Últimamente las letras me han abandonado. Me suele ocurrir con frecuencia. Entonces me siento cual huérfana perdida en la marea del cosmos.
Pero resulta que hoy han aparecido de nuevo cuando menos lo esperaba.
En la madrugada se dejan ver las muy tunantas.
Pero no puedo dejarlas de lado, pues se acurrucan junto a mi, deseosas de tomar vida.
Y aunque mis ojos sienten la tentación de cerrarse y dar las buenas noches a la vida, hago esfuerzos por abrirlos y componer algo bello.
¡Ah, las letras y yo...!
Viejas amigas, cómplices de mil aventuras que mi imaginación calenturienta se atreve a inventar.
La vida misma que aletea en una mirada al cruzar una calle, en la sensación de un roce al pasar, en esos pasos que se cruzan con los míos y me recuerdan mi propia fragilidad y grandeza.
En el "otro" me encuentro, en sus afanes y sueños me identifico.
Porque al final, no somos más que pobres seres necesitados, paupérrimos, vulnerables, frágiles, que caminamos al unísono.
Hay un punto en el queramos, o no, todos nos encontraremos, y ahí poco importan las ideas, el linaje, el abolengo, la alcurnia, la riqueza o pobreza de cada cual.
Cuando menos lo esperamos, la vida nos pone en la realidad de lo efímera que es.
Entonces. ¿ A qué vienen esos aíres de grandeza, esa mirada por encima del hombro, esa ridícula sonrisa de diosecillo del universo?
¡Pero qué caramba!
A estas horas, en que la lluvia golpea insolente en mi ventana, me vienen estos pensamientos trascendentales de los que yo misma me sorprendo.
Moralinas de vieja, o alucinaciones nocturnas, podéis pensar...jejeje.
Todo porque las revoltosas letras se han despertado de su letargo.
¡Ya podían haberlo hecho antes!
Mira que he tenido tiempo libre para dedicarlas a lo largo del día..., pero son así: caprichosas, mimosas, impredecibles, antojadizas, inconstantes, cautivadoras...y no puedo resistirme a sus encantos.
Os confieso, en secreto, que no tengo otro afán de mayor responsabilidad, que el de atenderlas.
Hace tiempo las elegí como compañeras de vida, y en cuestión de elección, cada uno es muy libre.
Las necesito como algo importante en mis rutinas, como se necesita al amigo, al amor.
Mañana, quizá vuelvan a esconderse de nuevo y tendré que buscarlas por los armarios y rincones de mi casa.
Al final, no sé si he compuesto algo bello, o simplemente he jugado un rato con ellas juntándolas entre si.
En fin...que mi cuerpo no aguanta más.
A las buenas noches queridos amigos.
10 comentarios:
A las buenas tardes de jueves.
Las letras no te abandonarán nunca, están impregnadas en tu corazón. Y nosotros tus lectores nos alegramos por ello.
Un abrazo Maripaciña. 💚💚
Pues para haberte abandonado que bien lo has montado. La imagen es espectacular. Un beso.
No creo que las letras te hayan abandonado, a ti imposible. Nunca se alejan del talento, de la sensibilidad y la reflexión, no de la sabiduría y afán de saber.
Debe ser la lluvia, los primeros pasos de un invierno anticipado que aletarga por instantes. Pero debajo de la nieve están la semillas esperando una ráfaga de cálida para volver a germinar.
Y creo que tus semillas siempre están germinado, ahora mismo con todo lo que acabas de escribir, una maravilla de gran escritora y persona.
Bien halladas, Maripaz, están ahí siempre, como la belleza, como el amor, solo se trata de poder encontrarlas y luego convencerlas de que se dejen notar, abrazar, querer. Pintar palabras es algo que se adhiere al alma una primera vez y ya nunca puedes dejar de hacerlo ... a veces, ,lo que más cuesta es encontrar un motivo para buscarlas.
Un abrazo, Maripaz, lo conseguiste, se dejaron encontrar hoy, mañana, mañana las buscaremos otra vez.
Un abrazo de jueves.
A las Buenas noches Maripaz... Ya va siendo hora de dormir!
Abrazos.
Puedes irte a dormir bien tranquila, porque sí que has compuesto algo bello.
Un abrazo.
Lo importante es que a ti te ha ilusionado y a los que las leemos también.
También me ocurre a mí que muchas noches me levanto de madrugada porque me ha surgido una inspiración y de hecho le hice un poema a esta musa trasnochadora que publicaré en su día.Besicos
Es cierto que a veces a las palabras les gusta jugar al escondite...
Jugaste, conviviste y compusiste algo muy bello, con tus amigas, compañeras y aliadas palabras. Tengo la suerte de ser testigo de ello.
Un fuerte abrazo.
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