2 de septiembre de 2019

LA LLEGADA DEL AMOR




Aquel invierno las nieves llegaron como siempre fieles a la cita. El río se llenó de la magia blanca inundando de belleza el lugar.
Asomada a la ventana suspiraba con nostalgia, ansiando llegase una nueva primavera. Habían pasado los meses de verano veloces, quizá más veloces de lo deseado.
Era una mujer hipocondríaca rebosando victimismo por todos los poros de su piel. Siempre arañando a la vida un poco de afecto, que consideraba le había sido negado injustamente.
A raíz de su actitud de queja, su pequeño y frágil cuerpo había ido encogiendo más y más...
Sus pasos eran vacilantes, como si temiera partirse en dos al caminar. Su rostro, había tomado con el paso del tiempo un color amarillento poco favorecedor, y sus pequeños ojos denotaban un cansancio con la vida misma, que había dado paso a una mirada sin brillo alguno.
Era como si llevara tras de si negros nubarrones que la acosaban noche y día.  Parecía que el sol la hubiera dejado de lado y no la alcanzaran sus rayos.
A veces, sus vecinos, se cruzaban de acera cuando la veían llegar, por temor a que en su conversación les dejara algo de su infortunio, ya que la negatividad se pega como por ósmosis.
Vestía con ropas un poco pasadas de moda, y se apoyaba en su bastón con la intención de mantenerse erguida, pero también con un puntito de coquetería femenina. Esa característica jamás la perdió.
Lo que si perdió con el paso de los años fue el poder caminar por si misma, teniendo limitados sus movimientos.
Al no tener hijos, ni apenas familiar alguno, no le quedó más remedio que ingresar en una residencia.
Tenía esta un patio sevillano típico de las casas de la zona. Allí perdida y triste, pasó los primeros días rumiando en soledad su pena.


Pero un día, su triste y apagada mirada, se cruzó con la de un residente más o menos de su edad y algo se removió por dentro.
El amor le salió al encuentro en el último tramo de su vida.
Como un volcán dormido, despertó su corazón herido y salió volando de repente.
Una explosión de color, se filtró por las paredes de su alma y se hizo por fin la luz. Las negras nubes, se alejaron vencidas por los primeros rayos de un nuevo amanecer.
Él, pasó de ser un hombre de andar inseguro y,  con la mirada perdida, a llevar con sus brazos la silla de su amada que han cobrado nuevo vigor.
Ella lleva una flor en el pelo, y él en la solapa.
Sus miradas cómplices les delatan.
Ella sonríe embobada, mientras recorren las calles del barrio sevillano poniéndose el mundo por montera.
Y es que el amor, es así de imprevisible...

P.D. Recién comenzado Septiembre, regreso a mi blog y a mis amigos blogueros. Poco a poco iré visitándoos...


14 comentarios:

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Bem-vinda Maripaz. Agora você volta com esta bela crônica poética. As estações do ano têm encantos, do verão ao inverno, nos extremos; como estações intermediárias a beleza do outono, na primavera cores e perfumes das flores.
Uma ótima semana, Maripaz.
Pedro

CHARO dijo...

Bonita historia de amor y es que para este sentimiento no hay edad.Besicos

Mari-Pi-R dijo...

Siempre hay un periodo en la vida en la que uno puede ser feliz, pronto o tarde.
Bien venida de nuevo, un abrazo.

Ikana dijo...

Es muy bonito :)

Sara O. Durán dijo...

El amor les llenó su vida de ilusión y fuerza. Así es de mágico. Bienvenido a cualquier edad.
Un abrazo.

Recomenzar dijo...

Me gustan tus historias tienen sabor a misterio
me gusta como escribes y tu sentido del humor

TORO SALVAJE dijo...

Una bonita historia.
Nunca se sabe, verdad?

Besos.

Kasioles dijo...

Nunca podremos saber dónde Cupido se esconde.
Ya veo que te han sentado bien las vacaciones, volver con energías renovadas y hablando de amor, es la mejor muestra que nos puedes dejar.
¡Bienvenida seas de nuevo al mundo bloguero!
Cariños y buen fin de semana.
Kasioles

llorenç Gimenez dijo...

Hola Maripaz.. Ya volvemos a estar activos tras el largo mes de agosto. poco a poco me voy poniendo al día, y para mi es un placer leerte.. Triste pero esperanzadora historia, y aunque nunca es tarde si la dicha es buena, ojala la dicha llegue antes para poder disfrutarla mas y mejor..
Un abrazo grande..

La utopía de Irma dijo...

Y de bonito, bonita historia con bonito final, por cierto en breve disfrutaremos de la misma estampa que aparece en tu foto.

Besines utópicos, Irma.-

Adriana Alba dijo...

Un relato bello y conmovedor.
Un fuerte abrazo y feliz Septiembre.

Ernesto. dijo...

Un sentido relato... y esperanzador!

Abrazos Maripaz. ¡Bienvenida!

Tesa Medina dijo...

Cuando el amor llega así de esa manera...todo es posible. Hasta revivir a los muertos en vida o dar alas a los que se arrastran por el tramo final para que puedan hacerlo volando, sonriendo y soñando.

Ay, Maripaz, que esperanzador y hermoso relato. Nunca es tarde para experimentar el poder curativo y mágico del amor. Que además es cierto que no tiene edad.

Un abrazo,

Myriam dijo...

Linda forma de regresar al blog con este relato de amor
entre gente anciana. Me ha gustado como el amor reverdece los corazones
y hace aflorar la sonrisa y la alegría.


Besos, Maripaz, yo también regreso.