27 de agosto de 2012

MUJERES EMPRENDEDORAS

Hace poco conocí a Mariló, una chica joven que me trasmitió un entusiasmo enorme y me habló de su bar situado en la calle Arroyal, un lugar poco visible y por lo tanto con  pocas posibilidades a veces de tener éxito.
Decidí acercarme un dia con mis cámaras para hacerle un video del establecimiento y ponerlo en mi Baúl, y descubrí que la mayoria de las tiendas que habia allí estaban regentadas por mujeres. Enseguida dada mi natural curiosidad me puse en contacto con alguna que no conocia, pues la mayoria de ellas me leian y me seguian por Facebook.
Tengo que decir que mi proyecto se enriqueció al pasar unas horas a su lado y decidir hacerles una entrada a todas grabando sus rincones desde donde se ganan la vida.
Así empezamos por el bar de Mariló que se llama "Malabar"
Mariló Rabanal Allende, es una documentalista nacida en Madrid y que siempre ha vivido allí, que le gusta jugar con el sentido de las palabras, de ahi el nombre que le puso a su bar. Con un presupuesto muy bajo y con la ayuda de amigos que le ayudaron en la decoración aportando sus trabajos, ella misma pintó las paredes, tapizó banquetas, y decidió restaurar una viejas sillas con la técnica del "Decoupage" que se trata de pegar servilletas telas o imágenes decorativas barnizándolas hasta que queden bien integrados en la superficie.
Ella queria que su bar no fuera un rincón como todos. Queria innovar y decidió poner el servicio de "Bookcrossing" muy de moda en la actualidad. Liberar libros en espacios públicos para fomentar la lectura. Asi ha conseguido varios libros y revistas y desde aqui quiero apoyar la iniciativa animando a la gente que quiera donar libros.
Otra de las caracteristicas de este lugar es que cualquier artista puede colgar sus obras y exponerlas al público en las paredes del local como si se tratara de un museo. Su amigo Cristian, ha sido el primero en hacerlo.
Mientras me cuenta ilusionada todas estas cosas, esta mujer de mirada profunda y vitalista me acerca divertida a los servicios. También alli hay algo peculiar, mientras se alivia uno se puede leer al mismímo Gustavo Adolfo Bécquer.
También orferta cine con una magnifica pantalla al fondo del local.
No cabe duda de que esta chica es creativa y apasionada. Me dice que ha trabajado de becaria en Madrid y como las cosas no andan muy bien por alli decidió volver a la tierra de sus padres y reinventarse. Solo me queda desearle mucha suerte. Me voy contagiada de su iniciativa juvenil.
La siguiente protagonista se llama Puri. Es la dueña del bar de "La Alegria" . Lleva 25 años con este negocio multiuso como dice ella. A su rincón acuden gente joven y mayor. Se jacta de tener muy buena relación con la gente joven, la respetan y ella pone sus normas con autoridad, pero amablemente. Apoya a los chavales y no cree para nada que esta generación sea peor que otras. Jamás ha tendo ningun problema con ninguno.
Muchos de ellos han elegido como lugar de encuentro el bar de Puri y alli han formalizado alguno su noviazgo después de conocer el hombre o la mujer de su vida. En una de las paredes se puede ver una foto de boda dedicada a Puri.
Tiene una estupenda colección de postales que le han ido enviando sus parroquianos de distintos rincones del mundo, adornando las paredes de su bar.
Entre las actividades con que cuenta, durante muchos años ha tenido un equipo de fútbol sala que ha resultado ganador en inunmerables ocasiones, por eso hay un lugar de honor dedicado a los trofeos.
Es una mujer serena, entrañable, que no quiere que le grabe...como mucho le robo algun momento mientras limpia la barra con primor.
Ha sido enriquecedor estar con ella unos momentos y se lo agradezco de veras.
Cuando suelo pasar por  esta calle más de una vez me han llamado la atención los productos de la huerta frescos expuestos en el pequeño escaparate. Y es que Carmen Sierra Merino, su dueña, cada mañana renueva los productos de un pequeño huerto y los vende a la gente de su barrio.
La tienda de Carmen, es la típica tienda de siempre. Tiene el encanto del trato personal con cada cliente. Jamás podrá igualar por su tamaño y majestuosidad a las grandes superficies, pero el calor afectivo que se encuentra en este pequeño lugar, no tiene precio.
Carmen, es una mujer muy guapa, de ojos claros y sonrisa encantadora.
