30 de septiembre de 2011

OTOÑO EN COLOR ROJO- ( Para el concurso de Paradela)



El color rojo poseía un atractivo muy especial para él. Siempre había escuchado que este color estaba asociado al poder, a la energía, y para los practicantes de yoga el color rojo es el color del Chakra, base o raíz de la vida.
Muchas veces  había escuchado a su abuela el relato de su nacimiento en un amanecer otoñal plagado de color rojo en el horizonte. Le gustaba pensar que había sido como un presagio de la vida que le esperaba siempre marcada por este explosivo color.
Su carácter impetuoso le había llevado mas de una vez a un estado energético intenso, despiertos los sentidos y las pasiones.
Quizá ese puntito de locura que tienen los artistas se deba a la pasión con que viven sus amaneceres en rojo, se decía.
Era un bohemio, convencido de que su vida estaba influenciada por ese color, que un día inundo la estancia en la que había venido al mundo, y que fue su toma de contacto con los seres que le esperaban desde hacia tiempo.
Escribía poemas, tocaba la trompeta, y pintaba amaneceres en rojo siempre que podía.
Era gallardo y se movía con elegancia. Con su galantería hacia sonreír a las mujeres de labios rojos y carnosos, que se acercaban a él atraídas por la vitalidad de sus emociones, por el embrujo de su cálida sonrisa, por la intensidad con que discurrían sus horas.
No, no era un caradura en el sentido estricto de la palabra, simplemente emanaba de su interior una fuerza cautivadora como volcán en erupción, como lava purificadora de color rojo que llegaba al interior de cada uno.
A su lado siempre se podía ver la vida con fantasía, cubriendo así los negros nubarrones que suelen acompañarla.
No era previsible dada su trayectoria, que una mañana le encontraran colgado de un árbol, mientras el sol se asomaba impotente aquella mañana a su cita de color rojo.
¿Quien puede conocer los pensamientos del hombre marcados por el color rojo?