"Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor" Lucas-2-11
Se celebra en estos días la Navidad, donde los cristianos conmemoran el Nacimiento de Jesucristo. Una tradición religiosa muy arraigada en nuestra cultura.
Esta mañana hice una visita al Belén de la Iglesia de Santa Bárbara. Aproveche que no había gente para no molestar.
Lo han montado muy bien los de las cofradías, según me ha contado más tarde, D. Jesús el párroco.
Os dejo este vídeo para que lo podáis ver.
Apoyado en la pared, pude ver el Ramo leonés de Navidad, que creo ha sido presentado en alguna ceremonia litúrgica de estos días tratando de rescatar viejas tradiciones del lugar. Consta de un armazón de madera triangular en el que se sitúan doce velas simbolizando los meses del año. Del mismo, cuelgan diferentes ofrendas . Su significado se remonta a épocas precristianas en las que el ramo tenía un carácter votivo como culto a la fertilidad y preludio de la primavera. Es por tanto un símbolo pagano asimilado por la iglesia al parecer a través de las "Pastoradas" ( pequeños autos de Navidad, que se celebraban en los atrios de las iglesias de León, Zamora, Salamanca y Asturias.
La Escuela de Música organizo su cabalgata como cada año.
Os dejo estos vídeos mal grabados, debido a las luces de las farolas, y aunque los he querido arreglar un poco porque apenas se veían, han quedado regular...
A lo largo de la semana, AMGu, ha realizado distintas actividades a pie de calle con sus alumnos, llenando de magia los rincones del pueblo.
Al pie de la Vieja Dama la Fuente de los Cuatro Caños, a pesar del frío, los alumnos de la Escuela de Música nos deleitaron con su audición y noche se lleno de magia.
No podía faltar el Belén articulado en movimiento, que cada año prepara la Asociación Cultural Barrio Barruelo.
También yo he querido colaborar con un vídeo para felicitaros la navidad.
Jugando un poco con el slogans del Corte Ingles, voy a comenzar por mostraros unos vídeos que he hecho a lo largo de estas semanas previas a la Navidad, del ambiente en las tiendas y en las calles.
Estas fiestas, tienen sus detractores, sobre todo para aquellos que no comulgan con la religión. Otros, no soportan esos deseos de felicidad que nos mostramos unos y otros en estos días, porque les parece algo ficticio. La mayoría, no aguantan las largas reuniones familiares . Pero hay mucha gente que disfruta de esta tradición y le gusta vivirla intensamente y salvaguardarla. En los hogares donde viven niños, de manera muy particular son muy gratos estos días.
Allá cada cual...
Respeto todas las opciones.
Yo, suelo recorrer las calles con mi cámara y mostrar el interior de las tiendas para que se vea el ambiente. Aquí se puede ver la Floristería Magnolia, con su escaparate decorado con infinito gusto. Edu, es el poeta de las flores como me gusta llamarlo. Posee un don para comunicarse con ellas y mostrar toda su belleza como nadie.
Estaba recogiendo ya, para cerrar, cuando le sorprendí a la puerta.
Ahí os le dejo...
La Relojería Aparicio, forma parte de la vida del pueblo desde hace muchas décadas. En este vídeo, se puede ver a Geni, el hijo de los dueños, que hace tiempo tomo el relevo del negocio familiar.
Pasaba yo por allí, y me sorprendió un arbolito bailando encima del mostrador. No pude resistir la tentación de colarme dentro. Al verme, sacaron a un simpático perrito para acompañar en su alegría al árbol. Allí estaba, Jose Iris, que con su buen humor bailaba al unísono con ellos.
Después de reír con ganas, me felicitaron las fiestas y también a vosotros.
Luego, pase por la Ferretería de Quirino Heras de toda la vida y pude ver desde fuera al hijo de los dueños que se hizo cargo del negocio familiar hace años y una de sus hijas.
En el Barrio la Fuente, me encontré con la tienda Torinos, con su escaparate con una bonita decoración como todos los años, y la Floristería la Espiga que también se esmera decorando su escaparate. Al verme con la cámara, me encendieron las luces para que me quedara bonito el vídeo.
En el mismo Barrio La Fuente, pude grabar la óptica que también lucia una exquisita decoración, y al pasar por la Hornera, no pude resistirme y entré dentro.
Allí en el mostrador, estaba la dueña junto con la dueña también de la óptica, que nada más me ve con la cámara, huye...
Los pasteles y tartas de la Hornera, son exquisitos. De ello doy fe, pues en más de una ocasión, me he llevado a casa una tarta.
