De vez en cuando me abandonan las letras y una enorme pereza se adueña de mi.
Por más que les hago burla y les saco la lengua, no aparecen...
Entonces, no se me ocurre nada que contar y, se me pasa por la mente la idea de cerrar el blog y con él un ciclo de mi vida virtual.
Y es que, un maravilloso sol se asoma por mi ventana y me invita a salir de casa.
Parece una primavera adelantada.
El sol es un embaucador de gentes soñadoras y con un puntito de locura a sus espaldas.
Siempre pienso, qué con mi edad, no puedo perderme nada de lo que la vida me ofrezca. Ahora, tengo salud, movilidad, entusiasmo, alegría y unas enormes ganas de saborear la vida.
Quizá, en apenas unos años, mis circunstancias cambien y no pueda hacer muchas de las cosas que ahora me son permitidas.
Estaba esta mañana en una tienda regentada por chinos. Un bazar donde hay toda clase de objetos muy variados.
Una señora mayor entraba por la puerta con un andador, cuando yo casi salía.
- Buenos días. ¿Tiene bragas de algodón?
- Si, en la tercera estantería de la cuarta calle.
-Perdón, ¿De qué calle?
- De la cuarta.
Viendo que la señora no se aclaraba a las respuestas de la dueña que estaba en la caja, me brindé a ayudarla.
- Mira, hija, me gustan las bragas grandes y de algodón.
¡Las de toda la vida, vamos...!
-Que tapen bien.
- A mi también, señora.
Me atreví a confesarla, mientras sonreía con complicidad.
La señora era un encanto. Arreglada, limpia, perfumada...
Y muy simpática.
-Mira, es que se ha quedado mi hija fuera con mi perro.
-No se preocupe, yo le ayudo.
Las bragas en cuestión estaban en una estantería a ras del suelo. Ella sola no podía cogerlas, por la posibilidad de irse al suelo.
Le cogí un par de ellas de la talla XL.
Las extendimos todo lo largas y anchas que eran, calculando con que serían de su talla.
La señora, reía sin parar al verme en semejante tesitura.
Y comenzó a contarme sus últimos achaques, operaciones y demás problemas de salud que acompañan a la vejez.
-¡Tengo 95 años!
- ¡Madre mía, está guapísima!
- Además, me gusta la vida y la gente. Vivo sola con mi perro en Pamplona. Bueno...mi hija que vive aquí me sigue la pista...jejeje.
Sus ojillos brillaban mientras me contaba algún retazo de su historia.
-Yo me hago mi comida, voy a la compra, cuando se trata de pequeñas cosas, salgo a pasear con mi perro, veo la tele...
El mundo se había parado en aquel instante.
Yo, no tenía prisa alguna y ella tampoco.
Eso de ir sin prisa alguna por la vida, es todo un lujo que se adquiere con el paso del tiempo, la jubilación y la serenidad que dan los años.
Y ese saber escuchar al otro, hacerle ver que nos interesa lo suyo, lo que cuenta, es un arte que se va perdiendo, por la prisa, la indiferencia, el egoísmo, la despreocupación, el desinterés...
- Me llevaré un par de ellas y luego veré...
- Muy bien. Así va sobre seguro.
Al instante nos acercamos a la caja, no sin antes haberme dado las gracias, mientras se apoyaba en su andador.
-¿Cuanto valen?
-Seis euros.
¡Uy, que caras...
-Ha subido todo: la cesta de la compra, la gasolina, el gas y hasta las bragas...jejeje.
Fuera estaba la hija con el perro y una prima charlando.
Acaricié al perro, mientras ella nos presentaba.
Me presentaba al perro, que la hija seguía charlando sin mirarnos.
- No le gusta mucho que le toquen el morro.
-No se preocupe. Ejerzo en ellos un poder de seducción que les atraigo.
-Pues es verdad.
-Mira como se deja acariciar.
-¡Adiós, bonita!
-Adiós, señora. Ha sido un placer.
Seguí caminado por el parque cercano con mi carro repleto.
Las gentes disfrutaban de la mañana, mientras el sol me hacía un guiño juguetón.
