24 de septiembre de 2017

ROMERÍA DE LA VIRGEN DEL BREZO


En los últimos días del verano, tiene lugar cada año la Romería de la Virgen del Brezo en el Santuario situado en Villafria de la Peña.


El Santuario es de estilo neoclásico del siglo XVIII que consta de tres edificios: el templo, la capilla de confesiones y la hospedería.



Con gran afluencia de público tiene lugar cada año esta fiesta en honor de la Virgen. Familias enteras acuden a la cita que ya forma parte de una tradición que va pasando de padres a hijos. 






A lo largo de la mañana los fieles van pasando a besar la medalla de la Virgen que se encuentra detrás del altar y se hacen fotos junto a la imagen.




A la hora señalada tiene lugar la procesión de la Virgen.


Recorre los alrededores del Santuario


Hasta llegar al altar donde tiene lugar la Santa Misa.


Ana Clara le canta desde hace años el Ave Maria en medio de un impresionante silencio. La pena que al megafonía siempre juega alguna mala pasada.


Al finalizar la Santa Misa, se le canta a la Virgen la Salve.


La Asociación de Pendoneros colaboran acompañando a la Virgen en ese día y a los romeros que se acercan a honrar a la Virgen.




En un ambiente festivo a lo largo del día hay distintas actividades que llenan de alegría este rincón de la Montaña Palentina.











Para terminar os dejo unas cuantas fotos del día.

https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10214754829008659.1073742585.1362892841&type=3

Desde este enlace, podéis ver un álbum de fotografías que hice en mi Facebook

14 de septiembre de 2017

LA CITA


Desde hace bastante tiempo tenía una cita pendiente. Las citas, cuando son deseadas se viven intensamente antes. Así me ha ocurrido a mi con esta.
Os cuento. Conocí a Luis, con motivo del concierto que tuvo lugar en la festividad de San Antonío en Guardo. Celebraban el veinticinco aniversario este grupo de la localidad llamado "Dispersos" y había prometido a su hermano, Javier hacerles una entrada en mi blog. Él había sido componente del grupo.
Me atreví a robarle esta instantánea mientras escuchaba a algún artista invitado para la ocasión.



Después subió él al escenario con su guitarra. Se le puede ver en el vídeo que os muestro y que pude grabar entonces.



Esta foto del grupo en sus tiempos mozos como se suele decir, me la pasó para mi reportaje su hermano, Javier, cantautor y poeta. En la fotografía, Luis, es el segundo por la derecha.
Ese día, su hermano me lo presentó unos instantes antes del concierto. Fueron breves momentos y un saludo afectuoso, pero Luis dejo en mi la impronta de la belleza de su interior.
En dos o tres ocasiones le volví a ver de nuevo y charlamos despacio. Luis, era de esas personas afectuosas que te ofrecen el calor de su mirada sincera, donde uno se cobija  amparado en la amistad. Los hombres buenos, van dejando a su paso un reguero de amigos enlazados entre sí. Ellos se van, pero sus obras son eternas.
Queriendo conocerle un poco más, quise visitarle en su taller de forja donde él daba rienda suelta a su pasión por el arte con su trabajo profesional. Así se lo hice notar y me comentó que estaban haciendo unas reformas, que nada más terminasen tendría ocasión de visitar su "cueva" como me gustaba llamar a ese rincón y él mismo me lo enseñaría.
Pero el destino a veces nos juega malas pasadas, es incierto, traicionero, ladrón, cruel...
Luis, se fue inesperadamente dejándonos a los que le queríamos rotos de dolor.
Nuestra cita se quedó pendiente, pero a lo largo de este tiempo he ido interiorizando su recuerdo para cuando llegase la hora de cumplir mi promesa.