Cuando estoy haciendo el video, entra una clienta. Carmen, solícita, le atiende con premura mientras habla con ella de sus cosas. Muchas veces, me cuenta, ejerzo la labor de psicóloga, de maestra, de cura... mientras las atiendo. La mayoria son mujeres que se arcercan a hacer sus compras y les sirve de esparcimiento los momentos que allí pasan. De repente me fijo en la estanteria del pan. Resulta que hay pan de Valderrueda, mi pueblo natal...me alejo sonriendo con complicidad a Carmen, y con viejos recuerdos de hornera y pueblo.
Julita, es el siguiente personaje de mi reportaje. Es una chica joven y guapa con un rostro que irradia entusiasmo y alegria. Tiene un precioso bazar de regalos donde uno se pierde, y la tentación de darse un capricho se hace cada vez más fuerte.
Julita, puso la tienda hace doce años invirtiendo su pequeños ahorros y con la ayuda de sus padres los dueños del local. Su padre es un conocido artesano de la localidad que trabaja el hierro y hace verdaderas obras de arte en forja. Ella tiene varias expuestas en su bazar.
Llegó de Madrid donde trabajaba en una oficina, huyendo del asfalto de la gran ciudad. Me dice sonriendo, que la ciudad no es para ella...como decia el gran actor, Paco Martinez Soria. Es preciso dar vida a los pueblos, recuperar las raices teniendo una buena calidad de vida. Para ello, no ha dudado en invertir sin saber si iba a tener buenos resultados su inverisón. Por ejemplo ha sido la pionera en traer para los carnavales los típicos trajes, motivando a los clientes ha descargar en ella la responsabilidad de sus trajes y complementos para las dististas peñas y colegios de la localidad.
Tiene una capacidad de ilusión enorme que ha logrado contagiarme, mientras me regala un pequeño detalle de su precioso bazar. Yo le abrazo y me despido con un beso.
Gloria, es una mujer timida de mirada picarona, cariñosa, entrañable...lleva con su tienda de ropa trece años. Ahora por las circunstancias del momento, la tiene que cerrar, porque no le cuadran las cuentas. Lo dice con pena mientras me va contando como ella trabajaba para una tienda que no era la suya y cuando puso su propio negocio se vino tras ella la clientela. Y es que Gloria, tiene una dulzura y una paciencia muy particular.
A lo largo de estos años se ha hecho querer además de sus compañeras de profesión que la van a echar de menos cuando se vaya. Son como un ejército de luchadoras natas, mujeres fuertes, emprededoras,que le dan a esta calle una impronta muy especial.
La última de las protagonistas es Sandra, aunque el negocio es de sus padres y ella ayuda cuando puede.Su madre, Imelda, y su padre, Manolo, ya fallecido,un carpintero muy conocido, buen profesional, muy competente y muy querido, regentaban este comercio en otro edificio más visible antes de la crisis. Su padre, tenia un taller en este lugar y decidieron traladarse para aliviar los costes del alquiler.Además tienen una nave con muebles aparte de los aquí expuestos. Su hermano Sergio, ha heredado la profesión de su padre y hace todo el trabajo de montaje.
Es la tienda mágica por antonomasia...en ella me sumerjo mientra voy grabando la infinidad de juguetes que me sonrien por las estanterias y que me llevan de nuevo a los años de mi niñez.
Sandra es una mujer muy joven, madre de un precioso niño amigo mio. Cuando Raúl que asi se llama me ve por la calle, repite mi nombre desde su carrito y siempre me acerco a darle un beso porque es una preciosidad de chaval.Eso si, no admite que nadie más que yo lleve ese nombre, y cuando su abuela saluda a otra Paz, él dice con deparpajo infantil, que esa no soy yo...
El alma mater de este negocio es Imelda posando para mi en la fotografia. La tarde que hice el video se encontraba con el nieto en el parque.
Una mujer decidida y valiente que lleva de autónoma 32 años. Como su hijo Sergio estaba dado de alta con ella en la Seguridad Social, cuando quiso hacerse autónomo por su cuenta y montar su propio taller, no tuvo derecho a ninguna subvención con las que el estado suele ayudar a este tipo de iniciativas. Pero ella siempre ha sido la que ha llevado el timón de la nave. Con los tiempos que corren, ella no se viene abajo, me la encuentro preparando la campaña de Navidad limpiando las estanterias de los juguetes. Es previsora, perfeccionista, le gusta tener todo a punto, no en vano lleva muchos años en esta profesión.
Ha sido un placer haber compartido con estas mujeres un par de mañanas. Me han acogido con mucho entusiasmo, me han invitado a café, me han regalado judias de la huerta, hemos reido, hemos charlado...
Mi pequeño homenaje para estas mujeres trabajadoras y mi afecto para cada una.