La ventana de los sueños

Cuando descubrió la ventana desde el viejo huerto fue como si el tiempo de su niñez volviese a ella con una nitidez asombrosa. Era la ventana de la cocina donde tantas veces con su imaginación infantíl habia surcado el mundo.

Solia pasar temporadas en casa de una tia que tenia un hermano fraile, que le enviaba revistas de la labor apostolica de Filipinas donde residia desde hacia años . Sentada en el viejo banco donde apenas le llegaban los pies al suelo, descubrió aquél pais que se le antojaba mágico. ¿ Quién dice que no se puede viajar con la imaginación ?

Se abria ante ella un mundo desconocido y en su afán de leer todo lo que caia en sus menudas manos, se quedaba absorta en sus propios pensamientos. Más de una vez, tenian que llamar su atención, al observar que era como si no estuviese allí. Su mirada, se posaba en cada pagina de la revista y se sorprendia de que los habitantes de aquel país tenian los ojos, tan pequeños,  que se preguntaba si podrian ver con la facilidad que élla lo hacía.

Alguna vez, soño con ír a conocer a aquellas gentes tan curiosamente distintas cuando fuera mayor, y miraba con asombro al hermano de su tia que leia el breviario con su inmaculado hábito blanco, paseando por el huerto cada mañana.

Su mirada, se posó en el manzano de repente, y le vino con toda su fuerza el maravilloso sabor ácido de su fruto .Se atrevió a coger una que colgaba a la altura de su brazo y mordió con avidéz, queriendo rescatar aquella sensación de nuevo. Su tía guardaba las manzanas con papeles de periódicos en un arca, que desprendia al abrirlo un olor unico. Con el paso del tiempo la piel de las manzanas se arrugaba un poco y su sabor, adquiria la exquisitez propia del alma humana cuando pasan los años y se gana en madurez.

Acudian a su mente tantos recuerdos de los años pasados en aquel rincón, que sintió la felicidad que solo se experimenta cuando uno se encuentra cara a cara con los momentos vivídos que nos dejaron su preciosa huella en el alma.

Las personas que nos amaron y el recuerdo que de ellas tenemos, nunca morirán en nosotros, pensó. Siempre les llevaremos dentro...es importante no dejar morir los recuerdos.