17 de abril de 2013

SEVILLA Y SU FERIA



Hace solo un par de días que Sevilla ha estrenado un año mas su Feria, y yo desde un rincón de Castilla la añoro con nostalgia.
Llevo a Sevilla en mi corazón, siempre la llevaré...
Sevilla en primavera es luz, alegría, color, poema, canción.


El color de su bugambilla me atrae de manera especial.



Siempre que puedo, me gusta volver de nuevo, y recorrer las callejas del Barrio de Santa Cruz, perderme por el Barrio de Triana mientras el sol besa el Guadalquivir, visitar al Cachorro, la Esperanza Trianera.



Cuando llega la noche, la Torre del Oro se engalana con la luz de la luna, y se escucha a los duendes decirle piropos.



Cada rincón guarda retazos de mi historia, momentos vividos.  Se acumulan recuerdos y personas amadas que permanecen en mi memoria para siempre.









Mi paso por la Feria esta lleno de alegría bullangera, de rebujitos con amigos muy queridos, de sevillanas con arte, de pescaito frito, de buñuelos y chocolate...

Algún amanecer he saboreado el encanto del Barrio de la Macarena para acabar visitándola en su casa. Después, sin prisa, me he perdido por las calles sin rumbo con la simple idea de disfrutar de cada rincón, como si el tiempo se hubiera parado y los sentidos agazapados y pletóricos de belleza se negaran a despertar de tan bello sueño.
Siempre me gusta visitar a la Virgen de los Reyes y postrada a sus plantas, rezo.
Me emociono siempre con la mirada serena del Gran Poder.

Sevilla es cálida, como sus gentes, sus paisajes...

Cada vez son más intensos nuestros encuentros y más dolorosas nuestras despedidas, como temiendo no volver a encontrarnos de nuevo.

Sevilla, yo nunca me voy a olvidar de ti.