5 de octubre de 2016

EXCURSIÓN POR LA RUTA DEL TABAYÓN DEL MONGALLU- ASTURIAS




El viernes pasado, un par de amigos me invitaron a coger setas, ya que Luis Ángel, es un experto micólogo, y Josemari un montañero avezado.
Tengo que confesaros, que no estaba en mis planes de fin de semana irme de ruta a ningún lugar. Al principio, no acepte, pero nada más me insistieron un poco, me rendí.
Últimamente, me he propuesto no dejar de lado por pereza o indiferencia, cada una de las pequeñas cosas que la vida me ofrece. A veces no es fácil aceptar, me pueden mis pequeñas rutinas y una comodidad que me acecha constantemente. Pero tengo la seguridad de que lo que dejas de hacer, quizá no vuelva otra vez a tus manos, y una vez vencidos estos inconvenientes siempre disfruto muchísimo y no me arrepiento de haberlo vivido.



Josemari, como experto montañero, fue nuestro guía, y decidió llevarnos a hacer la ruta del Tabayón del Mongallu, que se encuentra en Asturias, en el concejo de Caso, en el Parque Natural de Redes, Reserva de la Biosfera. Declarado Monumento Natural el 22 de Mayo del 2003. A 80 kilómetros de Oviedo.




Salimos de la población de Tarna, después de habernos tomado un café en el bar del pueblo. Antes, habíamos  disfrutado del paisaje desde el coche, e incluso habíamos parado alguna vez para contemplar tanta belleza.




La ruta estaba perfectamente señalizada y comenzamos a subir por un camino rodeado de un bonito hayedo. La cascada esta a unos diez o doce kilómetros y se tarda cinco horas ida y vuelta.



Claro, que nosotros tardamos un poco más. Luis Angel, no tenía ninguna prisa en llegar. Su prioridad era buscar setas, y aunque no había llovido mucho y apenas habían salido, él iba escudriñando de acá para allá y las ida descubriendo.






A lo largo del camino, vimos hermosos prados y vacas pastando. Como nuestro paso no era ligero, pudimos disfrutar de la naturaleza con enorme tranquilidad. También gracias a la paciencia de Josemari con nosotros que se adaptó a nuestro caminar.



Después de media hora se sale a un camino más pendiente y hay dos letreros que marcan dos caminos distintos. Uno lleva al Llanu del Toru, donde hay robles centenarios dentro del hayedo.







Se podía ver, brezo, acebo, abedules...
Y cogimos unas cuantas setas. Gracias a Luis Ángel, aprendí algo sobre el mundo de la micologia. Es un apasionado que no deja a nadie indiferente.


La belleza que íbamos encontrando a nuestro paso, era espectacular y además hacía una temperatura magnífica. En este vídeo se nos puede escuchar maravillados de entusiasmo.



Poco a poco nos íbamos acercando a la meta. A lo lejos podíamos ya ver la cascada.






Ya cerca de la cascada, decidimos recuperar fuerzas para llegar hasta arriba, dando cuenta de una exquisita tortilla que había preparado, Josemari.


Después, por un camino de piedras sueltas, pudimos llegar hasta la base de la cascada.






Había merecido la pena.



Un día entrañable para el recuerdo con dos estupendos amigos a los cuales estoy muy agradecida por su invitación.