18 de noviembre de 2009

CONFIDENCIAS

Una noche regresaba a casa cansada de recorrer las calles sevillanas y de repente sorprendí a la Giralda y a la Luna compartiendo confidencias.

Era una noche  recién entrada la primavera . Hacía once años que no pisaba ésta bendita ciudad, después de haber vivido en ella toda mi vida. Aquella tarde había saboreado cada rincón con el deseo de llevarme en mi retina toda su belleza, y de repente, al volver la esquina, descubrí este guiño lleno de magia entre dos señoras.

Hablaban bajito como en un susurro. El tintineo del agua de la fuente cercana ponía unas notas musicales despidiendo el día.

Caminé despacío por la plaza empedrada, deteniendóme con añoranza.

También yó, me despedía...

Ensimismada en mis pensamientos, me pareció oír que decían, vuelve pronto, te esperaremos...

Sonreí picaronamente, mirando al cielo .
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