30 de mayo de 2011

ADIÓS LAIKA


Hoy mi baúl está de luto.  Bueno en realidad no es mio, es de ella, de Laika...
Esta mañana he recibido la terrible noticia de que mi perrita se había ido para siempre al lugar donde duermen los benditos seres que supieron dar amor incondicional.

Mis lectores habéis seguido su enfermedad repentina después de mi regreso de Sevilla.
 ¡Se puso tan contenta cuando me vio!

Nada hacia presagiar que su enfermedad estaba latente, acechando...Hemos pasado estos días felices de reencontrarnos, dispuestas a vivir el verano con nuestras cotidianas costumbres: paseos por la orilla del río, ratos en la pradera tomando el sol, siestas al atardecer.

Empezó a sentirse mal a los pocos días. Enseguida la llevamos al veterinario que le diagnosticó una "piometra" que necesitaba urgentemente una operación. Lleva toda la semana ingresada con Camino, la veterinaria, me consta que la ha atendido y la ha cuidado como yo misma lo hubiera hecho. El último día que la vi, le hice un vídeo que está en una entrada mas abajo. Se la veía cansada, pero al escuchar mi voz, salió de su cesto a mi encuentro moviendo la cola.

 Me despedí de ella deseando llevármela para casa lo antes posible sin pensar que no la volvería a ver con vida. Incluso cuando salia por la puerta, volvió la cabeza y me miró con profundidad, con esa profundidad con la que parece que te están intentando decir algo.
 Era su adiós, su despedida...

Mi corazón está muy triste, he llorado sin parar, buscando el consuelo de las personas que me aman y son capaces de entender mi dolor.
Quizá las personas que  nunca han tenido relación con una mascota, les parezca una enorme tontería, pero son incalculables para mi los momentos entrañables que hemos compartido juntas, los lazos afectivos que hemos llegado a formar, y el cariño mutuo que nos hemos profesado.

Laika y mi madre se quisieron de manera especial. Hoy, la ausencia de las dos, hace muy difícil mi caminar.
Leti, mi gata, ha estado especialmente cariñosa esta semana. 
Aunque Laika a veces le plantaba cara y le reñía, las dos tomaban el sol juntas en la terraza, las dos se ponían en guardia cuando olían la comida que yo primorosamente estaba guisando para mi, y que luego compartíamos como compartíamos espacio, tiempo, rutina, afectos...

La muerte acecha nuestras vidas sibilinamente, siempre esperando a cobrarse su presa, rompiendo el corazón de los humanos que pretendemos olvidar que existe no acordándonos de ella.

Los seres que nos acompañan en nuestro caminar forman parte de nosotros mismos, son un trozo de nuestro propio corazón, por eso el dolor es tan intenso, largo, duradero...

La casa esta semana ha estado como vacía, triste, el rincón donde dormitaba, solitario...ahora me tendré que acostumbrar a su ausencia, mis paseos estarán llenos de recuerdos, los lugares queridos de las dos, abrirán mis heridas cada vez que los vea.

Solo me queda la pena de que no la he podido acompañar hasta el final, no pude estar allí para acompañarla en su nuevo viaje a un lugar lejano desconocido...lo siento mucho mi pequeña.

Por otro lado, me quedan los bonitos recuerdos, los paseos, los mimos, los momentos...
Adiós Laika, agradezco los días en tu compañía, el amor desinteresado que me diste,la mirada tierna de despedida sin yo saberlo...
Te llevaré siempre en mi corazón, donde se llevan las cosa importantes.
Como recuerdo a tu memoria, procuraré tener abierto muchos años tu baúl, este rincón que me ha hecho compartir en el mundo blogUero, afectos, sentimientos, amistades...