3 de septiembre de 2016

LA TABERNIKA PAMPLONA


Acaba de comenzar Septiembre y cumplo mi promesa de volver a publicar en el blog, aunque yo sigo de vacaciones...
Estoy pasando unos días en Pamplona y hasta dentro de unos días no regresaré de nuevo a mi rincón.
Pero vayamos con lo que os quiero contar en esta entrada y la foto que adjunto.
Os presento a Hadriel, el dueño de la Tabernika de Pamplona. Le conocía solo de internet, y el año pasado que también estuve unos días aquí, quede en ir a visitarle, pero luego al final no cumplí mi promesa con el consiguiente desencanto de él. Pero una noche que estaba haciendo fotos en Guardo, al pasar por un paso de cebra, me pitaron desde un coche mientras escuchaba una voz que me saludaba con enorme entusiasmo al mismo tiempo que me reprochaba con muy buen humor no haber acudido a la cita. Y entonces conocí a Hadriel.
Prometí, que si volvía de nuevo a la capital Navarra iría a visitarle sin falta.
Y el otro día me persone sin decirle nada para darle la sorpresa.


Llegue a una hora punta, donde con la buena temperatura estival, la gente pasaba la tarde en animada charla en la terraza.  Hadriel estaba solo atendiendo a la barra con enorme rapidez y casi a la vez la terraza. Me senté en una banqueta cercana, y él, sin apenas levantar los ojos de lo que estaba haciendo, no se percató de mi presencia, hasta que se acercó a preguntarme que iba a tomar.
Fue entonces cuando se oyó una exclamación de regocijo por todo el bar mientras se acercaba a abrazarme.
Había logrado sorprenderle y cumplir mi promesa.




Hadriel, es un chaval entusiasta y alegre, que tiene una sonrisa cautivadora. Buen profesional, sabe tratar a sus clientes con enorme solicitud y siempre en un tono alegre. En el rato que estuve allí percibí el afecto que le tienen sus parroquianos.


En las paredes de la taberna, se pueden ver dedicatorias de cantantes y artistas que han pasado por allí.


De manera muy particular conserva la de alguno de sus paisanos, como Javier Castrillo y Kodro. También a mi me hizo una enorme ilusión.


Kodro, ha dejado su camiseta en una de las paredes de la taberna, con una dedicatoria encendida como símbolo de su amistad y afecto.


Amante de su tierra, lleva a Guardo en su corazón y siente nostalgia de sus raíces.
En este vídeo que le hice, se le puede escuchar animado por mi voz, un ¡aúpa Guardo! que le sale del alma.
Tiene una mirada sincera y abierta que deja al descubierto la grandeza de su alma.
Mientras charlábamos, me contó uno a uno sus sueños, sus inquietudes, sus anhelos...
Me ha cautivado para siempre este chaval encantador.




Pasamos una tarde estupenda acompañados de sus padres y unos amigos también de Guardo, que se reunieron con nosotros.


Como ya se el lugar donde se encuentra, espero volver más veces a visitarle.
Desde aquí darle las gracias por su atención y desearle toda la suerte del mundo.