Esta tarde emprendí rumbo a ese lugar tan querido para él y donde reposa su espíritu. La emoción me embargaba pues le sentía cerca. Allí estaban expuestas sus obras de cerámica más preciadas. Pude acariciar ese barro al que él había dado forma con su manos y de alguna manera sentirlas en las mías.
Me contaba su hijo como comenzó su andadura en este arte y al llegar a esta pieza recordó una anécdota. La presentó en un concurso y era la mejor sin duda alguna. No lo vio así el jurado y le entregaron el segundo premio, con una cantidad en metálico nada despreciable. Él, con enorme dignidad, renunció a él por no estar de acuerdo y reivindicando su arte.


Su vocación y su amor por el barro se fraguó en la primera clase de cerámica en unos cursos con otros alumnos del pueblo. El profesor que impartía el curso le felicitó por la pieza que estaba realizando mostrando mucho interés por el don que tenía.
Entonces, en una habitación de casa monta el torno y comienza su andadura, hasta sacar sus primeros diseños basados en el mundo de los cómics y su propia linea.


A finales de los ochenta, se une a Valentin Prieto que venia de una familia de herreros y se juntan los dos fusionando el barro y el hierro, pues también él venia del mundo de la soldadura y le llama la atención esa posibilidad. Ambos artistas están juntos largo tiempo con enormes proyectos y participan en ferias, concursos y el nombre de "Alforja" es un grupo prestigioso que lleva por el mundo el nombre de la Comunidad de Castilla León




En este vídeo que he rescatado de internet se le puede escuchar hablar de su trabajo.

En el año 98, Valentin deja el proyecto y su hijo, Jose Javier, que en principio no pensaba dedicarse a ello, toma el relevo animado por su padre. Antes habían puesto una tienda en Valladolid donde vendían un poco de todo.
Me fascina el mundo de los artistas tan mal pagado y lleno de intensas horas de trabajo. Viven en otra dimensión que no siempre es fácil entender. Se mueven con otros parámetros, distintos al resto de los mortales. El valor material de las cosas es algo muy relativo en ese mundo suyo donde prima el arte.
Pero al artista ya nadie le podrá arrebatar los instantes vividos.


Jose Javier, se ha convertido en un digno sucesor de su padre. No hay duda de que los genes han tenido algo que ver...
Me habla emocionado de su progenitor, e incluso en algún momento se le quiebra la voz. Le noto cansado, llego ayer de viaje y tiene mucho trabajo. Le agradezco que haya hecho un alto en el camino para atendernos con enorme afecto.
Me hubiera gustado tener a mi lado en estos momentos a, Carmen, su mujer y a, Alba, su hija. Mi recuerdo va para ellas...


Recorro la casa por fuera sin perderme cada uno de los detalles que encierra. Es como si mi amigo, Luis me los fuera enseñando uno a uno...









Fuera hace frío, un aíre que baja de la montaña se cuela entre mis huesos mientras voy despidiéndome del lugar, pero apenas lo noto por la emoción de lo vivido.
He estado rodeada de gente, pero interiormente estaba sola con Luis. Por fin he podido acudir a la cita. Mi cita con Luis.
A lo lejos, puedo ver la estela que ha dejado con su vida y su ejemplo.


Para terminar, os dejo este retrato que le hizo el pintor de la zona, Jose Antonio Cagigal, amigo de la familia. Un bello recuerdo de esta maravillosa tierra de artistas.

8 de septiembre de 2017

IN MEMORÍAM


El día 15 de Julio se cumplía el quinto aniversario de tu marcha querido amigo, Raúl, pero no me encontraba en Guardo. Me fui unos días a Pamplona y me olvidé. Fue a la vuelta cuando me di cuenta. Pero mi cita seguía en pie y hoy he podido acudir a tu tumba.
Siempre cuento lo mismo cada año para los que entran en mi blog y no te conocen. Raúl es un joven amigo que se fue demasiado pronto. Todo ocurrió muy rápido, pero para entonces nuestra amistad estaba consolidada y me dejaste muy triste.
Fue un dolor intenso el que recorrió los corazones de los que te amábamos y muy afectados acudimos a tu funeral para acompañarte en tu marcha. Fue allí mientras lloraba en silencio, cuando una de las rosas de una de las muchas coronas que acompañaban tu féretro se cayo a mis pies. Yo la recogí pensando que tú me la enviabas para aliviar mi dolor y aún la conservo. Entonces prometí llevarte a tu tumba una rosa fresca en tu aniversario.


