6 de mayo de 2019

DÍA DE LA MADRE



¡Feliz Día de la Madre!

Quiero recordarla así, como era ella: esposa y madre buena, alegre, generosa, honrada, divertida, sensible, leal, trabajadora, poeta, cinéfila, escritora...


Mujer adelantada a su tiempo, con un halo de rebeldía capaz de romper las reglas preestablecidas de su época y ser ella misma sin importarle el qué dirán.
Con talento para las letras, no pudo estudiar una carrera porque se quedó huérfana muy niña. En su alma quedó prendida  la promesa de su padre, que le había prometido enviarla a estudiar fuera, a pesar de ser mujer. Siempre cultivó el arte de la escritura en recuerdo de él.
Conservo alguna de las cartas que me enviaba al colegio, a León, donde me encontraba interna. Su prosa poética era capaz de trasmitirme la belleza de la vida en las cosas más sencillas a través de su mirada.


Era vital, alegre...le gustaba cantar y bailar.
Me gustaba escucharla cuando entonaba una canción que decía así: "Ay, Barrio de Santa Cruz, placita de Doña Elvira. Hoy te vuelvo a recordar y me parece mentira."
Años más tarde, estuve viviendo en la mismísima placita de Doña Elvira largo tiempo, recién llegada a Sevilla.  Recuerdo con la ilusión que se lo conté, porque a través de su bonita voz, aquel rincón sevillano ya era para mi conocido.
De sus rebeldías de juventud, me contó como estaba mal visto ponerse la permanente por ser de mujeres atrevidas rizarse el pelo en aquella España religiosa y represora. Ella, desafió a su madre, viuda y muy piadosa.
En secreto, le pidió dinero a su hermano mayor y se fue campo a través a lomos de un burro y la compañía de una amiga, a Guardo, un pueblo grande con servicio de peluquería.
A la vuelta, con sus preciosos rizos, se presentó en en la reunión que solían tener los del pueblo al caer la tarde para hablar de  sus cosas.
Ni que decir tiene, que su madre- mi querida abuela- hizo la señal de la cruz varias veces intentando espantar los pequeños demonios que le pareció ver que colgaban de los simpáticos rizos de la cabeza de su rebelde hija.
Mi padre que se encontraba entre los presentes, sonrió de buena gana, pues desde hacía tiempo sabía como se las gastaba...
En un descuido, le cortó uno de sus rizos y lo guardó en su cartera, con la intención de llevar algo suyo muy cerca de su enamorado corazón.


La encantaba el cine y me enseño a amarlo.
Era una mujer muy elegante y coqueta, y siempre iba a la última moda.
Una mujer, que como muchas de la época, les tocó vivir la dureza de aquellos tiempos y forjaron su carácter a fuerza de lucha y mucho sacrificio.
¿Tenía defectos? Pues claro...como todos los humanos. Pero esos me los guardo para mi, pues yo siempre la quise tal y como era.


Hasta el final, conservó su buen humor y la nobleza de su alma buena.
Me puso el listón muy alto, pero aspiro a ser fiel a ese legado maravilloso que me dejó en herencia.
Pude cuidarla en los últimos años de su vida y delvolverle amor por amor.
Su recuerdo perdura en el tiempo, porque el amor es eterno.




17 comentarios:

La utopía de Irma dijo...

¡Un beso grande!

Teo Revilla Bravo dijo...

Es un detallado y sensible retrato de quien supo cuidarte de tal manera que hoy se te desborda la sensibilidad y la poesía al recordarla escribiendo. Nuestras madres sin duda merecieron lo mejor, aunque no siempre las trató bien la vida. Aún hoy...
Un abrazo.

CHARO dijo...

Hermoso homanaje a tu madre. Mi madre tambíén fue única y adelantada a su tiempo ya que estudió dos carreras (magisterio y enfermeríay aunque al casarse no las ejerció para dedicarse a la familia numerosa.Le entusiasmaba leer y tenía una gran cultura, también me puso el listón muy alto.Besicos

El tejón dijo...

Sin duda un ejemplo de mujer.
Un beso,Maripaz.

FIBO dijo...

me has emocionado con ese recuerdo de tu madre...historia viva de los que sacaron el país adelante y les debemos tanto.

Me ha encantado...Un saludo.

Adriana Alba dijo...

Emotiva y bella entrada.
Felicidades a todas las Madres.
Me hiciste emocionar...
Abrazos.

Macondo dijo...

El amor de una madre lo más limpio y desinteresado que existe en el género humano. Yo todavía tengo la suerte de poder disfrutar de ella. Muchas felicidades por la que tuviste, que no morirá nunca mientras su hija la recuerde con ese cariño.

Mari-Pi-R dijo...

Me has hecho recordar algunos aspectos de mi madre,eran mujeres dadas a todo y conservar una elegancia de la que se ha perdido en nuestros tiempos.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Qué homenaje tan bonito y sentido.

Un abrazo.

Tesa Medina dijo...

Que bello recuerdo, Maripaz, como dice el refranero "de tal palo, tal astilla" pues te reconozco en todos los piropos que le echas a tu querida madre.

Rebelde, elegante, amante del cine y de las letras...y mucho más.

Un abrazo grande

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Uma belíssima homenagem, querida amiga Maripaz, no "Dias das Mãos", à sua querida mãe, que deixou a você as melhores lembranças (e um exemplo de vida digna).
Aí estão, na postagem, você e sua mãe, duas belas mulheres. Parabéns!
Um ótimo final de semana, Maripaz.
Beijo.
Pedro

Conxita C. dijo...

Precioso homenaje Maripaz, me ha emocionado.
Gracias por compartir esos entrañables recuerdos de una mujer adelantada para su tiempo, me has hecho sonreír con la permanente, bien por ella y bien por ti por traerla aquí, ese recuerdo lleno de cariño que hace que la conozcamos un poquito.
Besos

Laura. M dijo...

Recordarlas es lo bueno que nos queda Maripaz. Sentido homenaje.
Un abrazo.

Meulen dijo...

Cuando de puro amor se vive y se forja en bien el paso de la vida...siempre vivirán a nuestro lado.
Hermoso recuerdo del mejor amor.

Ernesto. dijo...

De tal madre, tal hija!

Y sí, la determinación por un lado y la elegancia por el otro, resaltan en las imágenes.

Abrazos Maripaz.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hermosa, entrañable, llena de amor tu entrada dedicada a el ser que te dio la vida... Aquí en Colombia lo celebramos el segundo domingo de mayo, feliz día.

Un abrazo.

Myriam dijo...

Me has emocionado hasta las lágrimas. Maravillosa tu madre y la hija no le va en zaga, digo yo.

Besotes