10 de febrero de 2023

ATARDECER DE LA VIDA.


 Allí estaban delante de mi en la pescadería. 

Ella, muy dulce, el pelo blanco, la sonrisa a flor de piel, elegante, distinguida...

Él, no se cansaba de mirarla, mientras le comentaba algo al oído.

Hubo un momento, en que ella, puso su mano en el hombro de él.

No me dio tiempo de captar la instantánea.

Amor puro al atardecer de la vida.

Ya en la caja, volvimos a coincidir. 

Delante de nosotros, un hombre, con cara de malas pulgas y mirada hosca,  instaba a la cajera le dijera cual era el importe de la cuenta. 

Al lado, una mujer, un poco despistada, también le preguntaba cuanto le había cobrado con recelo e insistencia.

En un momento, se habían juntado los dos y se habían hecho un lío con las compras.

Yo escuché a la cajera decirle al señor el importe de la compra, pero él estaba ensimismado en no quitar ojo a la señora  que le parecía le había invadido y no se enteró.

- ¿Dónde me has metido el queso?

-En la bolsa, señora, pues se lo iba a dejar aquí. 

-Ah, es que eres un poco lenta.

La cajera, con una sonrisa y enorme paciencia, procuraba controlar la situación.

Detrás de mi, estaba el matrimonio de la pescadería. 

Ella, pasó a mi lado rozándome. 

- Perdona.

- No se preocupe.

Y con una sonrisa encantadora y buenos modales pasó un andador por mi lado.

Él, no la quitaba ojo, por si necesitaba echarle una mano.

El señor con cara de malas pulgas y la señora despistada, se perdían por la plaza, mientras yo trataba de facilitar al matrimonio la aventura de meter en el carro las provisiones. 

Nos despedimos de manera afectuosa.

9 comentarios:

Mónica dijo...

Hola Maripaz.
Te acabo de leerte. Esta muy bien tu relato. El amor expresado es maravilloso. Excelente realidad.
Saludos.
Saludos.

diego dijo...

En la vida hay gente feliz, amable, y gente amargada que siempre anda de mal humor. Como siempre, tu crónica está llena de positividad y sencillez.
Un abrazo, Maripaz.

Enrique TF dijo...

Un mensaje interesante, Maripaz, la cara y cruz de una vida en común.
Tus relatos, siempre, entrañables.
Feliz sábado.

Ernesto. dijo...

Disfrutar del sol en el ocaso es parte de la vida.
Él, el sol, siempre está. Tener la fortuna de vivirlo, un placer!
Abrazos Maripaz.

Lu dijo...

Hola Maripaz.
Otra bonita crónica en la que nos compartes tu cotidiano.
Aquí podemos ver que "hay de todo en la viña del señor"
Seguramente "los mala onda" eran personas más jóvenes que la hermosa pareja de la señora del cabello blanco.
Es que, en la manera que lo cuentas me los imagino de entre 45/50 años a los unos y en la octava década a los otros.
¡Ya ves amiga! Imaginación no me falta jajaja
Es que creo que -a veces- cuando uno/una se hace muy mayor aprende a disfrutar de los pequeños placeres de la vida sin prisa, pero sin pausa.

Abrazo va con el deseo de que estés transitando un bello domingo

Macondo dijo...

Seguro que ese encantador matrimonio y tú sois mucho más felices.

Mari Carmen dijo...


Ley de vida, mientras dure hay que disfrutarla y adaptarse a ella...
Un abrazo.

Sara O. Durán dijo...

Tus ojos de buena fotógrafa, no pierden detalle, para nuestro deleite al leerte.
Besos, preciosa Maripaz.

Mónica dijo...

Que bonito... ese hombre que no dejaba de mirar a la mujer, sin ser capaz de quitarle los ojos de encima. Frente a la pescadería. Me encanta la fotografía.
Un abrazo, Maripaz.
Mónica