Este año te he llevado tres del jardín.



 Emprendí como en un ritual, mi camino hacía el cementerio como cada año. Hacía una preciosa tarde de verano y a lo lejos pastaban una vacas en el prado. Siempre voy sola. Necesito acudir sola a la cita. Interiormente voy recogida en mis pensamientos embriagada por el paisaje.
Una vez allí, dejé las flores sujetas por una anilla de la lápida, mientras surgía un diálogo entre tú y yo afectuoso, cálido...


Una paz enorme se colaba en mi alma, mientras pensaba lo ridículos que somos creyéndonos los reyes de la creación rodeados de los oropeles de la vanidad, la avaricia, la lujuria y el resto de los demás pecados capitales, dado que todos tenemos el mismo final.
Caía la tarde y el sol se colaba por el camposanto con su color rojizo. Sentía tu presencia con una intensidad tremenda. Y es que, poco sabemos del más allá y de las almas que se han ido, con lo cual cada uno vive estos momentos a su manera.
Estuve largo rato allí, sin prisa alguna. Tan solo me sacó de mi arrobamiento el movimiento de un joven muchacho limpiando con primor una tumba cercana. Le observé de reojo mientras comprobaba el cariño enorme que ponía en la faena.
Después de un rato, me despedí de ti Raúl. Al pasar por el lado del chico, me atreví a preguntarle a quien tenía enterrado y si hacía mucho tiempo que estaba allí. Me miro a los ojos con inmensa tristeza y con la mano me indicó el letrero donde ponía la fecha de su muerte y el nombre. Era su abuelo que en vida le había dicho que no se olvidase de él y había acudido a su encuentro igual que yo había hecho en esta tarde.
De alguna manera es una necesidad imperiosa de sentir al ser amado allí donde fue depositado su cuerpo, aunque la teología diga que el alma ya no se encuentra allí.
Me despedí de él, mientras le comentaba que conocía a su abuelo y a su familia. Una leve sonrisa acudió a su rostro mientras me decía adiós.
Otro año he acudido a nuestra cita, aunque haya sido un poco más tarde.
En mi corazón, sigue vivo tu recuerdo y siempre me va a acompañar.

2 de septiembre de 2017

LAS LETRAS



Se me arremolinan las letras en los pliegues del alma y en la comisura de mis labios deseosas de tomar vida.
Las oigo hablar entre ellas a mis espaldas, me expían, me retan, me controlan...
Y es que después del descanso estival, va siendo hora de retomar la escritura . Como en un ritual, cuando llega Septiembre abro mi blog de nuevo y me lanzo a inventar historias intentando retratar el alma humana con mis pobres relatos, salidos de mis entrañas con el solo deseo de no dejarme morir por dentro.
Las letras siempre me acompañan en mi soledad consentida. Son mis fieles amigas, con las que compongo y doy rienda suelta a mi creatividad siempre activa.
Hay veces que se desperdigan por la casa y no hay manera de encontrarlas. Pueden esconderse debajo de la cama, entre los pucheros o dentro de un armario. Entonces, no me queda otra que ir juntándolas con la ayuda de las musas hasta convertirlas en algo bello.
Se me escapan los días, las noches y las mañanas, en ese pasar lento de las horas, como un contrasentido.
Las letras son como notas musicales que hay que saber poner en su lugar para componer una bella sinfonía. Cuando me bullen dentro, no puedo dejarlas a su antojo. Siento una necesidad imperiosa de unirlas una a una, de darles forma y contenido. Y hasta que no lo logro, a veces no puedo ni comer ni dormir.
Y es que las letras y yo, somos viejas amigas, desde que aprendí en la escuela el difícil arte del conocimiento. Un idilio que dura muchos años y al que pienso ser fiel hasta la muerte.