Subió despacio las escaleras. Sus piernas cansadas por el peso de los años la impedían hacerlo con más soltura. Arriba se encontraba el cementerio donde reposaban los restos del amor de su vida.
Todas las tardes desde la marcha del ser que amaba solía ir a visitarlo. De pie con la mirada fija en su tumba, le hablaba bajito, como si temiera despertarle. Quizá el viento llevase lejos el eco de sus palabras y las lanzase por los rincones del universo.
Los sentimientos nobles y los grandes amores como algo mágico se trasladan de un lugar a otro pregonando a los cuatro vientos que existieron en el tiempo, dejando su huella en el cielo azul y en el paisaje de las montañas.
Cada peldaño subido con esfuerzo ponía un latido de esperanza en su anciano corazón. Sentía su presencia y la cálida mano que apretaba la suya.
Su vida de alguna manera habia sido subir un peldaño y luego otro. La tenacidad habia formado parte de su vida. Cuando en pleno ascenso se mira para arriba solo la esperanza de llegar hace posible seguír avanzando.
Una vez más le juró amor eterno como siempre.
Al bajar, la escalera, estaba llena de ilusiones nuevas para seguir viviendo, mientras espera el encuentro definitivo
Todas las tardes desde la marcha del ser que amaba solía ir a visitarlo. De pie con la mirada fija en su tumba, le hablaba bajito, como si temiera despertarle. Quizá el viento llevase lejos el eco de sus palabras y las lanzase por los rincones del universo.
Los sentimientos nobles y los grandes amores como algo mágico se trasladan de un lugar a otro pregonando a los cuatro vientos que existieron en el tiempo, dejando su huella en el cielo azul y en el paisaje de las montañas.
Cada peldaño subido con esfuerzo ponía un latido de esperanza en su anciano corazón. Sentía su presencia y la cálida mano que apretaba la suya.
Su vida de alguna manera habia sido subir un peldaño y luego otro. La tenacidad habia formado parte de su vida. Cuando en pleno ascenso se mira para arriba solo la esperanza de llegar hace posible seguír avanzando.
Una vez más le juró amor eterno como siempre.
Al bajar, la escalera, estaba llena de ilusiones nuevas para seguir viviendo, mientras espera el encuentro definitivo
16 comentarios:
Una ternura tremenda unida a una gran fuerza."Cada peldaño subido con esfuerzo, ponia un latido de esperanza en su anciano corazón."
Me ha encantado esa frase.
Un abrazo.
La vida es como una escalera la subimos o la bajamos, estamos arriba o a bajo, y como "USTED" bien dices cada peldaño subido es un esfuerzo, lo peor es cuando las escalamos solos, esperemos que todos lo sigamos haciéndolo aunque sea despacio pero acompañado, un saludo "en la cima" je je je je.....
Bonita la metáfora de la escalera y la vida. Al fin y al cabo, eso es la vida, una escalera que vamos subiendo y a veces descendemos.
Un beso, Maripaz.
Precioso escrito, y precioso amor...
Muchos besos.
Preciosa foto, Maripaz y preciosa ascensión.
Me ha encantado lo de que la vida es subir un peldaño y luego otro...Precioso...y armonioso.
Perdona la ausencias...Te explicaré jeje
Bésix
Una tierna historia Mari Paz, cuando se ama tanto, ni siquiera la muerte te puede quitar el amor. Un beso
No sé por qué, pero al ver la foto me ha venido a la memoria una escalera de la Peña de Francia.
Me gustó tu relato.
Un abrazo
escelente ternura... precioso
un besote
Eso es amor del bueno. Una maravilla leer tus textos llenos de amor y cariño, de aprecio por las cosas importantes. Un saludo
guau amiga, que hermosura de metafora.
la escalera de la vida y cuanta ternura en tus palabras.
un beso
Me ha recordado a lo que mi madre hacia, la unica diferencia que ella iba todas las semanas y para que no subiera al autobus siempre la llevaba en el coche, le hablaba le rezaba, siempre fueron un matrimonio muy unido, fueron muchos años de vivir juntos, se conocieron cuando tenian 14 años hasta que la muerte lo separo, con 80 años.
Con cariño
Mari
jolines Maripaz, que bonito.
sin palabras...
Besos, cuídate mucho.
Me voy muy contento de tu blog, me gusta cómo relatas. No dejes de hacerlo.
Un abrazo
Hermosa metáfora la comparación de la escalera y la vida. Siempre he pensado que crecer en la vida es como ir subiendo escalones. Al final encontramos la cima que se identifica con nuestras metas. Gracias por tan preciosa metáfora.
Una ascensión dificultosa para encontrarse con el ser amado. Una ascensión ilusionada porque, al final del camino, halla la recompensa más grande.
Y sí que la vida es un continuo subir, y que no deje de serlo.
Un abrazo grande, Maripaz.
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