11 de julio de 2014

TOUR DE ESTRELLAS


En esta época de veraneo me he embarcado en un viaje a las estrellas. Así como suena.
Y es que me gusta dejarme llevar por mi curiosidad y descubrir nuevas galaxias, atrapar mundos nuevos, y saborear nuevas sensaciones mientras tengo el tiempo a mi favor.
Hace unos años que un amigo me venia hablando de algo que le apasiona, la astronomia. Además me hablaba con enorme entusiasmo de su magnífico telescopio y las noches en que le gusta perderse con él y atrapar la magia del universo. Por eso, cuando he tenido la oportunidad de acompañarle, no lo he dudado ni un instante.




Hay como un ritual a la hora de escoger el lugar y preparar el telescopio. Lentamente, mientras anochece, se van uniendo con precisión una  a una sus piezas. Cuando se observa por vez primera, la curiosidad forma parte de esos instantes en que uno está a punto de vivir algo extraordinario.





Después, la noche acude presurosa  a la cita, y la magia lo inunda todo.
Tímidamente, al principio, el ojo trata de captar a través del objetivo unos puntitos incipientes mientras apenas se atreve a comentar nada. Después, la expectación se va haciendo mayor mientras los ojos anonadados intentan captar la belleza y el misterio que esconde la noche.



Aparecen la Estrella Polar, Júpiter, Saturno, Casiopea, Aljieba, la Luna...y es entonces cuando el entusiasmo se hace más patente.
Una vez que uno se ha atrevido a robarles su intimidad, se establece un  diálogo hecho de guiños y complicidades al unísono. Mensajes jubilosos de allá para acá...
Quisiera uno quedarse allí para siempre escudriñando y arrebatando los secretos que allí se encierran.
Y es en ese preciso instante, en ese viaje por las estrellas, en ese mirar y mirar...cuando soy capaz de entender a mi amigo y quedarme cautivada para siempre.

P.D. Magnífica noche rodeada de amigos al lado de la ermita del Cristo del Amparo, intentando atrapar estrellas con traductor y todo... ¡Gracias!