24 de marzo de 2010

CEFERINO EL "TONTO"

Ceferino, era un hombre joven. Acababa de dejar la adolescencia. Tenia el pelo rizoso y los ojos oscuros que miraban escudriñándote como tratando de leerte el alma. Era alto, delgado.

Su cara ofrecía diversas conjeturas a la hora de juzgarla. Unas veces se adivinaba su alma infantil, y otras era como observar una persona madura que no concordaba con la edad que tenía.

Su voz era potente. De su garganta salían a veces gritos inteligibles llenando de un oscuro misterio la calleja donde vivía.

Cuando oía acercarse a alguien por el camino, corría presuroso de su escondite tratando de hacerse entender. Se le iluminaban sus ojos negros de una luz especial y salían palabras en barullo de su boca, como una canción lastimera echa de poemas recónditos.

Los niños un poco mayores del lugar, crueles como todos los niños, solían reírse de él y gastarle bromas. Mas de una vez, le lanzaron piedras para asustarle, pero el rompía en unas sonoras carcajadas, que asustaban a los pajarillos que contemplaban impávidos la macabra escena.

Cerca de la calleja donde vivía el "tonto"solía venir los veranos una niñita inquieta, revoltosa y muy impetuosa. La primera vez que le descubrió, escuchando sus gritos se asustó y salió corriendo. Cuando pasaba cerca de la casa donde vivía Ceferino, lo hacía conteniendo la respiración, como queriendo terminar prontamente aquel terrible trago. Se imaginaba que aquellos alaridos eran de un terrible ser que quizá pretendía llevarla a su escondrijo y encerrarla para siempre.

Pero la mayoría de las veces, él salia a su encuentro ilusionado esperando recibir una sonrisa cómplice de una bella amistad.

Poco a poco fue perdiendo el miedo aquella niña presumida y respondona. Un día se atrevió a saludarle mirándole a los ojos. Por unos instantes sus almas se encontraron y se obró el milagro.
Desde aquel instante fue su mejor amigo. A su manera se entendían en un idioma universal, el del cariño.

Por la calleja se escuchaban ahora risas infantiles y cálidos gritos con sabor a ilusión.

Las paredes de las casas cercanas sonreían contemplando asombradas el cambio que había experimentado Ceferino. Aún hoy guardan entre sus mejores recuerdos la historia entrañable de aquellos seres que supieron amarse y entenderse.

P.D. Esta historia esta basada en un hecho real. Se la dedico a esas almas limpias que la ignorancia humana ha llamado de manera vulgar "tontos"
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