Mi madre a veces solía contarnos sus aventuras de joven.
Nos encantaba escucharla y reíamos con ella a carcajadas.
Recordar es volver a vivir. Por eso ella lo volvía a vivir y cada vez que lo contaba nos sabia a nuevo
Siempre ha sido muy presumida desde jovencita y nos relataba una historia referente a la "permanente " Por aquella época y en el mundo rural, apenas cuidaban las mujeres su cutis con cremas, o su pelo con caros champú
Era una mujer adelantada a su tiempo y solía estar a la ultima en todo.
Una tarde llego a sus oídos que en la peluquería de Guardo, ponían la "Permanente "
La "Permanente" era un nuevo sistema que habían inventado los peluqueros para rizar el pelo a las féminas. Algo revolucionario para la época sobre todo por la duración. Con productos químicos se lograba marcar unos preciosos rizos que eran la envidia de las demás chicas del lugar.
Mi madre, una tarde, le pidió en secreto a su hermano mayor dinero para ir al pueblo vecino y ponerse los rizos de moda.
Su madre le había advertido que no le dejaría ponérselos. Era algo provocativo para una chica joven.
Pero ella amaba su propia voluntad y con una amiga del alma se pusieron en camino por el monte , encima de la burra, único medio de locomoción de entonces.
A mi abuela le contó una mentira sobre algo que tenia que realizar aquella tarde
La peluquera empezó en sus cabezas la obra de arte que consistía en poner unos bigudis en el pelo, con aquel producto químico que obraría el prodigioso milagro aun en las melenas mas rebeldes ...
Ya casi, anochecido retornaron al pueblo peinadas a la ultima moda ...
Como entonces no había televisión, las familias se juntaban en una casa cada noche y compartían amenas conversaciones, divertidos juegos, canciones regionales de la montaña ...
Mayores, jóvenes y niños, participaban por igual de la "Hila" o tertulia que así, se llamaba.
La llegada de mi madre y su amiga fue algo apoteósico .Todos los presentes giraron sus cabezas, al verlas llegar ...¡¡¡¡ Oh !!! se escucho en la estancia ...
Mi abuela sorprendida miraba a su hija absorta ...¡ Que acto tan tremendo de rebeldía por parte de una hija, a su madre viuda !
Risas, asombro, envidias, ilusión ...Todo un cumulo de sensaciones en las mentes de aquellas gentes sencillas que se maravillaban de la intrepidez de la juventud.
Mi abuela, tuvo que resignarse a ver los rizos salerosos en la cabellera de mi madre que la lucia al viento con orgullo de mujer coqueta.
Alguna noche, en la "Hila "mi padre, que ya se interesaba por ella, pudo en un acto de atrevimiento, cortarle un rizo para meterlo en su cartera como símbolo de su amor.
Eran, otros tiempos, otras costumbres, otras gentes ...y he querido compartirlo con vosotros , en homenaje cariñoso hacia ellos y hacia mi querida madre.
Nos encantaba escucharla y reíamos con ella a carcajadas.
Recordar es volver a vivir. Por eso ella lo volvía a vivir y cada vez que lo contaba nos sabia a nuevo
Siempre ha sido muy presumida desde jovencita y nos relataba una historia referente a la "permanente " Por aquella época y en el mundo rural, apenas cuidaban las mujeres su cutis con cremas, o su pelo con caros champú
Era una mujer adelantada a su tiempo y solía estar a la ultima en todo.
Una tarde llego a sus oídos que en la peluquería de Guardo, ponían la "Permanente "
La "Permanente" era un nuevo sistema que habían inventado los peluqueros para rizar el pelo a las féminas. Algo revolucionario para la época sobre todo por la duración. Con productos químicos se lograba marcar unos preciosos rizos que eran la envidia de las demás chicas del lugar.
Mi madre, una tarde, le pidió en secreto a su hermano mayor dinero para ir al pueblo vecino y ponerse los rizos de moda.
Su madre le había advertido que no le dejaría ponérselos. Era algo provocativo para una chica joven.
Pero ella amaba su propia voluntad y con una amiga del alma se pusieron en camino por el monte , encima de la burra, único medio de locomoción de entonces.
A mi abuela le contó una mentira sobre algo que tenia que realizar aquella tarde
La peluquera empezó en sus cabezas la obra de arte que consistía en poner unos bigudis en el pelo, con aquel producto químico que obraría el prodigioso milagro aun en las melenas mas rebeldes ...
Ya casi, anochecido retornaron al pueblo peinadas a la ultima moda ...
Como entonces no había televisión, las familias se juntaban en una casa cada noche y compartían amenas conversaciones, divertidos juegos, canciones regionales de la montaña ...
Mayores, jóvenes y niños, participaban por igual de la "Hila" o tertulia que así, se llamaba.
La llegada de mi madre y su amiga fue algo apoteósico .Todos los presentes giraron sus cabezas, al verlas llegar ...¡¡¡¡ Oh !!! se escucho en la estancia ...
Mi abuela sorprendida miraba a su hija absorta ...¡ Que acto tan tremendo de rebeldía por parte de una hija, a su madre viuda !
Risas, asombro, envidias, ilusión ...Todo un cumulo de sensaciones en las mentes de aquellas gentes sencillas que se maravillaban de la intrepidez de la juventud.
Mi abuela, tuvo que resignarse a ver los rizos salerosos en la cabellera de mi madre que la lucia al viento con orgullo de mujer coqueta.
Alguna noche, en la "Hila "mi padre, que ya se interesaba por ella, pudo en un acto de atrevimiento, cortarle un rizo para meterlo en su cartera como símbolo de su amor.
Eran, otros tiempos, otras costumbres, otras gentes ...y he querido compartirlo con vosotros , en homenaje cariñoso hacia ellos y hacia mi querida madre.
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