10 de noviembre de 2020

LA NOCHE

 



Anochece pronto. 

Las tinieblas se adueñarían de las calles a no ser por las farolas.

No he acudido hoy a mi cita diaria para ver como se despide el sol en el horizonte. Todavía puedo ver en la oscuridad el reflejo de color rojo fundirse con las nubes.

Hasta mi, llegan unos pasos que van marcando el compás. Son dos enamorados atrapados en la noche.

Un silencio lo envuelve todo.

Solo escucho el rumor de las musas que pelean por hacerse notar. 

Twitter se ha convertido en el estercolero de los fracasados y envidiosos. Amparados en el  anonimato, van dejando un poso de inmundicia y maldad.

Me niego a formar parte de este circo inmoral.

Estuve esta mañana leyendo sentada en un banco del parque. Un sol otoñal me besaba la frente, única parte visible de mi cara. Las gafas se empañaban a la vez que iba leyendo. 

Era un libro sobre el amor no correspondido con una prosa poética maravillosa.

Me fundí con las letras intentando hacerlas mías.

Me ocurre con frecuencia.

Las letras bailan a mi alrededor y no me queda más remedio que  atraparlas, dándoles vida. Intentado componer algo bello que me haga olvidar la fealdad que anida ente viejo mundo marchito de sueños.

Cerca, pude contemplar a unos niños que volvían del colegio. Salieron del coche a todo correr. Eran dos hermanos de corta edad. Uno de ellos intentaba llegar primero al portal. Las voces y risas infantiles llenaron el parque de una luz especial.

Desde hace unos meses vengo observado que he perdido la cintura por algún rincón de la casa. Mi figura se ha convertido en un bloque compacto sin forma alguna. Lo único que sobresale, son unas "mollas" por ambos lados. 

¡Ay, pobre de mi...!

Solo me quedan las letras y, a ellas me aferro.

A fin de cuentas, ellas son imperecederas. 

¿Qué me importa a mi no tener cintura? 

Es algo menor si todavía estoy viva.

Vivita y coleando jejeje.

No son buenos tiempos para casi nada.

Pasa el día y llega la noche. 

Palabras banales que decimos sin más.

Un día más, es un día menos. 

Por eso vivo cada uno intensamente.

No quiero ser esclava de mis miedos.

Aparto de mi cualquier incertidumbre que pueda borrar mi horizonte. 

Los árboles van quedando desnudos de hojas. 

Una gran alfombra se mece bajo mis pies. Pura poesía para mi alma inquieta.

Pero además, según los entendidos, las hojas caídas son un recurso natural rico en materia orgánica en minerales extraídos del subsuelo por las raíces de los árboles , y en microorganismos que en su proceso de descomposición contribuyen a enriquecer el suelo.

La noche sigue su curso, mientras a través del cristal veo formas fantasmagóricas que bailan al son de la luna. 

Cosas de mi imaginación calenturienta.

Siempre he sido amiga de la noche.

Ejerce sobre mi un poder de seducción enorme.

Después,  viene un nuevo día. Una nueva oportunidad de ser yo misma, a pesar de no tener ya cintura.

Buenas noches queridos amigos.


17 comentarios:

llorenç Gimenez dijo...

Hola, Maripaz.. Que bien relatas los momentos, esos momentos vividos en unos instantes cotidianos, aquello que pasa cada día. Tienes imaginación, pero como ya sabes no hace falta imaginación, simplemente hay que dejarse llevar por la onda de lo que ocurre, de lo que te rodea, sean paisajes urbanos, paisajes campestres, paisajes humanos, porque las personas son tu argumento. Una admiración, hoy disfruta de tus paseos, de tus conversaciones con la buena gente, con tus películas preferidas, y con tus animales que tienen más de humanos que de animales.
Un abrazo.

La utopía de Irma dijo...

Bendito baile de letras, cuando se consigue bailar con ellas hace que sea una noche inolvidable como la tuya. Cuídate mucho.

Besines utópicos.-

CHARO dijo...

He disfrutado de tu lecctura y veo que las musas de nuevo han vuelto a tí. Lo de perder la cintura nos pasa a mucha gente y más con la vida tan sedentaria que llevamos desde hace meses, pero cómo bien dices eso no tiene importancia sobre todo ante tanta tragedia que estamos viviendo.Besicos preciosa.