En la calle el Arroyal, se concentran varias tiendas muy interesantes. Deco Diez, la Tiendina Azul, el bar Alegría y Regalos Bazare.
Allí también entre dentro, pues estaban unos amigos comprando, y la dueña de Regalos Bazare, es un encanto a la quiero mucho.
En el Edificio los Arcos, pude grabar la peluquería, la tienda de Daniel, la zapateria de Moni y la tienda Mundi-Dulce,
Me perdí por la plaza visitando el Santa Marta, Pabemoda, el Italiano, y todos los bares que me encontraba a mi paso. Unas sonrisas juveniles atraparon mi atención, mientras la noche se vestía de magia. Hacía una noche muy fría.
En la tienda de ropa," Moka" esta Jair y su compañera a punto de cerrar ya. Entro con la cámara y grabo dentro mientras las saludo con afecto.
El bar Montañés, al lado de la fuente de los Cuatro Caños, es un lugar mítico. Me paseo por el exterior mientras grabo, y paso por delante de la carnicería de mi amigo Miguel. Hoy, está dentro y a punto de cerrar ya, pero desde fuera grabo sus exquisitos chorizos.
Un poco más allá, esta la Confitería Ramos, otro lugar con encanto y lleno de recuerdos.
Antes, había pasado por la tienda de fotografía de Nieves, y la había sorprendido en el escaparate.
Me encuentro con una amiga que me saluda afectuosa, y luego con mi amigo, Carlos
Un poco más allá, están mis amigas, Úrsula y Cristina, que trabajan en Movistar. Hay gente joven al lado del Makila y les invito a saludar mientras les grabo. Saludo desde fuera a un amigo que ha abierto una tienda de deportes no hace mucho. Antes, me paro en la tienda donde trabaja, Tere, para ver la ropa. Al lado la peluquería de Maeva.
Cruzo al otro lado de la calle, y sorprendo a, Ernesto atendiendo a un cliente. Entro a saludarles mientras les grabo.
En la puerta del bar, hay dos fumadores.
Hace frío, y saludo a los últimos viandantes con los que me cruzo.
P.D. Estos vídeos se los dedico a todos los guardenses que están fuera y sienten la nostalgia de su tierra.
Os dejo también esta felicitación de la Mamá Noel de Guardo.
Aquella mañana necesitó una vez más asomarse a la ventana de su apartamento y mirar al horizonte que se abría ante si lleno de belleza.
Había nevado la noche anterior, y las calles lucían con una maravillosa alfombra blanca. Era una sensación muy peculiar aquella, la de pisar algo inmaculado como era la nieve recién caída. Parecía como si al poner el pie en el suelo se estuviera pisando la inocencia de los más vulnerables que yacían ajenos a la maldad.
A veces, sentía en su interior con tanta furia, las miradas que todo lo enturbiaban a su paso, que se sentía morir por un instante. Por un instante nada más. Porque sabía muy bien como quería vivir y no estaba dispuesta a renunciar a su propia esencia.
De sobra sabía ella que la maldad se oculta muchas veces en la mirada y en el deseo, junto con la envidia y los malos pensamientos.
Su interior era como el de un pequeño niño: transparente, limpio, libre de prejuicios que le daba un atractivo especial. Era como un don que le había regalado la vida, o la naturaleza, o ese ser superior que algunos llaman Dios.
Poseía un talento medio, pero muy bien aprovechado. El necesario para saber disfrutar de lo realmente importante. Sabía, que muchas veces, la máxima sabiduría, te puede llenar de una soberbia capaz de anular tu parte más humana y volverte inaccesible para los demás.
Necesitaba el contacto con los otros. Experimentar el amor y la amistad en su grado de plenitud, porque estaba siempre dispuesta a entregar y entregarse.
Siempre apostaba sin miedo, porque tenía la esperanza de ganar. Y aunque unas veces, perdía, seguía apostando en la ruleta de la vida sin cansarse.
Aquella ventana del piso tercero, era siempre su salvación, porque podía ver la vida y los acontecimientos con la perspectiva de la altura.
Cuando se sentía morir por un instante, tenía una necesidad imperiosa de mirar al infinito donde podía contar con otra dimensión.
Toda su rabia se evaporaba de repente, porque a fin de cuentas ella también poseía la condición humana y todo lo que ello comporta. Desde aquella ventana, podía comprender y dar la mano a todo aquel que estuviera dispuesto a tomar la suya.
P,D. Esta preciosa fotografía es de mi amigo, Carlos, que ha tenido la generosidad de regalármela. Quería que la vierais, por eso escribí este relato altas horas de la madrugada que han acudido las musas a mi encuentro.
