30 de enero de 2020

LA LLUVIA


Salí a pasear después de comer. Caían una finas gotas de lluvia y el viento huracanado luchaba por arrebatarme mi paraguas de colores.
Con enorme pericia para sostenerme en pie, me azotaba la cara sin piedad alguna.
Era frío, muy frío...
Parecía que estaba en el polo norte.

De repente, apareció el sol en el horizonte poniendo una nota de luz a la tarde.
Fue algo fugaz y muy bello.
Después, comenzó a llover torrencialmente. 
Me costaba enormemente sostenerme en pie y avanzar de nuevo.
Por un instante, pensé que mi paraguas saldría volando por los aires en busca de aventuras, e intenté sujetarlo con fuerza.
Viendo que mis esfuerzos eran inútiles, opté por cerrarlo y dejarme llevar.

El agua caía sobre mi y calaba mis huesos.
Comencé un baile por aquel camino saboreando la vida.

Alguien descorrió los visillos de una ventana y observó con asombro mi danza.
Luego, esbozó una sonrisa cómplice.

Apenas podía ver, pues el agua besaba mis ojos con frenesí y resbalaba por mi cara.
Un rebelde mechón de cabello se posó en mi frente.
Mis botas iban marcando el ritmo uniéndose a la fiesta.

Entre el agua y yo, se había establecido una conexión mágica de la que tan solo yo era testigo.
La calle desierta a ambos lados, me hacía pensar que la gente a esas horas dormitaba en el sofá al igual que mi gata Leticia.

Llegué a casa empapada de vida.
Un poquito de locura ayuda a la monotonía.

20 comentarios:

Macondo dijo...

Casi consigues reconciliarme con la lluvia, que nunca me provoca esas sensaciones tan maravillosas.
Buen relato.
Besos.

Teo Revilla Bravo dijo...

Locuras que llena el alma de luz y vida. Necesarias de vez en cuando.
Gratísima narración que invita aún más a cometerlas...
Un abrazo grande.
Teo.

Mari-Pi-R dijo...

Estos cambios te hacen sentir emociones fuertes que te cambian el animo.
Un feliz fin de semana.

diego dijo...

Me has recordado la película "Cantando bajo la lluvia", te he imaginado chapoteando charcos y tratando de dominar el paraguas rebelde, feliz. Yo hubiera invitado a la persona que se asomó a la ventana a unirse a tu danza. La lluvia es alegría, una bendición sobre todo para los que vivimos en tierras resecas. Espero que no te constiparas, Maripaz.
Un abrazo.

Carmela dijo...

Me gusta cómo le sacas brillo a la vida.
Un beso de lluvia.

Ikana dijo...

Los pequeños placeres de la vida :)

Framboise dijo...

Jaja locuela atrevida. Diego te imagina protagonizando "Cantando bajo la lluvia" y yo también. ¡Qué felicidad nos da la lluvia, verdad? Aunque luego se estornude con los huesos agarrotados de frío, siempre es un placer.
Si te hubiera llevado el vendaval, habrías volado tal Mary Poppins encima de los tejados y las nubes...
Besotes y una taza de leche caliente con miel por si acaso ;)

llorenç Gimenez dijo...

Hola Maripaz.. Ahí en Navarra ya estáis acostumbrados al frió, la nieve, la lluvia, y los elementos naturales, aquí en BCN, yo na había visto la forma de llover como lo hizo, pero como bien dices la lluvia es vida, lastima que desenfrenada produce mucho mal, al menos aquí en el Mediterráneo, chica no estamos acostumbrados..
Un abrazo..

Sara O. Durán dijo...

Te veo en las imágenes que has creado y hasta me hiciste estar alli también bailando :) Linda entrada, como tu espíritu tan alegre.
Un gran abrazo.

Nastya Deutsch dijo...

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Alexander Strauffon dijo...

Vi lo de tu cumpleaños. Felicitaciones atrasadas. Espero la pasaras bien.


TORO SALVAJE dijo...

:)

Me encanta esa locura con la lluvia.

Besos.

Conxita Casamitjana dijo...

Me ha hecho sonreír esa danza de lluvia y qué bueno que llegaras a casa sintiéndote así, llena de vida.
Besos y felicidades con retraso

Tesa Medina dijo...

Un poco de locura nos mantiene despiertas a la vida, Maripaz, y pone oasis a la cotidianidad sin dejar que nos invada la rutina.

He tenido alguna de esas danzas con la lluvia, y es curioso si llevo los pies protegidos mojarme hasta los huesos no me importa. Ni siquiera la cara, pues voy apenas maquillada.

Te imagino Maripaz y sonrío.

Llegas a casa todo va a la lavadora directo y te cambias y te pones ropa seca y confortable y te sientes la reina de Saba.

Y además conseguiste una foto muy bella.

Echo de menos los charcos en Madrid, este año no está lloviendo mucho por la capital, ya ves.

Un abrazo,

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Empapada de vida... muy bonita manera sentir la lluvia.

Un abrazo.

Adriana Alba dijo...

Debemos ser un poco locos...
La lluvia siempre inspira.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Los beneficios de salir a la lluvia, jajaja.
Bendita locura,Maripaz.
Magnifica la foto, muy bien aprovechada la luz.
Un beso.

El tejón dijo...

No sé que pasó pero el de el comentario desconocido soy yo, Maripaz.

http://azulgenia.blogspot.mx/ dijo...

Me parece que la lluvia tenia deseos de jugar contigo y llenarte vida como citas al final del texto,porque el agua es vida.

Me gusto mucho tu relato.

Saludos.

Ana Mª Ferrin dijo...

Querida Mari Paz, un gramo de locura es el mejor antídoto para no entontecerse.

Lástima de foto. Con el paraguas roto, el pelo como un casco, la ropa tatuada en el cuerpo y las botas embarradas... Olé, guapa.