Acaba de empezar el més de Septiembre y los veraneantes han vuelto a sus hogares y a sus trabajos .Pronto empezará el nuevo curso escolar y en las librerias, he visto ésta mañana a los padres acompañados de sus hijos, recoger los libros para las clases.
Pero no éra del nuevo cúrso de lo que queria hablar . Mi escrito de hoy, me lo ha inspirado una conversación , que ésta tarde al volver del paseo con mi perra, he escuchado a unas cuantas madres jóvenes conocidas y que me he acercado a saludar .
Al observar que reian y se les veia muy animadas, he preguntado el téma que se traían entre manos . Una me ha contestado divertida que hablaban de los hombres ...y entonces he reido yó tambien con ganas .
Todo habia comenzado porque habian escuchado en un progama de radio que el més de Septiembre, era el més de las separaciones matrimoniales . Después de unas vacaciones en familia, las parejas han tenido la oportunidad de convivír más intensamente . Por lo tanto, también los roces en la convivencia , se han hecho más constantes y los puntos de desunión, se han magnificado. No sé, quizá los llamados progamas del corazón , que ridiculizan y manosean hasta los temas más sagrados del sér humano, tengan algo que vér en ésto. O a lo mejor han hecho elaboradas encuestas al respecto.
Como és un téma serío, me voy a limitar a contaros, los comentarios de estas amigas, acerca de sus maridos y de los honbres en general .
Contaba úna, que su pádre, túvo que quedarse solo, unos cuantos días en una enorme casa de pueblo con muchas habitaciones .La primera nóche se encontró la cáma hecha y durmió placidamente. A la siguiente noche, como no sabia hacerse la cáma, se acostó en otra habitación en una cáma nueva. Así hasta que utilizó, todas las que habia en la cása. Podeis imaginar cuando vinieron las mujeres de la familia como se encotraron aquel dulce hogar ...
Ótra reia divertida contando que su nóvio, que se consideraba muy adelantado en el árte culinarío, le dijo un dia, que él, se encargaba de cocinar . Un noche, pensaron comér macarrones para el dia siguiente, y ella se desentendió totalmente. A la mañana siguiente apenas recién levantada , observó encima de la encimera , un cuenco con una pasta biscosa, que no dejaba ver de que se trataba por la fórma indeterminada. Cuando su flamante novío, se despertó, quíso satisfacer su curiosidad, y cuál fué su sorpresa al comprobar que aquella especie de nebulosa, eran los macarrones puestos a remojo, la noche anterior, para su mejor cocción ... Por lo ménos, le sonaba de álgo , que habia que poner a remojo las legumbres, aunque no las diferenciara...
Un día, reí divertida, oyendo contár a una amiga, que la mujer de su hermano, tuvo que ausentarse unos días, quedándose él sólo. Su madre, le dijo una mañana a ella, que se acercase a su cása mientras él estaba trabajando y mirase si le hacia falta algo. Al abrír la puerta un olor nauseabúndo , lo impregnaba tódo. La cása estaba en penumbra , las persianas sin levantar, la cáma sin hacer, el desorden, era monumental ... Pero lo más curioso ´fué el panorama que se encontró en la cocina ... un montón de cazos apilados sin fregar y quemados de haber calentado la leche del desayuno ( como el de las cámas , pero con lo cázos )
En fín, que nos hemos reido un buén rato . Por supuesto que el téma de que los hóbres ayuden en las tareas domésticas, és algo que costará imponer. Culturalmente, este trabajo ha sido adjudicado a la mujer, que se dedicaba por entero a él . Los tiempos han cambiado y al trabajar fuera de cása, és necesarío compartir estas tareas al cincuenta por ciento . Pero cuesta todavia bastante ...
Los chicos jóvenes de ahora yá ván teniendo otra mentalidad, los autores de mis anécdotas, son un poquito mayores ...jejejeje .
Pienso que honbre y mujer, se complementan y cada uno tiene unas capacidades . Háy cosas estupendas , própias de la manera de ser, femenina , y cósas igualmente estupendas, que son caractéristicas de los varones . Precisamente ahi, está la riqueza de ámbos y lo importante, es saber convivir y enriquecerse, los unos de los ótros .
