28 de septiembre de 2014

LA CITA


Eran pasadas las doce de la mañana cuando Maria se atrevió a salir de su casa consciente de que tenía que tomar una determinación cuanto antes.
Hacía apenas seis meses que su marido le había comunicado que se le había acabado el amor, que de ahora en adelante iban a vivir vidas separadas.
Ella, una vez repuesta de semejante sorpresa a esas alturas de su vida, había tratado de olvidarse de él sin obtener ningún resultado.
Eran muchas las emociones que le embargaban.
Él, había sido desde su adolescencia el gran amor de su vida y no se iba de su cabeza la idea de que no podría vivir tras su ausencia.
Intento una y mil veces escudriñar en su alma herida que era lo que había hecho mal, y con un sentido de culpabilidad enorme se resistía a dejarlo marchar de su lado.
Siempre le había considerado algo muy suyo, de tal manera que pensaba haberlo adquirido para "siempre" como se adquiere cualquier objeto de valor de los que celosamente guardaba en los rincones de su casa bajo llave.
En su afán de posesión se le olvidó dejar abierta la puerta de la libertad donde se libran las batallas del alma. Y fueron muchos los años de ausencias, donde los encuentros se van enriqueciendo como el hierro en el crisol hasta convertirlo en el oro puro de los más nobles sentimientos.
Quizá había puesto unas cadenas demasiado gruesas en el corazón de él, robandole su espacio y ahogando su propia personalidad.
Creía tenerlo seguro, y  la rutina que todo lo empaña se había encargado de llevárselo poco a poco de su lado.
La costumbre había hecho apagar la pasión encendida de aquellos primeros años de convivencia dando paso a la monotonía de los días sin luz, de la indiferencia.
Reconocía que empezó a descuidar los pequeños detalles insignificantes que antiguamente cultivaba con verdadera ilusión.
No era consciente de cuando dejo entrar la desidia que todo lo mata en las rendijas de su abandonado y desordenado corazón. No vio llegar el peligro que acecha por las esquinas porque quizá estaba ensimismada en su propio yo.


Pensó en concertar una cita en la vieja casa . Para ello encendió la chimenea como tantas veces había hecho a lo largo de sus estancias allí. El fuego se encargaría de quemar y purificar el pasado.
Las llamas chisporroteaban llenando de luz y magia la habitación, mientras su recuerdos se abrían uno a uno trayendo su pasado en volandas por entre las llamas.
Ansiaba volver  a verle, a acariciarle, tomar sus manos entre las suyas, besar su boca...
Estaba dispuesta a  dejar consumir lentamente las horas como se consumían aquellos troncos en el fuego hasta el amanecer. Un nuevo amanecer para los dos.
Un estrepitoso ruido la despertó de sus pensamientos. Se acercó con toda la rapidez que pudo al ventanal, mientras un negro presentimiento recorría su mente.
Solo alcanzó a ver su coche allá abajo en el acantilado.
Después, el silencio lo envolvió todo mientras el fuego se extinguía en la noche cerrada de su vida y otra "dama" había acudido antes que ella a la cita...


20 de septiembre de 2014

OTOÑO



Recibió el otoño con una leve sonrisa. No le apetecía empezar una nueva etapa después de haberse dejado acariciar por los intensos rayos del sol de aquel verano.
Siempre comenzar algo nuevo le daba un poco de pereza, sobre todo si llevaba consigo cambios en su rutina diaria.
Aun así, la belleza de los chopos le atraía de una manera muy especial, cuando mecidos por el viento revoloteaban mirando al cielo como un tesoro de inmenso valor dorado.
Siempre vio el río y los chopos ligado a sus raíces de manera muy particular. De alguna manera sabían sus secretos, sus idas y venidas por el camino de la vida y siempre esperaban su regreso una y mil veces.
Recorrió despacio aquel lugar saboreando aquellos instantes y dejándose llevar por las emociones.


El otoño siempre le había sugerido que era como vivir un ciclo vital donde donde después de la lozanía y la madurez de los frutos, viene inexorable la muerte.
Ese desprenderse de lo viejo y caduco llevaba consigo un dolor que a veces asfixiaba sus ansias de vivir llevándole muchas veces a cerrar los ojos  a la realidad para dejarse envolver por el mundo que ella misma se había forjado.



Era una muerte bella la del otoño, con sus alegres coloridos y variadas tonalidades. Quizá como un grito de la naturaleza resistiéndose a ese viaje eterno lleno de incertidumbres por explorar.

Le angustiaba lo desconocido. Aquello que no era capaz de dominar y controlar, siempre le producía desasosiego, y de alguna manera procuraba eludir la cita y mirarlo de frente.



