10 de febrero de 2010

AMOR ETERNO


Hace tiempo que su mirada ausente le delata. Camina despacio al lado de su mujer. Como un niño desvalido se deja coger la mano para sentir la seguridad del cariño.

Suelen dar grandes paseos. Ella con ternura le mira a los ojos. Quizá para que la sienta cercana y para ayudarle a recordar.

En el ir y venir, las gentes les saludan con enorme cariño y respeto. Ella, con una dignidad que estremece, corresponde afablemente con una sonrisa.

Él, con su mirada perdida, con sus recuerdos perdidos. En un mundo desconocido...

Pisadas serenas al atardecer de la vida.

Amor eterno.

Siempre cuando les veia, pensaba en lo enamorados que estaban.

Cuando descubri su enfermedad, me maravillé de su amor.
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