18 de noviembre de 2024

LA NOVELA.

 


De repente, aquel invierno se le vino la vejez de frente y comenzó a sentir una terrible nostalgia que le paralizaba su mundo creativo.

Pasaba largas horas tumbada en el sofá viendo una horrible novela de amoríos. 

Jamás le habían gustado las novelas de sobremesa, pero ahora las tenía en la plataforma de pago que acababa de contratar y estaban al alcance del mando a distancia.

Se le antojaba que eran para mujeres con cargas familiares y llenas de responsabilidades. 

Una manera de evadirse de la realidad cotidiana.

Con una desconocida desgana para su atrevido y joven corazón de antaño, pasaba tardes enteras dejándose abrazar por la parsimonia más absoluta.

Incluso dejó de interesarse por la moda, las letras, el cine, las conferencias, los amigos...

¿También ella trataba de evadirse de la realidad?

¿Era la vejez su realidad más inmediata?

Últimamente, se le venían al pensamiento, retazos de su pasado como en una película.

Los días se le escapaban volando.

Incluso, una mañana, le habían parado por la calle para hacerle unas preguntas para una encuesta de una de esas iglesias que pretenden dar a conocer la salvación del ser humano.

Ella contestó una a una esas preguntas transcendentales que tenía olvidadas en su interior.

El joven que se las hizo, se quedó impresionado de su aplomo a la hora de contestar.

Pero ella, por dentro, seguía llena de dudas.

¿Seguía evadiéndose de su realidad más inmediata?

¿Estaba cada vez más cerca de plantearse el sentido de la vida y su fin?

¿Era eso lo que le daba miedo?

De ahí, que procurara no pensar demasiado y se enfrascaba capítulo a capítulo en la novela que le servía de evasión.

De lo que si estaba segura, era, qué darle vueltas a las cosas no conduce a nada.

Es más.

Es contraproducente.

Sabía, desde siempre, que estamos destinados a un final incierto y tan solo podemos aceptarlo. Pero lo apartaba de su mente como si nunca pudiera ocurrir. 

O por lo menos a ella...

Le horrorizaba la idea de desparecer para siempre de este mundo, que aunque no era perfecto, era lo más real que tenía.

El otro...ese que dicen hay detrás de la muerte, no sabía si era real.

Nadie había vuelto para contarlo.

Mientras tanto, ella, a pesar de ir perdiendo agilidad mental y física, incluso experimentar de vez en cuando dolores desconocidos, se sumerge en cada capítulo de la historia de la novela, donde se habla del amor, de la maldad, de la envidia, de las traiciones, de los sueños, de las metas alcanzadas, de la bondad...

De la vida misma.

Ella ama la vida.

Y al final, la vida es como una gran novela.

16 comentarios:

CHARO dijo...

Bonito relato que parece inspirado en la vida de cualquiera que ya tiene cierta edad. Besicos

Macondo dijo...

Buen relato, Maripaz.
Feliz semana.

Alís dijo...

Supongo que mientras no se atreva a mirar de frente qué está evadiendo, no podrá evitarlo, ni enfrentarlo. Aunque de vez en cuando nos viene bien la evasión para desansar y tomar fuerzas para el siguiente asalto a la vida.

Un relato que invita a reflexionar

Un abrazo

Tomás B dijo...

Mari Paz un bonito relato al que acompañaste con una imagen estoy seguro que tu retina guardo mas de una vez en tu infancia.

Saludos.

VENTANA DE FOTO dijo...

Coforme pasan los años, se ve la vida de otra manera. no es la misma visión la que tiene los niños y los jóvenes y el cambio mayor que se produce es cunado notas que te vas haciendo mayor.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

La vida es una novela llena de alegrías, tristezas, sorpresas, dramas... pero una novela que siempre acaba mal.

Besos.

Juvenal Nunes dijo...

A vida de todos enferma sempre do mesmo problema: tem prazo de validade.
Só somos personagens e testemunhas do grande romance que é vida enquanto por cá andamos. O princípio da nossa falência começa por ser um choque bem dramático.
No fundo não podemos fugir à realidade.
Abraço de amizade.
Juvenal Nunes

Tais Luso de Carvalho dijo...

Olá, querida Maripaz, excelente seu texto, a vida tem suas etapas e ninguém
escapa dessa realidade, e sabendo disso, que um dia tudo termina, fica mais fácil para aceitar a nossa finitude.
Gosto muito de ler você, amiga!
Um feliz fim de semana que está chegando.
Beijos.

Tais Luso de Carvalho dijo...

O Pedro comentou ontem, não estará no teu spam?
Beijo, amiga.

El tejón dijo...

Los que amamos la vida nos vemos reflejados en esa novela.
Un abrazo.

Lu dijo...

Tan melancólico como real tu relato Maripaz. La vida pasa y nosotros somos sus personajes. Así, tal cual, la vida es como una novela.
Abrazo va

Teo Revilla Bravo dijo...

Maripaz, con qué inteligencia y claridad manejas las palabras, es un gozo leerte. El relato es precioso y lleno de ternura. Cómo la vida nos va marcando paso a paso, cómo, si nada lo detiene, vamos cumpliendo ese ciclo vital y cómo hemos de lograr hacerlo de la mejor manera, la que duela menos y nos aporte ilusión y vida hasta el final.
Gracias, paisana guardense y un fuerte abrazo desde Barcelona.

Manuel dijo...

Bonito relato como es normal en ti, pero yo, como pienso también que tu, no nos veo reflejado en ese personaje que se acomoda para verla venir, si no todo lo contrario, fuera telenovelas, etc. no apoltronarme, y todos los días a la calle, carretera y manta y a disfrutar de los amigos, del tiempo, y a charlar con la gente; un cafelito en el bar o unas cervezas en la taberna, así mientras la fuerzas no me falten...y mañana, Dios dirá; y el día que tenga que llegar...que llegue, y que me quiten lo bailao.
Tu dirás ¿porque´te digo esto?: porque me preocupa que tu relato no sea todo ficción, ¿me entiendes?.
Un fuerte abrazo, apreciada amiga Maripaz; y por si acaso, que no lo creo, arriba ese ánimo.

Alís dijo...

Es curioso que ante el terror que le produce desaparecer de este mundo, en cierto modo es lo que hace, apartándose de la gente y encerrándose a ver la novela. En cualquier caso, a veces necesitamos (al menos yo) evadirnos de todo y recobrar fuerzas. Mientras no se quede ahí para siempre...

Un abrazo

PD. Estoy segura de que había dejado un comentario en esta entrada. Seguramente se fue a spam. Está pasando mucho últimamente

diego dijo...

La novela de nuestra vida es la única de la que nunca conoceremos el final.
Un beso, Maripaz.

Sara O. Durán dijo...

Mil novelas para evadirse un poco de las novelas que es la vida de cada uno.
Me encantó tu relato.
Un fuerte abrazo, Maripaz.