Algunos encuentros ineludibles le producían un enorme vértigo y siempre se apresuraba a olvidarse dejándose llevar por la belleza más inmediata.

Cada otoño era un recuerdo, un aviso, un reencuentro con lo efímero, un volver  a las raíces de su propio ser.



Muchos atardeceres necesitaba sentirse viva, y descalza sobre la tierra, hacía surcos y pisadas para dejar constancia de ella misma.

Sentía el palpitar del viento sobre su cara y le gustaba que la lluvia le besara con su pureza eterna.
Abrazaba a los árboles tratando de encontrar su alma un poco perdida.

Mientras tiene vida, ignora los otoños con sus complejidades para quedarse solo con la belleza que encierran.

El tiempo mismo se encargará de solucionar su incertidumbre.

M.Paz.

7 de septiembre de 2014

MAESTROS DE LA PINTURA Y DE LA ESCULTURA


Ayer tuve la oportunidad de acudir a la inauguración de la Exposición Maestros de la Pintura y de la Escultura que tuvo lugar en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Guardo.
Allí se podían observar las obras de arte de 35 artistas de Castilla y León ( 25 pintores y 10 escultores) .
 Esta Exposición estaba organizada por la Asociación Cultural Muriel y patrocinada por el Ayuntamiento de Guardo, contando con el apoyo de la Diputación Provincial y la Junta de Castilla y León.


Tino José Pedrosa.


Jose Antonio Cagigal


Suser Gonzalez Santos


Pilar Calonge.


Ana Gomez Andres.


Angela Baranda


Carmen Rivera.


Ejercieron de anfitriones algunos artistas locales que posaron para mi junto a sus obras.


Pude hacer un vídeo para dejar constancia del evento donde se puede ver un pequeño resumen de los treinta años dedicados a la promoción del arte en la provincia a través de Expo- Aire.




Hasta el día 14 se podrá visitar la exposición que como apuntaba Yolanda Miguel concejala de Cultura, es todo un lujo tener la oportunidad de visitarla por la categoría y el impulso que da a la actividad cultural de la provincia.


Os dejo otro vídeo, donde se pueden ver las obras un poco más de cerca, aunque no hay comparación con verlas al natural, por eso os animo a hacerlo a lo largo de estos días.



Como apuntaba  Alberto Rodriguez Lechón, presidente del Grupo Muriel, la Asociación Cultural ha querido rendir homenaje a Invernal, una vertiente de Expo- Aire que se celebró en la localidad hace años.


Quiero terminar mi pequeña crónica, no sin antes hablaros de Jose Antonio Gagigal, pintor y escritor y Tino José Pedrosa, escultor, con los que tuve el honor de posar. Es mucho el talento guardense y ante la  posibilidad de dejar alguno sin nombrar, quiero a través de ellos dos, honrar a cada uno.
Tino José ha sido mi vecino de la infancia, pero desde que éramos pequeños no nos habíamos vuelto a ver. Ha sido la semana pasada cuando él me abordó en el parque donde me encontraba leyendo plácidamente y se presentó a mi. Nuestro encuentro fue muy agradable, como volver de nuevo al barrio, a las travesuras, a los juegos infantiles, a los recuerdos...
 Pude ver su escultura allí expuesta"buque insignia" como la llama," Hombre abrazado a su Chelo" y  la pude sentir con mis manos. Aunque me cuenta que a él lo que realmente le gustaba era modelar en barro y es así como comenzó.
Y ha sido él el que me ha presentado a Jose Antonio en un encuentro fortuito en la ribera del Carrión, plagada de secretos y recuerdos. Este pintor guardense, autodidacta, de trazo seguro y vigoroso, de mirada clara y trasparente, posee también el arte de la palabra, por su buena conversación, capaz de hacerte vivir lo que te cuenta, ya sea cuando te explica lo que representa cada una de sus obras, o cuando te habla de mil afanes de la vida misma, y por la belleza de sus escritos. He podido visitar su blog que es por donde yo tuve mi primer contacto con él y disfrutar de sus obras. No es muy amigo de las nuevas tecnologías porque como el dice, nos llevan a la falta de comunicación con los demás, por eso son sus hijos los encargados de subirle las fotos de sus cuadros.
Un pintor de fama, que no ha perdido la sabiduría de la sencillez, que le gusta volver a su pueblo y sentirlo, pasear por sus calles, saludar a sus vecinos y amigos, recorrer esos rincones de su barrio plagados de recuerdos.
Por eso me gusta pensar que el río, nuestro río... nos ha unido, regalándome así uno de sus tesoros. Ha nacido una amistad que guardare en el fondo del alma.
Una tarde para el recuerdo y nuevos amigos artistas.