1 de junio de 2010

LUNA

Luna acaba de irse al paraiso de los perros. Me acaba de llamar mi amigo Carlos, su dueño, para decirme que por fin descansaba en un rincón del huerto de su padre.


He llorado, sí, no lo niego...mi cariño hacia ella está muy unido al cariño que siento por sus dueños: Rita y Carlos.
 Conocí a Luna, una mañana de mercadillo que ella curiosona iba de puesto en puesto, por si alguien le daba algo de comer. Comía conpulsivamente a todas las horas, daba igual que acabase de comer. Siempre estaba dispuesta a llevarse a la boca todo lo que pillaba. Cuando venia a casa, dejaba límpio el comedero de Laika que la miraba asombrada.Por eso tardaron  un poco de tiempo en hacerse amigas.
Todos los viernes coincidia con ella en los puestos de la fruta. Me paraba y le acariciaba un rato, mientras por el rabillo del ojo observaba a sus dueños.
Una tarde,  Luna,descansaba a la orilla del rio con Carlos y me atreví a saludarle, mas adelante conocí a Rita y desde entonces nació una bonita amistad entre nosotros.
Poco después conocí a Álvaro, el hijo de Rita y de Carlos, y le adopté como sobrino.

Los animales tienen el poder de a través de ellos, hacer amigos. Nos acompañan en nuestros paseos y es normal que la gente comente algo sobre nuestro peculiar acompañante. Muchas veces es lógico que las  personas que tenemos en común el amor por los animales, tengamos muchos otras cosas que nos unen, de ahí la amistad.


Luna, era una perrita,  muy vivaz, vital, alegre, cariñosa...formaba parte de una familia donde era querida y donde ofrecía amor. Los vínculos afectivos con los animales, son muy profundos. Con la mirada se comunican de una manera impresionante, y su fidelidad es auténtica.
Luna, corria feliz al lado de sus dueños, compartia con ellos miles de cosas. Como a todos los seres vivos, a los animales, les llega la vejez y la enfermedad. A Luna, le llegó en forma de un tumor maligno.
En las fotos que os muestro, estaba feliz jugando con Rita, y son muy recientes.

La sometieron a varias operaciones con intención de salvarla, pero todo ha sido inutil.

La visité el otro dia. Se acercó a saludarme casi arrastrándose...la acaricié emocionada. A mi lado sentía las lágrimas de Rita en silencio.

 No la veré más...

Luna, será difícil acudir a nuestros paseos sin ti...la orilla del río, las flores, las montañas, el agua, los pájaros, Laika, tus dueños y yo, te echaremos de menos...

Tus últimos dias, han sido duros...has sufrido bastante, pero no te ha faltado el cariño de tus dueños hasta el finál. ¡ Lo único que comías de buen grado, era el conejo al chocolate que Rita habia cocinado!
Quizá como para agradecer todo el amor recibido.

Siempre estarás en nuestros valiosos recuerdos. Como símbolo, queda mi amistad con tus dueños, esa maravillosa amistad que gracias a tí, encontré.

Descansa en paz en el huerto de Modesto y Raquél, en esa tierra párda que guarda las vivencias infantiles de tus dueños.