18 de diciembre de 2015

PASITOS


Pasitos, por las callejas de este viejo mundo cansado y achacoso que iluminan las noches de negras sombras, mientras la inocencia que no entiende de viejos rencores y resabiados consejos recorre la ciudad dispuesta a saciar su curiosidad recién estrenada.
Unas veces esos pasitos poseen la seguridad de quien nada tiene que perder, y se lanzan a correr llenando de risas y besos la tarde.
 Otras veces son pasitos inseguros porque aparece el miedo en el horizonte y se quiebra la voz temerosa.
De vez en cuando esos pasitos saltan charcos donde viven los duendes con sus fantasías para evadirse de las rutinas que matan la alegría cotidiana.
Pero al fin, pasitos...
Necesarios para recorrer la vida de cada uno. Mira que digo pasitos, porque cuando nos empeñamos en dar grandes pasos, corremos el peligro de ir de bruces al suelo.
Pasitos, y mochila a la espalda llena de sueños por cumplir. Caben en ella secretos, anhelos y todas las ilusiones del mundo juntas.
Mochila y pasitos de colores, porque se comienza a vivir y no hay lugar para la negrura de un horizonte incierto.
 Mochila con ojos de buho que acecha y se mantiene en vela por si acaso...
Pasitos, mochila y paraguas para cobijarse cuando arrecie la tormenta de la vida misma...