Caminaba yo rumbo al supermercado, cuando de repente un pequeño ratón cruzaba por el parque cercano.
Iba muy rápido. Se le veía muy joven, asustadizo, inseguro. Cual adolescente que huye veloz, a ninguna parte, intentado liberarse de las ataduras maternas y paternas.
Le seguí largo rato apurando mis pasos. Él corría más y más intuyendo mi presencia.
Se paró debajo un árbol observando el peligro.
Era precioso, muy chiquitín, coqueto, con unos ojos muy vivos, sus orejas en posición de escucha y su rabo largo y pizpireto.
Si hubiera tenido la cámara réflex le hubiese hecho unas bonitas fotos, pero con el móvil...
¡Mira que siempre digo de llevarla encima, pero pesa tanto...!
Emprendió su marcha hasta llegar a un paso de cebra que cruzó como un buen ciudadano más.
Al verme muy cerca aligeró el paso por miedo a que le hiciera daño.
Se paró al lado de otro árbol y me miró desafiante.
Yo también le mire, pero con ternura.
Me parecía tan desvalido...
Unas voces vinieron a enturbiar la paz de nuestro encuentro. Dos hombres salieron de una casa cercana y hablaban a grandes voces sobre un coche aparcado cerca. Por lo visto era de uno de ellos y le habían dado un golpe.
El pequeño ratoncito, temeroso, se escondió entre las hojas muertas.
Se volvió invisible.
No para mi, que sabía que estaba oculto allí.
Permanecimos camuflados cada uno a su manera.
Se fueron los dos hombres y salió de su escondrijo cruzando la carretera.
Le seguí hasta que se paró en una pared cercana y me miró pidiendo clemencia.
Sus pequeños ojitos parecían decirme que por favor no le hiciera daño.
¿Cómo iba a hacer daño a tan hermosa criatura?
Todos los seres vivos que poblamos el planeta tenemos derecho a la vida.
Le miré por última vez antes de verle desaparecer por debajo de la puerta de un jardín comunitario.
Le deseé suerte en su aventura.
No sin antes prevenirle de que este mundo nuestro no está exento de peligros, pero que vivir en libertad es una aventura apasionante.
15 comentarios:
Se libró porque eras tú la que estaba al otro lado, con la de humanos y gatos despiadados que hay por el mundo.
Un abrazo.
Bonita persecución Maripaz. Al ver que eres de fiar un día cualquiera lo volverás a ver.
Un beso.
Qué entrada más guay!
Se libró no por los pelos, sino por ti...
Un beso.
Vivir en libertad, es cierto, es una aventura apasionante.
Bonita historia, Maripaz, tu enorme, bello y amable corazón se traslada a tus textos de la mejor forma que se puede hacer ... como tú lo haces.
Un abrazo de martes.
Una historia preciosa, inusual y conmovedora.
Besos
¡Me encanta de principio a fin esta entrada!
El relato, el vídeo, las imágenes.
Y la frase final "como frutilla del postre"
"No sin antes prevenirle de que este mundo nuestro no está exento de peligros, pero que vivir en libertad es una aventura apasionante."
Mucha ternura y amor nos dejas con este relato.
¡Gracias!
Por cierto, también me hubiera gustado ver a ese ratoncito y desearle mucha suerte en su vida.
Fuerte abrazo Maripaz bonita
Ojalá llegara el día en que todos perdamos los miedos que nos atenazan.
Besos.
Sí, el mundo no está exento de peligros. Pero la otra cara de la moneda es una existencia placentera... ¡Es la vida!
Saber, poder, compaginar ambas, es parte de la meta que nos corresponde alcanzar.
Cabe que el pequeño ratón, en sus circunstancias vitales, sea más natural que muchos de nosotros...
Abrazos Maripaz... de Nafarroa! :))))))
En efecto: así es la vida, con sus aventuras y sus inconvenientes.
Me ha gustado esta historia ;)
Un beso grande
Olá, amiga Maripaz, gostei muito de ler essa bela crônica,
que conta a história desse ratinho que inspirou você a escrever
e a filma-lo. Uma crônica que soube valorizar esse pequeno ser,
com sua beleza, com seu temor e com sua ânsia de liberdade.
Aplausos para a sensível cronista!
Votos de um excelente final de semana, com muita saúde e paz.
Meu fraterno abraço.
Lindo ratoncito, seguro harían buenas migas con mis gatitos
y lo digo en serio, mis gatos se hacen amigos de todo el mundo
incluso de sus presas.
Estupendo relato
lindo finde Maripaz
Muy lindo, yo tengo un hamster que se parece y es un encanto, saludos y feliz semana.
Um olhar complacente e uma narrativa sensível. E os clicks ilustradores. Um conjunto que nos deu uma cronista de uma leveza que valeu a pena a minha incursão pela tua casa. Gostei de ler-te.
Um bom final de semana!
Por un momento mientras te leía hasta yo me sentí asustada por el ratoncillo, lindo relato, me encanto tu contemplar en estas letras, Gracias por escribir.
Ah, qué ternura de post, MariPaz, me recordó esa canción de mi niñez
"Era un ratoncito, chiquito, chiquito, que asomaba el morro por un agujerito, desaparecía y volvía asomarse, movía el rabito con mucho donaire..."
Qué bonita la palabra donaire, tú lo tienes, MariPaz.
Un abrazo,
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