2 de diciembre de 2011

EL REFUGIO-(Para el Concurso de Paradela)


Me contaron una vieja leyenda sobre un lugar mágico que existía allá donde los duendes juegan y observan a los hombres. Aquel rincón se destacaba por su belleza y porque poseía una atracción muy particular para todo aquel que lo descubría.
No, no era fácil dar con él, pues aunque estaba a la vista de todos, solo alguno lograba descubrir su misterio y disfrutar de sus encantos.  Como solían decir los viejos del lugar: "Lo importante está en el interior"
Una casa alegre y cautivadora era el armazón de aquel misterioso lugar, pero su encanto se centraba en la dueña, una mujer que hacia tiempo había decidido optar por vivir intensamente, por amar intensamente,por aglutinar los días y lanzarlos al viento en busca de afanes nuevos que cultivar.
Rodeaba la casa un huerto donde tras el esfuerzo de labrar la tierra, los frutos, poseían un maravilloso don. Aquel que los comía se contagiaba del espíritu de aquella mujer que todo lo que tocaba lo convertía en sabiduría. No, no era como el rey Midas que convertía en oro todo lo que tocaba, ella lo convertía en sabiduría.





La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un entendimiento y nos ayudan a reflexionar y a discernir la verdad, lo bueno, lo malo.



Por eso se corrió de boca en boca que todos los que habían descubierto por casualidad aquel rincón habían notado en su vida un cambio, una nueva actitud ante ella,como si una fuerza misteriosa se hubiera apoderado de ellos.
Como resultado de estas experiencia, empezaron a llamar aquel lugar" El Refugio"


Había allí calor de hogar,amor verdadero y desinteresado, amistad auténtica...a fin de cuentas es lo necesario y vital que se necesita para vivir.


Incluso se decía qué allí el corazón hasta jugaba con el pelo de mas de uno, haciendo reír a carcajadas a la luna.Que las risas y los juegos se escuchaban hasta el amanecer.


Alguna vez el mantel de la mesa era de color azul como los sueños que le transportan a uno al país de las hadas, y los manjares le llevaban en volandas al cielo.



Había personajes que sonreían picaronamente como saboreando instantes fugazes de eternidad. Lo importante era sonreír,bien a carcajadas o tímidamente,tratando de rescatar la felicidad de esos momentos.


En una maravillosa simbiosis se daban cita alli personas, animales y plantas y se respiraba una fuerte unidad de equilibrio natural enriquecedor.
El Refugio se convirtió con el paso del tiempo en leyenda y todavia hoy se recuerda por las gentes del lugar.