el refugio en el último tramo de la vida




Pasa cerca de mi un matrimonio joven y sus pequeños. 
- Maria, no te preocupes, saco el pescado y lo hago en un momento- escucho.
Me sale una sonrisa divertida de manera natural.
Es un joven marido que colabora en las tareas de la casa con enorme naturalidad.
Hemos avanzado algo...




En una calle cercana un grupo de chicos jóvenes habla alto de sus cosas.
-Buff...me han acosado en internet. Dice una chica.
-No hay que meterse en internet. Ya estás fichada. Le contesta el chico que va a su lado.
Son palabras que oigo al pasar.
Me hubiera gustado escuchar el resto de conversación. 
No por curiosidad.
Simplemente para saber un poco más que piensan esos ciudadanos con los que me voy cruzando y que hablan de temas variopintos.



A lo lejos observo a un chico con un perro.
Le espera una chica en la esquina. 
El perro es apenas un cachorro juguetón e inquieto. 
Corre hacía donde está la muchacha, se pone muy contento y mueve la cola. Cuando ya está a su lado, se sube hasta el ras de la cintura para que lo acaricie.
El chico, de un manotazo en el morro, le coge la cabeza entre sus manos mientras le grita: ¡"Te voy a dar..!
No es que ...te voy a dar...es que le has dado, susurro para mis adentros. 
El perro baja la cabeza temeroso, y camina al lado de los dos muy despacito mientras les veo alejarse.
Hay gente que tiene la mano muy larga.
A los perros como a los niños hay que educarles con buenas maneras.

En la Avenida Carlos III hay una tienda de numerosos artilugios a bajo precio. 
Debe ser una marca extranjera.
La verdad que es muy tentadora...
Y claro...caigo en la tentación.
Está a rebosar. Niños pequeños con sus padres, adolescentes aburridas, señoras de mi edad...
Estanterías con cosas minúsculas que no sirven para casi nada la mayoría de ellas, pero que incitan al consumo.
Por el módico precio de un euro, dos o tres, vas llenando la cesta, y al pasar por caja es toda una fortuna la que te has gastado inútilmente.

De  repente, veo entre los viandantes una sonrisa amiga.
Es mi vecino búlgaro con su familia que tiene una tahona al lado de casa y le suelo comprar el pan. 
Le saludo afectuosamente .
Una mirada y una sonrisa de alguien conocido en medio de la calle en una ciudad, es de agradecer.
Aunque Pamplona es una ciudad "pequeñica" como dicen ellos, no es igual que en Guardo que nos conocemos todos y voy saludando a todo aquel con el me cruzo.

A lo lejos veo un matrimonio mayor cogido del brazo.Él lleva una enorme "txapela". 
Sus miradas denotan serenidad al atardecer de la vida.




Al llegar a la Delegación del Gobierno, veo que está iluminada la fachada contra la lacra de la violencia de género.
Cruzo la avenida con rapidez, pues veo llegar a lo lejos el autobús de regreso a casa.
Ha sido una tarde estupenda.

17 comentarios:

Mara dijo...


¡Qué paseo tan fantástico has dado Maripaz y que escenas tan bonitas has contemplado, escuchado y compartido. Gracias. Un abrazo.

CHARO dijo...

Haces unos paseos estupendos y encima no se te escapa ni un detalle ni una conversación lo cual te tiene que entretener mucho.Besicos

MAMÉ VALDÉS dijo...

Buena tarde de paseo... un saludo desde el sur del sur.

diego dijo...

Marioaz, eres una excelente reportera y cronista de los lugares donde habitas. Es un placer recorrerlos de tu mano, de tu óptica y de tus palabras. Abrazote.

llorenç Gimenez dijo...

Hola Maripaz .. Es la vida cotidiana, que tu describes magistralmente en tus post, en tus comentarios, Pamplona, siempre señorial, siempre cotidiana, donde en sus calles se mueven multitud de anécdotas, de historias humanas..
Un abrazo..
PD. sabes he estado a punto de ir a pasar la noche vieja a Pamplona, pero no hay sitio en el hotel que conozco.. Otra vez sera.

Mari-Pi-R dijo...

Con tus explicaciones es como haber hecho el recorrido contigo.
Lo bueno es disfrutar del campo y tener una ciudad cerca para tus buenas compras y paseos, un abrazo.

jesus alvarez dijo...

Gracias por compartir estas imagenes y comentarios tan bonitos, con esas explicaciones ya casi me parece haber estado alli, saludos y feliz semana.

Macondo dijo...

La tarde ha sido estupenda también para tus lectores, porque nos la has retransmitido magníficamente tal cual la ibas viviendo.
Un abrazo.

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Olá, Maripaz!
Depois de ter feito o Caminho de Santiago com os seus amigos, você volta ao cotidiano, como leio nesta sua bela crônica.
Vejo que você tem a sorte de viver em lugar aprazível, mas perto da cidade, que tem muitas vantagens.
As fotos do centro da cidade são muito boas. Fotos de uma cidade bonita.
Assim você pode desfrutar o campo e a cidade, o que dever ser muito bom.
Uma boa semana, minha amiga Maripaz. Beijo. Pedro

MoniRevuelta dijo...

Que bien se te da contar cosas, Maripaz, contar la vida. En lo cotidiano se esconden miles de historias y detalles, comparto contigo esa curiosidad por todo lo que me rodea.
Las fotos me encantan, has captado todos los reflejos en el suelo de la ciudad, los colores y las luces, me gustan muchísimo las fotos de los días de lluvia, y las fotos nocturnas. Son una maravilla. Y esa ciudad, perece preciosa...
Da gusto leerte, de verdad, ojalá escribieras más:)
Un beso enorme, y otro a Leti (corazón)

Tesa Medina dijo...

Maripaz me he visto reflejada en tu manera de pasear, también voy escuchando lo que dicen a mi paso, observo, reflexiono, me quedo con trozos de conversación...

La vida que fluye y que tanta gente se pierde por ir ensimismados con sus cascos de música o fijos los ojos en sus pantallas de móviles.

He paseado contigo y he sentido y conocido Pamplona de una manera más auténtica que si hubiera seguido una guía de turismo.

Preciosas fotos, como siempre, Maripaz.

Disfruto mucho de tu manera de mirar, de encuadrar y de contar, se nota que tienes a empatía a raudales, simpatía y mucha ternura.

Un abrazo,

Ikana dijo...

Es genial que, aunque el día haya estado pasado por agua, haya sido una tarde memorable ^^

caritabaston dijo...

Precioso paseo y preciosas fotos Maripaz, Un beso desde Chipiona

Ernesto. dijo...

Sin duda! He disfrutado con el recorrido... y todos sus matices.

Fuerte abrazo Maripaz.

Conxita C. dijo...

Qué buen paseo Maripaz, de esos que se disfrutan y nos hacen disfrutar. Se trata de saber mirar y tú desde luego sabes.
Un beso enorme

Framboise dijo...

:) Realmente sí, tienes suerte al tener las dos cosas tan a mano. Y nosotros de disfrutar del paseo llevados de tu mano y de tus comentarios sobre lo que ves y oyes, dándonos la base para imaginar más cosas aún. Gracias por ser tú.
Un abrazo grande y una sonrisa :)

Manuel dijo...

Me encanta como eres, Maripaz, sencilla y dulce, y por la forma tan primorosa que tienes de observar a las personas y de narrar lo cotidiano....por favor, no cambies nunca.
Un placer siempre el visitarte, ¡Ah!, y las fotografías preciosas.
Un beso.