Y efectivamente, en mi regreso a casa, pude acariciar a Kira y Milka que van con sus dueños. Dos perritas preciosas. Una, tiene un año, la otra es un bebé. No cabe duda de que la seducción existe.
10 comentarios:
Una maravilla de entrada llena de colores y con sol
Ni se te ocurra cerrar el blog. Hay tiempo para todo y tú no solo te llevas bien con los perros, sino también con las letras. Cuando supuestamente te tenían un poco abandonada, nos has regalado esta delicia que nos ha puesto a todos de buen humor.
Cómo no van a quererte, si eres un encanto.
Un abrazo.
Olá, amiga Maripaz, mais uma bela crônica, da qual gostei muito.
Você começa com dificuldade de encontrar assunto, e à sua frente
aparece o sol radioso convidando-a para um passeio solitário ou
com alguns amigos. Assim o assunto foge e você sai para a rua, e
numa loja encontra aquela pessoa de 95 anos, apoiada em seu andador.
O que se passa na loja é muito divertido, e ainda aparece um cachorro
e a sua ajuda na compra. Gostei muito de ler.
Aplausos, amiga Maripaz, um bom fim de semana.
Meu abraço.
Una mañana muy reconfortable pues el hecho de ayudar a alguien que lo necesita reconforta mucho. Me ha encantado leerte.Besicos
Ni se te ocurra cerrar el blog sin pedir permiso.
¿Cómo nos vas a dejar huérfanos de leer tus vivencias tan bien contadas?.
Besos.
Querida Maripaz, a crônica está excelente, maravilhosa e divertida de ler,
mas amiga... que história é essa de fechar o blog? Vejo que ninguém abraçou
essa ideia e nem lhe deram força!
Lindo é abrir a janela, dar Bom Dia à vida, vá passear sim, mas vai nos abandonar?
Ninguém está gostando dessa ideia.
Quero ler você, continuando a rir com seus casos!
Deixo um beijinho e votos de uma feliz semana!
😁😂🙏😅🌹🌹🌹
Saber escuchar, saber mirar, saber estar y además, saber dar. Has desarrollado demasiadas virtudes y siempre te seguirá yendo muy bien.
Besitos de anís.
Ay mi querida Maripaz!
Ya te lo han dicho y me sumo ¿Qué es eso de cerrar el blog?
Siempre tienes algo para contar, pues sabes muy bien disfrutar de lo cotidiano, de las cosas simples de la vida y ¡ni qué decir! de lo bien que sabes contar aquí tus vivencias que, ya ves, ¡Nos encantan!
Venir a visitarte siempre es un remanso, un aliciente, una inmensa alegría de que aun hay gente con sentimientos a flor de piel, gente "de verdad humana"
Adhiero totalmente a
"Eso de ir sin prisa alguna por la vida, es todo un lujo que se adquiere con el paso del tiempo, la jubilación y la serenidad que dan los años. Y ese saber escuchar al otro, hacerle ver que nos interesa lo suyo, lo que cuenta, es un arte que se va perdiendo, por la prisa, la indiferencia, el egoísmo, la despreocupación, el desinterés..."
Algo de ello intenté reflejar en "De eso se trata" que publiqué en mi última entrada.
Fuerte abrazo y "sin prisa" en cualquier momento vuelve a contarnos alguna de tus salidas cotidianas. No es necesario que escribir te quite tiempo a salir por allí a disfrutar del sol.
Para qué vas a cerrar el blog amiga... ¿Para perdernos estas anécdotas?
Sigue sigue. Aunque escribas de Pascuas a Ramos.
Abrazos Maripaz
Qué buen encuentro, Mari Paz. Y qué envidia por tanta vitalidad envidiable de esa señora.
Y no te creo ni quiero creerte cuando dices que te entran ganas de abandonar
esta ventana generosa que sólo te pide que te dejes querer por quienes juegan
en tu misma división: la de la buena gente, esa que huye de los seres tóxicos.
Un descanso si quieres, vale. Pero déjate querer, guapa. Un beso.
Publicar un comentario