Berta Martín Delaparte dijo...

Piensas, lo escribes, lo publicas y lo leemos. Perfecto.

Yo, por mi parte encantada de leerte. A la cintura que la den. Un abrazo guapísima.

Carmela dijo...

Qué bien has contado todo lo que pasa por tu linda cabecita, Maripaz, me ha encantado leerte. No dejes de hacerlo, eres un rayo de luz cálida.
Y a la cintura que le den, lo importante eres tú y sigues siendo la misma.
Un besazo

Recomenzar dijo...

Eres única mi querida
Y desde que te conocí hasta ahora
te creo más única que nunca
bonita
y creadora

Mari-Pi-R dijo...

Las mañanas que en si suelen ser la mayoría soleadas se pasan mucho más animadas que por las tarde que se ponen grises y enseguida oscurecen, con lo cual hay que aprovechar las buenas salidas y cargarse de buenas dosis de animo para seguir luchando en estos tiempos que a todos nos influyen.
Un abrazo.

Teo Revilla Bravo dijo...

Gracias por este sentido paseo que hacemos contigo por esa noche descrita sencillez y destreza estilística. Es gozo leerte por que eres, escribiendo, cálida, de noble fuerza expresiva. Me encantó.

Saludos, Maripaz. Ojalá que sí, que cuando pase todo este problema que nos tiene oprimidos en todos los sentidos podamos coincidir ahí en Aguilar o en Guardo, tomar un cafetito y charlas un buen rato. Lo recogí de la página del Museo de Herminio, pues no lo tenía controlado y el momento mereció la pena.
Un abrazo. Te lo he pasado a tu blog, porque estos comentarios no sé si llegan al interesado al correo. Cuídate y feliz día.

Macondo dijo...

Bendita esa imaginación a la que llamas calenturienta. Es garantía que no saber lo que es el aburrimiento. Y de escribir así de bien.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Yo también atrapo letras, palabras y al final las hago vivir.

Besos.

MoniRevuelta dijo...

Preciosas palabras que sabes hilvanar e ir tejiendo el relato...yo también soy una de las amantes de la noche. Es fascinante, siempre.
Un besazo enorme, Maripaz

El tejón dijo...

Ni cintura ni tableta, barriga más bien fondona, cae la noche y no veas lo bien que sienta un vinito con unos cacahuetes.
Que amanezca pronto para salir a caminar.
Abrazo.

Tais Luso de Carvalho dijo...

Olá, Maripaz, acabo de ler um texto do momento, tão lindo e tão verdadeiro! Mas atualmente nossas alegrias são outras, só pelo fato de estarmos vivos e com a família bem, já é um raio de felicidade!
Sabes, Maripaz, essa pandemia trouxe a todos nós uma lição a mostrar-nos que podemos ser felizes com pouco, e a verdadeira felicidade é outra, muito diferente da que estamos acostumados. Eu já vejo a vida de outra maneira e quero ser feliz assim.
Beijo, querida, um bom domingo, estamos aqui em sintonia com a Europa, e torcendo muito por vocês.
Até mais!

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Olá, querida amiga Maripaz, esta não será a primeira vez que digo que você é uma excelente cronista. Gostei imensamente dessa crônica na qual estão presentes os sentimentos contraditórios em que todos vivem nesse tempo de pandemia. A cronista, no entanto, não se rende inteiramente ao pessimismo, como se vê nas suas observações sobre alguma mudança física, que na verdade não tem importância nenhuma. O humor está dizendo sobre a força da esperança, que supera o vírus.
Gostei muito.
Votos de uma boa semana com muita saúde.
Beijo.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Momentos de la vida que nos hacen reflexionar y valorar lo que aún tenemos, a pesar de los años que llevamos a la espalda.

Un abrazo.

Manuel dijo...

Hay que colmarse de paciencia porque esa monotonía diaria y esa tristeza de ver las calles vacías, no se va a acabar pronto, porque, aunque ya se empieza a oír la guerra de las anheladas vacunas, espero equivocarme pero, creo que esto va para largo.
Así que mucho ánimo, y menos visitas al frigorífico, aunque yo estoy igual que tu.
Un fuerte abrazo, querida amiga.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz dijo...

La noche invita a escribir y a dejar llevar la imaginación y las palabras.
Que tengas muchas noches y las musas te acompañen.
Saludos