Caminaba despacio, las manos enfundadas en sus guantes de lana y una gruesa bufanda anudada al cuello. De su boca salía un vaho que casi le impedía ver por el frío de la noche. "Comienza a helar"- se decía.
Absorto en sus pensamientos, los de cualquier ciudadano de a pie: lo mal que está nuestra economía, los hijos que están en el paro, los nietos... que a pesar de ser la mejor generación preparada desde hace años, no encuentran trabajo teniendo que emigrar como sus abuelos.
Él, era pensionista, pero ni eso tenia asegurado por las noticias que le iban llegando.
A su lado un gato callejero cruzó la calle asustado y se identificó con él .
Respiró profundamente como queriendo beberse sorbo a sorbo las estrellas.
No es bueno vivir con incertidumbre y con miedo, pensaba. Tampoco es bueno ignorar la verdad y esconder la cabeza bajo el ala. La idea de la supervivencia le avasallaba con fuerza y hasta le impidió respirar por unos instantes.
Se cambió de acera abrochándose el abrigo, saludó con la mano a un amigo de la infancia que le sonreía cambiando unos breves palabras con él.
Al llegar a la altura de una carnicería muy conocida, de repente, allí estaban ellos...unos suculentos chorizos que le sonreían divertidos. Se frotó los ojos como para darse cuenta de que no estaba soñando. Desde su mas tierna infancia le gustaba el chorizo, sobre todo los que hacía su madre.
Aquellos chorizos sonrosados le llevaron a recuerdos lejanos hechos de amores y sabores peculiares. De tiempos en los que la matanza del cerdo era un verdadero lujo para infinidad de familias que luchaban también por sobrevivir como ahora.
Se quedó largamente acariciándoles con la mirada. Después, sonrió para sus adentros. Aquellos chorizos tenían denominación de origen, eran legales, no como muchos de nuestros políticos.
Se alejó con mejor ánimo cruzando la plaza, donde se podía percibir la helada con toda su crudeza.
P.D.Dedicado a Chema el dueño de la carnicería.
No es bueno vivir con incertidumbre y con miedo, pensaba. Tampoco es bueno ignorar la verdad y esconder la cabeza bajo el ala. La idea de la supervivencia le avasallaba con fuerza y hasta le impidió respirar por unos instantes.
Se cambió de acera abrochándose el abrigo, saludó con la mano a un amigo de la infancia que le sonreía cambiando unos breves palabras con él.
Al llegar a la altura de una carnicería muy conocida, de repente, allí estaban ellos...unos suculentos chorizos que le sonreían divertidos. Se frotó los ojos como para darse cuenta de que no estaba soñando. Desde su mas tierna infancia le gustaba el chorizo, sobre todo los que hacía su madre.
Aquellos chorizos sonrosados le llevaron a recuerdos lejanos hechos de amores y sabores peculiares. De tiempos en los que la matanza del cerdo era un verdadero lujo para infinidad de familias que luchaban también por sobrevivir como ahora.
Se quedó largamente acariciándoles con la mirada. Después, sonrió para sus adentros. Aquellos chorizos tenían denominación de origen, eran legales, no como muchos de nuestros políticos.
Se alejó con mejor ánimo cruzando la plaza, donde se podía percibir la helada con toda su crudeza.
P.D.Dedicado a Chema el dueño de la carnicería.
13 comentarios:
Esta foto la hice la pasada navidad. Se pueder ver los adornos navideños reflejados en el cristal del escaparate, así los chorizos lucen adornados...
Como dice un lema de "Los Indignados" "No hay pan para tanto Chorizo..-" Un saludo, me veo criando un cerdo en el mi casa, je je je....
Maripaz que pinta tienen los chorizos mas buenas, un beso
Me encantan los chorizos, hechos con carne de cerdo, no los chorizos políticos. Pero me pasa como al protagonista me gustan los chizos caseros, los que hacía mi abuela y ahora hago yo.
Bicos
Esos chorizos de la imagen me recuerdan a mis periódicos viajes a Asturias donde a veces participo en su artesanal elaboración.
Los otros espero que poco a poco sean un vestigio de lo que fue este santo país.
Un abrazo
Yo, que cada año tengo mis choricitos caseros, no los cambiaría nunca por esos que todos conocemos...
Qué pena que no podamos comernos a todos los chorizos, a los comestibles también.
Un abrazo Maripaz.
¡Que bueno!Por dos sentidos,me los comeria ,unos porque estan para eso,los otros para que no existan saludos
Ay, Maripa, cuanta razón tienes, mujer, que tremendos chorizos tenemos por ahí sueltos.
Dicho ésto, esta entrada me recuerda a los chorizos que hacía mi madre hace muchos años, cuando se mataba el "chino", (aquí a los cerdos les llamábamos chinos o porcos, en gallego).
¡que ricos, recién ahumados, y con la carne de dentro todavía fresquita!
¡que recuerdos tan gratos y tan sabrosos!
biquiños,
Me ha encantado leer hoy tu entrada transmite muchísimas cosas; muy bien escrita, niña... un besote
Estos chorizos son sabrosos y populares, aquellos otros chorizos son bochornosos populacheros.
Un abrazo
Me gustan esos chorizos más que los de trajes y corbatas esos son muy indigestos...Un saludo...TONY
Bonita entrada. A mi tambien me gustan los chorizos, sobre todo si son caseros.
Para los "otros chorizos"mi más absoluto desprecio. Saludos
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