Caía la tarde y el sol comenzaba a despedirse en la lejanía con guiños de complicidad a Copito, que le miraba embelesado.
Había sido una tarde de risas y juegos infantiles en la ladera nevada, que gozaba ahora de la paz del ocaso.
Copito, había nacido a la vida apenas hacía unas horas, cuando dos pequeñas hermanas le habían ido dando forma con sus manitas regordetas y la ayuda de sus padres y abuelos.
Su nacimiento había sido fruto de la ilusión y la fantasía del mundo de aquellas niñas, arropadas por el amor de los seres que las amaban.
Y es que, en el país de los sueños, las manos inocentes son capaces de dar vida.
Copito, había ido poco a poco tomando forma con el esfuerzo de todos. Primero hicieron su cuerpo y su panza gordota bien sujeta al suelo, hasta llegar a fijar su cabeza tocada por una boina azul. Después, los ojos, la nariz, la bufanda...
Y Copito, lleno de vida sonrió a las niñas entusiasmado.
Eso de acabar de nacer y poder jugar inmediatamente, solo lo podía hacer Copito y cada uno de los muñecos de nieve que habían formado todos los niños aquella tarde y estaban diseminados por los barrios del pueblo.
La más pequeña de las hermanas no conocía la nieve, por eso, cuando sus pies se hundieron al pisarla, temió caerse y se agarro con fuerza a la mano de su papá.
Tan solo se sintió segura, cuando los brazos vigorosos y fuertes de su progenitor la levantaron en volandas mientras la estampaba unos sonoros besos en la mejilla.
Esas sensaciones elementales y primarias de seguridad, son indispensables para el aprendizaje de la vida misma, y se marcan a fuego en nuestras vivencias infantiles, porque al sentimos amados, desaparecen nuestros miedos e inseguridades.
Con el paso de las horas, la pequeña niñita fue capaz de subirse a un trineo con su mamá y lanzarse por la ladera mientras Copito las observaba loco de contento.
Su hermana, un poquito mayor, también se subió al trineo con su papá mientras gritaba con todas sus fuerzas dando a entender que estaba disfrutando de lo lindo.
Copito, contagiado por el alboroto, como por arte de magia, salió corriendo tras la pequeñas, mientras el viento le llevaba lejos la boina dejando al descubierto su blanca cabezota.
Muy decidido subió también al trineo y se lanzó con todas sus fuerzas por la ladera apretando los dientes. No estaba muy seguro de llegar abajo sin romperse la crisma...
Las niñas aplaudían divertidas viendo la hazaña de aquel atrevido muñeco al que habían dado vida hacía poco.
El valle se llenó de risas y besos, mientras se desencadenó una encarnizada guerra de bolas de nieve y divertidos revolcones de unos y otros.
Copito, decidió mostrar su buena forma física dando volteretas alrededor como si de un saltimbanqui se tratara.
Tan contento estaba con las pequeñas, que tuvo el atrevimiento de robarles un beso.
Exhaustos, contemplaron largo rato a unas aves que surcaban el cielo en grandes bandadas atraídas por las risas infantiles.
Después, Copito volvió a su rincón de nuevo. Las niñas le cubrieron de besos mientras se despedían de él.
Las lágrimas salían a raudales de los ojos de Copito, mientras desde el coche le decían adiós con sus manitas. Había valido la pena tener vida aunque solo fuera por unas horas. Aquella experiencia nadie ya se la podía arrebatar.
Miró con ternura a su amigo el sol. A la mañana siguiente, cuando de nuevo saliera por la lejanía con todo su esplendor, ambos se fundirían en un abrazo, mientras se iba derritiendo su cuerpo frágil en su caminar rumbo a lo desconocido.
21 comentarios:
¿Sabes? Es una bendición encontrar gente como tú que va soltando miguitas de pan tierno que nos abren a todos las compuertas de la sensibilidad, de las huellas hermosas de cosas/hechos simples. Un besito, corazón
Estas cosas suceden en el mundo de la fantasía... Y está muy bien.
Abrazos, Maripaz.
Aveces las cosa nacen, crecen y desaparecen, pero dan felicidad a niños y a mayores..
Un abrazo Maripaz..
Una bonita historia. Un beso.
Una vida corta pero intensa llena de amor por aquellas criaturas que ellas mismas vivieron momentos mágicos con el muñeco de nieve.
Un abrazo.
¡Qué bonito!
Besines utópicos, Irma.-
Le contaré este cuento a mi nieto, Maripaz. Y le diré que Copito volverá el invierno que viene, cuando lleguen las primeras nieves :)
Qué preciosidad de relato.
Más tierno no puede ser.
Me ha gustado muchísimooooooooooooooooooooooooooooooooo.
Besos.
Leer el relato de copito me ha emociobado.....que historia tan bonita....tu sensibilidad y facilidad de palabra son de sobresaliente.
Un abrazo
Maite
Copito ha tenido una experiencia maravillosa de vida...quizás regrese el próximo invierno, Maripaz...nunca se sabe:)
Un besazo, guapa!!
Oh, que ternura, Maripaz, ese Copito ya formará para siempre parte de mis personajes mágicos.
Además mis recuerdos felices de la infancia tienen que ver con la nieve, así que he disfrutado el doble de este relato.
Tener sensibilidad e imaginación para ver más allá de la realidad es una cualidad que tienes, Maripaz, a raudales, y con ella transmites tu empatía y amor por la vida y nos contagías.
Muchos besos,
Hermoso tu cuento querida tal cual sos vos unica
Precioso!!
Un abrazo
No sé si has visto la peli de Frozen, pero yo casi que haría una segunda parte con esta historia como colofón :) ¡Qué recuerdos! Lo que me gustaba jugar con la nieve, y ya nunca subo a la sierra a verla.
Uma belíssima história (Copito), contada com a sensibilidade de uma talentosa narradora. Gosto muito do seu estilo narrativo. Parabéns.
Um abraço, Maripaz.
Pedro.
En las cosas lindas y sencillas, o en las tiernas, se puede llegar a realzar el sentido de nuestras vidas. Tu escrito entrega de una manera notable esa intención. Muy lindo. Un abrazo.
STAROSTA
(Un producto de tu imaginación)
Maripaz, amiga, este momento tenía que llegar.
Con humildad, casi de puntillas, te has convertido en toda una creadora de historias y ya te mueves con la soltura del agua en el agua. Transformas la anécdota en ovillo, rebuscas y encuentras la punta del hilo y empiezas a tirar, a tirar... hasta dar sentido al ser de ojos sorprendidos que da la espalda al ocaso.
Tú caminas hacia el sol.
me encanta como eres
me encanta como escribes y la belleza que nos das a diario un abrazo
Bom dia, consegue sempre partilhar a beleza na criatividade com boas historias e belas fotos, sua facilidade com escreve é fantastica.
AG
Que bonito amiga. Por estos lares es casi imposible soñar con Copito, ya que nuestro clima no se lo permite, de hecho estoy preparando una entrada sobre las nevadas en Sevilla, y en el siglo pasado, solo tuvimos dos, en 1914 y en 1954, además cortitas de nieve.
La vida es así, unos desean nuestro clima y nuestras playas, y nosotros añoramos a copito.
Un fuerte abrazo.
Qué bonito es ver cuántas ilusiones y derroche de imaginación se pone en marcha para carnaval, es una delicia.
Un beso
Publicar un comentario