12 de julio de 2012

EL VERANO


Me gusta recordarme a mi misma que las bicicletas son para el verano y los blogs para el invierno, con el solo motivo de obligarme a permanecer en casa el menos tiempo posible.


Quizá sea porque siempre he vivido en el sur donde el sol brilla de manera muy especial. Tan especial que en verano no se puede salir a la calle por las altas temperaturas.  Sin embargo llevo muy mal, que en verano, no se note que es verano. Lo digo porque estos últimos veranos apenas hemos visto el buen tiempo.
Me gusta en verano perderme por los parques y rincones con un viejo cesto, con mis libros y cuadernos. Cuando la temperatura es buena y agradable, puedo pasar así horas y horas...es como si el tiempo se hubiera detenido y su magia se hubiera adueñado de mi.
También aprovecho para visitar los barrios lejanos y descubrir sus rincones y sus gentes. Es un verdadero placer investigar por las callejas y descubrir la sencillez de la belleza en los rincones, sin prisa, saboreando los instantes. Suelo volver  a casa con preciosas fotografías, con nuevo amigos, con la riqueza de los momentos vividos.









Los bancos del parque, de las plazas, las puertas de las casas... se llenan de gentes ansiosas de conversar, de convivir, de respirar aire puro después de los meses largos y fríos de esta zona. Es como si el gran teatro del mundo empezara su función.


Mi cámara y yo, abrimos bien los ojos para no perdernos nada. ¿ Quién puede resistirse a la sonrisa de Javier con su perro?


¿ O a la de Raúl y su abuela ?


¿ Como no inmortalizar a los hijos de mi amiga Susana de vacaciones en el pueblo con su querida abuela?


En el verano los huertos gracias a los cuidados de sus dueños se llenan de deliciosos manjares y poco a poco la belleza de los frutos hace su aparición y logra sorprenderme cada vez que paso cerca.



Las gentes pasean hasta el anochecer. Eso si, aquí casi siempre con una chaquetita...


En el verano nuestro mercado de fama mundial se llena de veraneantes, y casi no cabemos los que estamos aquí durante todo el año. Pero nos gusta ver las calles llenas de familiares y amigos.


Eso si, sufro mucho con mis amigos los del puesto de los pollos asados. Uf, que calores pasan, madre mía! Pero siempre nos obsequian con una agradable sonrisa.



En nuestro pueblo por donde mejor se pasea en verano es por la orilla de nuestro precioso río Carrión.